Nuevo enfoque de la Formación Profesional para el empleo
El nuevo modelo, que será de aplicación nacional, desarrollará un modelo de observación y prospección del mercado de trabajo.
La formación del trabajador y la actualización de las capacidades profesionales van a ser claves en un entorno económico como el actual, cada vez más cambiante. La cualificación es también importante si deseamos tener empleos de calidad y con rangos mayores de remuneración.
En este contexto, el pasado día 20 de marzo se aprobaba en Consejo de Ministros la reforma de la Formación Profesional para el Empleo. Se emprendía la vía urgente del Real Decreto-Ley ante un escenario de altas tasas de paro y en el que además se constata la falta de ajuste, casi estructural, entre las necesidades laborales de las empresas y la cualificación de los trabajadores.
Tanto el incremento de la formación como la adecuación entre las necesidades del mercado de trabajo y la mano de obra son requisitos imprescindibles si se quiere atajar el problema del desempleo y salir de la actual situación de crisis pues, por un lado, mejorarán la empleabilidad de los trabajadores y, por otro, permitirá que las empresas mejoren su competitividad y desarrollen sectores de alto valor añadido.
El actual modelo de formación profesional español lleva ya 20 años, por lo que se hace preciso acometer un cambio que incorpore los valores de una nueva cultura del empleo.
Esta nueva cultura exige tanto que desde los poderes públicos se facilite la formación como que el trabajador reciba asesoramiento para la búsqueda de empleo y se beneficie del uso de instrumentos y canales públicos con ese mismo fin.Mejora
Las acciones formativas facilitarán la incorporación al mercado de trabajo de jóvenes con escasa preparación, al capacitarlos para más empleos y de mayor calidad. A los trabajadores con empleo les permitirá adaptarse a los avances del modelo productivo o promocionarse hacia mejores puestos.
Con estos objetivos, el nuevo modelo de Formación Profesional facilitará los programas formativos más personalizados tanto dentro de la empresa, como fuera, incorporando nuevos medios como la teleformación.
Los trabajadores desempleados podrán recibir un cheque-formación para elegir la entidad en la que quieren recibir su formación. Para los trabajadores con empleo se implantará la cuenta-formación, que acompañará a la persona a lo largo de su vida profesional, acreditando su historial formativo y orientándolo hacia su mayor empleabilidad.
Este nuevo modelo hace hincapié en el papel de los poderes públicos hacia el empleo y por eso el sistema, que será de aplicación en todo el territorio nacional, desarrollará un modelo de observación y prospección del mercado de trabajo, teniendo como fuentes tanto a las administraciones como a los agentes sociales. Además, una planificación estratégica plurianual recogerá las tendencias de la economía y los sectores en crecimiento para diseñar la formación de la forma que más se adecue a ellos.
Finalmente, el nuevo modelo establece mecanismos estrictos contra el fraude y canales para la participación de los agentes sociales, tanto sindicales como empresariales.
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