ENTREVISTA

Octavio Granado: "Si retrasásemos la edad de jubilación de golpe y porrazo sí sería una medida drástica"

El hombre decisivo del Gobierno en la reforma de las pensiones explica en esta entrevista las líneas generales de una propuesta polémica.

Octavio Granado, secretario de Estado de la Seguridad Social.
Octavio Granado: "Si retrasásemos la edad de jubilación de golpe y porrazo sí sería una medida drástica"
PACO CAMPOS/EFE

¿Dónde han quedado sus mensajes de que la edad de jubilación solo se retrasaría de forma voluntaria?

El último escenario demográfico del Instituto Nacional de Estadística reflejaba una situación más complicada de la que habíamos previsto. Trabajábamos con escenarios en los que la población envejecía razonablemente, pero la proporción entre mayores de 16 años y ancianos disminuye y tenemos que ocuparnos de las pensiones de los jóvenes de ahora. Todos compartimos el objetivo de retrasar la edad real de jubilación, situada en 63 años 8 meses. Hay que buscar un punto de encuentro entre lo que sea bueno para la Seguridad Social y lo que defiendan los agentes sociales y los partidos y ser conscientes de que la Seguridad Social es la institución más valorada por los ciudadanos.

¿En qué basa sus palabras?

A los españoles se les pregunta por qué estarían dispuestos a pagar más impuestos y, según las respuestas, la única función pública por la que lo harían es la de las pensiones. La sanidad, a veces; la educación, depende en ocasiones sí y en otras no. Seguridad no encuentra ese apoyo; defensa y las instituciones públicas, nunca. Pero por las pensiones, siempre.

Entonces ¿por qué no sube los impuestos para asegurar las pensiones?

En este país ya hemos hecho un esfuerzo muy grande de descargar en los impuestos la financiación de parte del gasto social. Por cierto, la mayoría de países que tienen un sistema de pensiones como el nuestro siguen financiando la sanidad con cotizaciones.

Y estas cotizaciones, tanto de empresarios como de trabajadores, ¿no pueden subir?

Las cotizaciones no son impuestos, son aportaciones que uno hace y que van a tener un retorno; mientras que los impuestos sirven para financiar servicios. Se paguen más o menos impuestos, siempre se espera que el Estado preste servicios. Si se pagan más cotizaciones se tendrá mejor pensión y si se pagan más impuestos no se tiene mejor sanidad, por ejemplo. ¿Mayores cotizaciones? Tenemos un sistema que ha permitido crear mucho empleo y, en este sentido, no es razonable disminuir ante las mayores necesidades que aparecerán en el futuro, pero no podemos plantearnos un escenario en el que el mayor gasto lo vayamos a arreglar cotizando más. Tenemos que ser capaces de jugar con unas cotizaciones que no van a bajar ni a subir.

Usted habla de que a medio y largo plazo habrá más pensionistas, pero también habrá más trabajadores ¿no?

El informe demográfico ponía en cuestión precisamente lo segundo. Dice que va a haber un corte muy abrupto de los flujos migratorios y esta evolución a la baja lo que hará es que la proporción entre trabajadores y pensionistas se reduzca sustancialmente. Incluso puede llegar al uno-uno, lo que hace al sistema insostenible. La actual relación es 2,57 ó 2,59 activos por cada jubilado.

Pero todos los informes que se han realizado siempre a largo plazo fracasan en sus previsiones demográficas, porque nadie sabe lo que ocurrirá en 30 años.

Son los científicos los que nos alertan y no podemos esconder la cabeza debajo del ala. El problema demográfico va a existir y si estuviéramos 10 años sin hacer nada al cabo de este periodo tendríamos que tomar medidas drásticas.

Retrasar la edad de jubilación ¿no es una medida drástica?

Si lo hiciéramos de golpe y porrazo sí sería una medida drástica, pero lo que proponemos es un periodo de tiempo de implementación parcial, a lo largo de un número de años suficientes. Esto nos lo podemos permitir porque el sistema público de pensiones, aunque sea a largo plazo, no tiene peligros, solo necesita reformas.

El periodo para la aplicación del retraso no aparece en el documento que aprobó el Consejo de Ministros.

No, porque la propuesta responde a tres parámetros. Uno es que el retraso se podrá perfilar en 2013, con lo que podría entrar en vigor en 2014. Dos, que se toma como experiencia la situación europea; y tres, hay que considerar las peculiaridades demográficas de España. En base a esto, el Gobierno ha hecho una propuesta con amplitud suficiente para llegar a acuerdo con los interlocutores parlamentarios y sociales.

¿Qué faceta de las pensiones se libra del proyecto del Gobierno?

Es una propuesta que tiene que considerar la situación de los trabajadores que lleven más tiempo trabajando. No es lo mismo decirle a una persona que lleva 45 años trabajando que tiene que retrasar su edad de jubilación que a alguien que solo lleva 20 años. Tampoco es lo mismo decírselo a quien desarrolla una actividad más sedentaria que a otro que hace una más penosa, aunque en esto hay que tener cuidado porque hay trabajos intelectuales que pueden resultar muy penosos.

Pero los incentivos a prolongar de manera voluntaria la vida laboral ¿han tenido éxito?

Cada año hay más trabajadores que retrasan su salida del mercado laboral. En 2009 se batió el récord con 22.000 jubilados que abandonaron su empleo con más de 65 años de edad.