CUMBRE EUROPEA

Merkel y Sarkozy abogan por un gran pacto de competitividad

La canciller germana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, abogaron por establecer cuanto antes un ambicioso pacto de competividad para Europa.

Merkel y Sarkozy, en Bruselas, en una cumbre europea
Merkel y Sarkozy abogan por un gran pacto de competitividad
EFE

La canciller germana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, abogaron por establecer cuanto antes un ambicioso pacto de competividad para Europa.


En el arranque del Consejo Europeo, Merkel anunció que Berlín y París harán en la tarde una propuesta conjunta en ese sentido, con el objetivo puesto en mejorar la coordinación de las políticas económicas en el bloque y situarlo como un actor fuerte en la escena mundial.


Merkel explicó que uno de los objetivos es mejorar la competitividad de la Unión Europea ante otros gigantes económicos mundiales, consolidados, como Estados Unidos o Japón, o emergentes como Brasil, China o India.


Al mismo tiempo, subrayó que ese pacto debe apostar por el crecimiento conjunto de los socios de la eurozona, aunque sin excluir a otros miembros comunitarios que no formen parte del euro, dijo Merkel.


Por otro lado, la canciller explicó que en esta cumbre europea, de un día de duración, se hablará también de los pasos a dar para convertir en permanente el mecanismo de rescate del euro, que vence en 2013, y dotado con 750.000 millones de euros.


"Creo que hemos dado grandes pasos adelante, también en el tema de las reformas necesarias para mantener un euro estable", comentó.


A pesar de que la cumbre de Bruselas presenta en su agenda oficial temas relativos a la seguridad del suministro energético en Europa y a la diversificación de fuentes, en realidad el verdadero debate estará, como en los últimos dos años, marcado por la crisis que castiga, en mayor o menor grado, a los 27 socios comunitarios.


Hoy se hablará mucho acerca de una posible flexibilización -en cuantía y capacidades- del fondo de rescate al euro, que se transformará en permanente gracias a leves ajustes al entramado jurídico del Tratado de Lisboa.


Actualmente, la capacidad efectiva de financiación del fondo en su parte intergubernamental (dotada con 440.000 millones de euros) se limita a 250.000 millones, debido a que según los expertos necesita mantener reservas de capital para no perder la máxima nota de crédito.


Por ello, la ampliación del fondo, creado en mayo pasado para atajar posibles nuevas crisis de deuda como la de Grecia y usado por primera vez por Irlanda para recapitalizar su debilitado sector bancario, será uno de los asuntos más espinosos sobre la mesa de los jefes de Estado y gobierno comunitarios.