El jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, no habló ayer con el presidente del Gobierno de Rusia, Dmitri Medvedev, del anuncio de General Motors de decantarse por la oferta del fabricante de componentes austriaco-canadiense Magna y el banco ruso Sberbank para hacerse con su negocio europeo en la que será la nueva Opel. Zapatero, según confirmó la agencia de noticias Efe, ignoró totalmente en la cita de Yaroslavl, a orillas del Volga, la operación de compraventa en la que, según los planes de los nuevos inversores, se prevé un recorte importante de la producción y un ajuste de más de 1.600 puestos de trabajo en la fábrica zaragozana de Figueruelas.

El presidente del Gobierno español no incluyó esta cuestión en la agenda de su viaje a Rusia, a pesar de que así lo anunció el pasado viernes en Zaragoza el jefe del Ejecutivo aragonés, Marcelino Iglesias, después de hablar con el propio Zapatero. El inquilino del Pignatelli reveló ese día, 24 horas después del anuncio de la venta de la filial europea de General Motors, que por la mañana había hablado con el jefe del Gobierno central sobre la cuestión, e incluso recalcó la relevancia de que uno de los nuevos socios mayoritarios de la nueva Opel es el banco estatal ruso Sberbank. Este diario intentó saber ayer la reacción del presidente de la DGA al ‘olvido’ de Zapatero, pero no obtuvo respuesta.

En Valladolid

Marcelino Iglesias sí habló ayer del cambio de dueño en la filial europea de General Motors. Lo hizo en Valladolid, donde firmó un convenio de colaboración con Castilla y León. Según una nota que envió su equipo de comunicación, el presidente del Gobierno de Aragón hizo hincapié ahí en la labor que debe desempeñar la Comisión Europea durante el periodo de negociación que se abre ahora y dijo que “en Aragón no queremos trampas, queremos juego limpio”.

El presidente aragonés destacó que se debe primar la productividad y la eficiencia de las empresas, respetar las reglas de mercado y recordó, en ese sentido, que la planta de Figueruelas es la más productiva del grupo automovilístico. También reclamó, según el mismo comunicado, que no se tomen decisiones que estén en contradicción con las directrices europeas y que no primen los planteamientos políticos nacionales. Por ello expresó su confianza en que, tras las próximas elecciones generales en Alemania, se pueda dialogar con mayor serenidad.

Iglesias, como ya hiciera también el viernes, apuntó que sus consejeros de Economía, Hacienda y Empleo, Alberto Larraz, e Industria, Arturo Aliaga, están muy encima del proceso de compra-venta que dará lugar a la nueva Opel y de sus efectos en la factoría de Figueruelas. En ese sentido, anunció que los dos miembros de su Gobierno se reunirían hoy en Madrid con sindicatos y representantes del Ministerio de Industria para abordar una estrategia conjunta. Esa cita fue suspendida a última hora de la tarde de ayer por la convocatoria del Gobierno alemán a todos los países con plantas para coordinar las ayudas que se darán a la nueva Opel. El consejero Aliaga acudirá a ese encuentro.

Del Gobierno central solo han hablado de la venta de la que será la nueva Opel las vicepresidentas primera y segunda María Teresa Fernández de la Vega y Elena Salgado, respectivamente. Ambas hicieron hincapié el viernes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, que el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero se coordinaría con el Gobierno aragonés y con los sindicatos para defender Figueruelas con una estrategia conjunta.