LOS LUNES AL SOL

"Pensaba que hablando siete idiomas sería más fácil encontrar trabajo"

Daniel Fernández, traductor en paro.
"Pensaba que hablando siete idiomas sería más fácil encontrar trabajo"
LAURA URANGA

Daniel Fernández de Córdoba, sevillano de 43 años licenciado en Traducción e Interpretación, sobrevive en Zaragoza con 40 euros mensuales que gana por unas clases de inglés y con el dinero que le envía su madre. Vive en Zaragoza desde el año 2003, ha trabajado en el extranjero, domina varios idiomas y está en el paro desde julio de 2009.

"Tengo buena formación y mucha experiencia. Soy bilingüe español e inglés; tengo un nivel alto de francés, alemán e italiano; un nivel intermedio de ruso y catalán, y conocimientos básicos de chino, portugués, holandés y árabe. Con este nivel de idiomas pensaba que sería más fácil encontrar trabajo", afirma. Estudió en la Universidad de Málaga y después se marchó cuatro años a Inglaterra. También ha trabajado en Eurodisney (París).

"No soy un trotamundos. A mí me gusta España, pero salí para formarme, mejorar mis idiomas y coger experiencia. Después decidí volver, pero aquí encontrar un empleo estable es muy difícil. Aquí estamos a la cabeza del paro, hay mucha precariedad laboral. Nunca he tenido en España un contrato indefinido", explica este traductor e intérprete, que ha sido también dependiente, botones de hotel, camarero, recepcionista, limpiador, vendedor en gasolineras, granjero, comercial, auxiliar administrativo, repartidor de cubitos de hielo, profesor de kárate?

Tras su estancia en Inglaterra, llegó a Zaragoza en septiembre de 2003. "Una hermana mía vivía aquí y la ciudad me gustaba mucho. Además, pensé que en el norte de España hay más posibilidades laborales que en el sur, mucho más basado en el sector servicios. He tenido distintos empleos y no he estado más de un mes parado, hasta que ha llegado la crisis", cuenta. Ha hecho traducciones particulares y fue contratado como intérprete para un partido de UEFA del Real Zaragoza.

Su último trabajo con jornada completa -y del que más ha disfrutado- fue de comercial en el departamento de exportación de una empresa de fabricación y venta de maquinaria elevadora. "Estuve seis meses muy a gusto, pero llegó la crisis, descendieron las ventas y no me podían renovar con jornada completa", cuenta Daniel. Acabó en julio de 2009.

En marzo se le terminó la prestación por desempleo. Ahora da clases extraescolares de inglés una hora y media a la semana en un instituto, por lo que cobra 40 euros. No tiene más ingresos, salvo lo que le manda su madre desde Sevilla. Vive solo de alquiler. "Nunca me hubiera podido imaginar llegar a este punto. Es una situación insostenible. Me doy tres meses de plazo y si no, me tendré que marchar. O vuelvo a casa de mi madre o me marcho al extranjero", afirma. "Pero a mí me gusta España, me gustaría poder trabajar y vivir aquí. Pero en España no hay cultura del trabajo. Fuera de aquí, los empresarios invierten más en las personas", se lamenta.

Mientras da clases y busca empleo, Daniel sigue formándose. Estudia 4º de Ruso y 1º de Chino en la Escuela de Idiomas. También ha hecho un curso de comercio internacional de la Cámara de Zaragoza y otros de escaparatismo e informática aplicada a la traducción. "Todo el mundo tiene una habilidad especial para hacer algo. La mía son los idiomas y aspiro a ganarme la vida con ellos", reflexiona.