El ex ministro de Trabajo Jesús Caldera vuelve a la primera línea a petición expresa del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. El hoy máximo responsable de la Fundación Ideas para el Progreso, del PSOE, tiene por delante la difícil misión de intentar cerrar un acuerdo entre su grupo parlamentario y la oposición sobre la reforma del sistema de pensiones y del mercado laboral. De hecho, será él y no la hasta ahora portavoz socialista, Isabel López i Chamosa, quien intervenga en el pleno de la cámara baja del día 25, cuando se sometan a votación las recomendaciones del Pacto de Toledo. El cometido se presenta complicado, toda vez que la subcomisión parlamentaria, tras dos años de trabajos, cerró su documento de propuestas sin detallar la edad de jubilación, y con una crítica muy afilada sobre la pretensión del Ejecutivo de elevar a los 67 años ese umbral. El informe recibió el rechazo frontal de los grupos de izquierda, y todos salvo el PSOE criticaron la interferencia de Zapatero en la 'cocina' del Pacto de Toledo al fijar, desde Bruselas, los 67 años como línea inamovible para contener el embate de los mercados. Caldera, artífice de importantes pactos en materia laboral, tiene poco tiempo para aunar voluntades aunque ha prometido que hará «todo lo que pueda» para alcanzar "el máximo consenso posible".

El ex ministro explicó que su labor será la de completar la del Gobierno "que ha sido importantísima" -aseguró- y que tratará de aportar su "granito de arena" para explicar que la reforma de las pensiones es "indispensable". Caldera afirma que aún no ha empezado, pero subraya que se acercará a los grupos "con mucha humildad" ya que se enfrenta a una tarea que "no es fácil". Mientras, sigue el diálogo, aún sin frutos, entre Gobierno, patronal y sindicatos, y las centrales ya anuncian encierros hoy en las oficinas de la Seguridad Social.