MACROECONOMÍA

Xavier Adserá: "En mi opinión, no quebrarán cajas ni bancos españoles"

PREGUNTA.- Llevamos días de infarto en los que entidades estadounidenses como Lehman Brothers, Merrill Lynch o Morgan Stanley han quebrado o buscan ayuda desesperadamente para evitar la bancarrota. ¿Puede quebrar algún banco o caja aquí?


RESPUESTA.- Mi opinión es que no. En las cajas y bancos españoles no se van a vivir los problemas de EE. UU.


P.- ¿Por qué lo dicen ustedes con tanta seguridad?


R.- Porque una quiebra se produce cuando los pasivos son superiores a los activos. Y eso ocurre porque tienes unos activos que no valen y, en cambio, debes hacer frente a tus pasivos y te quedas sin recursos propios. Ese no es el caso de las entidades financieras españolas. En primer lugar, porque tienen buenos activos financieros y en segundo lugar, porque tienen enormes provisiones dotadas históricamente para poder hacer frente a cualquier situación de esos activos. Están mejor dotados desde el punto de vista de recursos propios y están muy lejos de una situación donde los pasivos puedan llegar a ser superiores a los activos.


P.- Pero la falta de liquidez -un problema que se viene arrastrando desde hace meses en los mercados financieros- ¿no puede llevar a las entidades españolas a una difícil situación, a una parálisis de su actividad?


R.- A lo que está llevando es a una escasez de crédito. Lo que se está produciendo ahora es que a las entidades financieras les sale más caro acudir al mercado a captar recursos que después prestan a los particulares y por tanto, ese crédito es más escaso y más caro. Lo cual no significa que la entidad financiera no sea igual de solvente. Estamos viviendo una situación de restricción del crédito y de drenaje de la liquidez por parte de las entidades financieras, pero esa situación no afecta para nada a su solvencia, sino a su capacidad de prestar dinero barato.


P.- ¿Qué consecuencias puede tener esta situación?


R.- Lo que se está produciendo ya es un encarecimiento del coste de la financiación por parte de las entidades financieras que, en muchos casos, no se puede repercutir en los tipos de crédito y por tanto, se deja de prestar. Se está produciendo una desaceleración importante del crédito. Y la actividad financiera se está resintiendo. Y eso ocurre porque un sistema crediticio como el nuestro se está financiando a un coste mucho más alto debido a la desconfianza que hay en el mundo a la hora de dejar recursos a las distintas entidades financieras por el mimetismo que se produce debido a los problemas que surgen en EE. UU.

P.- ¿Están los ahorros de los españoles seguros en las cajas y bancos nacionales?


R.- Sin duda. Es el mejor sitio donde pueden estar porque no tienen problemas de solvencia. Tienen que pagar más dinero por los recursos que captan para poderlos prestar, pero las entidades financieras españolas son de las más sólidas que existen en el mundo.


P.- ¿Cómo debemos entender esta nueva 'guerra del pasivo'?


R.- La guerra de los depósitos lo que muestra es el coste de oportunidad que están teniendo los bancos y cajas, que prefieren retribuir más los depósitos de sus clientes que financiarse en un mercado internacional que está cerrado. Si los bancos y cajas quieren crecer y los mercados internacionales están cerrados, están en mejores condiciones de primar los depósitos de lo que podían estar antes.


P.- ¿Cómo va a afectar a la economía real la falta de liquidez del sistema financiero?


R.- La falta de liquidez es una de las razones por las cuales nuestra economía se está desacelerando. Y aquellas actividades que requieren de más crédito para poder funcionar, como la industria del automóvil o el sector inmobiliario, se resienten más de esa situación global.


P.- ¿Puede agravarse la situación?


R.- Lo está haciendo, de hecho, y hasta el propio Gobierno está previendo la desaceleración que se va a producir y está avanzando que no va haber recuperación económica hasta finales de 2009. Lo cual no significa que los mercados de valores no vayan a recuperase antes porque los mercados se anticipan: anticiparon adecuadamente la desaceleración y anticiparán la recuperación. En cualquier caso, es importante ganar perspectiva. Pensar que hemos asistido a una crisis tecnológica, a la caída de Enron... y esas crisis, lo que hacen es generar nuevas oportunidades. Y lo más importante: hay que pensar que esta crisis pasará y que, entre tanto, hay que gestionarla lo mejor que se pueda.


P.- Algunos analistas han querido encontrar similitudes entre esta crisis financiera y la caída bursátil del 29. ¿Se parecen en algo?


R.- La crisis del 29 se produjo por una subida exagerada de las cotizaciones y en ese momento no existían los mecanismos que existen hoy. Esta es una crisis nueva, que nos pilla por donde no la esperábamos: es una crisis que nace en el primer mundo y en el sistema financiero. Para mí es una crisis distinta, pero sobre todo, lo que es más importante es que los mecanismos que existen en el mundo para combatir este tipo de crisis son herramientas que en el año 29 no existían. No existía el Banco Central Europeo, ni el euro, no existían las dos grandes economías mundiales actuando coordinadamente, ni el tercer mundo tirando de la economía... Yo creo que la situación del mundo hace que cualquier comparación con el año 29 sea forzada. La del año 29 fue una crisis de la que se tardó muchos años en salir porque el mundo no tenía los mecanismos que tiene hoy para corregir estos excesos.