PSOE y PP escenifican sus diferencias sobre Opel y se acusan de no colaborar

Blanco responsabiliza al PP por no mediar ante Merkel y por sus propuestas laborales. Rudi responde que Zapatero rompió puentes con Alemania y obvió la negociación previa

La escenificación de las buenas intenciones no ha durado ni 24 horas. PSOE y PP se enzarzaron ayer en el Congreso en un duro debate sobre el futuro de la planta aragonesa de General Motors en el que cada partido responsabilizó al otro de la situación actual. El encargado de calentar los ánimos fue el ministro de Fomento, José Blanco ya que el Gobierno decidió que fuese él y no la vicepresidenta económica, Elena Salgado, que estaba también en el Hemiciclo, quien contestase a Luisa Fernanda Rudi, diputada del PP, sobre los planes para Figueruelas.

 

Blanco aseguró que el Gobierno "va a seguir impulsando inversiones para acometer proyectos y ayudar a GM". Además, definió el objetivo que busca Rodríguez Zapatero en "defender el empleo para que el plan (de Magna) no impacte en la planta de Zaragoza más de lo que va a impactar en otras plantas de la UE".

 

A partir de ahí, centró su intervención en cargar contra el PP. Lamentó que no hayan sabido frenar la actuación de la canciller alemana y les pidió "hacer un ejercicio de patriotismo". "Angela Merkel es de su grupo político, ustedes pueden contribuir en lugar de atacarnos para que coopere con el Gobierno de España", señaló. Blanco centró los problemas de GM en la caída de la demanda externa, que -según dijo- "ha sido precisamente en países donde gobiernan partidos conservadores, como Francia y Alemania". Además, cuestionó que el PP sea sincero cuando plantea la situación de los trabajadores de Figueruelas aludiendo a lo que "realmente preocupa a los trabajadores" cuando escuchan "a Rajoy hablar de flexibilización del mercado de trabajo".

 

Rudi, por su parte, inició su intervención lamentando que el Gobierno enviase a Blanco al debate en vez de a la vicepresidenta económica. Tras exponer ante el Congreso lo que supone GM para Aragón en cifras de empleo y PIB, denunció que el Gobierno no había estado diligente en el proceso. "No parece que el ministro Sebastián ni el presidente del Gobierno hayan estado en las negociaciones con GM en Estados Unidos". Además, en referencia a la frase de Sebastián sobre que le pasaban la factura sin conocer el menú, afirmó que "el problema es que cuando se ha gestado la génesis de la comida y se ha diseñado el menú, el Gobierno español no estaba ahí".

 

En cuanto a la referencia de Merkel, respondió a Blanco que "las relaciones entre países no son entre grupos políticos, son entre Gobiernos" y le acusó de haber roto los lazos con el Ejecutivo alemán "con una ley para impedir la entrada de E.ON en España". Rudi terminó señalando que "lo importante son los trabajadores y sus familias; en Aragón ha subido el paro un 80% y no queremos que siga subiendo".

Membrado y Corbacho

Minutos antes de ese debate, Jesús Membrado, diputado del PSOE por Zaragoza, también planteó el tema en el pleno del Congreso. En su caso respondió el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho. Membrado, que informó sobre el éxito de la manifestación, expuso ante la Cámara la capacidad productiva de Figueruelas y su rentabilidad. Tras dar a conocer estos datos, mostró su preocupación "porque sospechamos que la opción tomada con la venta a Magna responde más a intereses alemanes de hacer en otros países el ajuste de empleo que a la viabilidad del plan". Además, censuró al PP por culpar al Gobierno de la venta a Magna y cuestionó a Rudi. "Seguramente piensa que nos comportamos igual que ellos cuando en 2001 perdimos 650 empleos, en 2004 perdimos 618 y en 2005 tuvimos un problema con el Meriva", lamentó. Por su parte, Corbacho informó sobre los planes de competitividad planteados por el Gobierno, resaltó que Figueruelas había recibido 29,2 millones e hizo referencia a los contactos de Sebastián con responsables de GM.