SEGUNDO RESCATE FINANCIERO DE LA UE

Lisboa marca distancias con Dublín y dice que no necesita ayuda

El primer ministro portugués, José Sócrates, pronostica que el país saldrá de la crisis sin rescates.

Consciente de que es el siguiente en la lista de los especuladores, Portugal marcó ayer distancias con Irlanda y subrayó la buena salud de su banca y la determinación de reducir el abultado déficit fiscal luso.

Pero varios analistas financieros y medios económicos expresaron el temor de que los mercados aumenten la presión sobre Portugal, a pesar del optimismo del Gobierno, de la oposición conservadora, y de que la bolsa lusa subió mientras los intereses de la deuda bajaban con el anuncio del rescate irlandés.

En una declaración escrita, el ministro de Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, se mostró confiado en que Lisboa saldrá de la crisis sin ayuda y alabó el plan europeo para Irlanda porque "alivia recelos, reduce la incertidumbre y refuerza la confianza de los mercados".

Desde Bruselas, donde asiste a una reunión europea, el titular de Exteriores, Luis Amado, también destacó a los medios lusos la importancia del rescate de Dublín para evitar el "efecto de contagio" a otras economías y puntualizó que la situación de Irlanda "es bien diferente de la portuguesa".

Ambos ministros, Teixeira y Amado, fueron muy cuidadosos en sus valoraciones después de que hace una semana causaran una conmoción en los mercados y en su país al mencionar, en entrevistas diferentes, el peligro de que también Portugal sea rescatado y la posibilidad de que salga del euro.

Especulación "sin sentido"

También salió en defensa de la economía lusa, el primer ministro portugués, José Sócrates, que pronosticó que superará la crisis sin ayuda y que el rescate de Irlanda frenará la especulación financiera "sin sentido" que padece.

La ayuda europea a Dublín se hace también para estabilizar el euro, subrayó el primer ministro, que agregó que "la moneda única es una conquista, no estoy dispuesto a abdicar de ella y lo haré todo para defenderla".

"Portugal no tiene ningún problema en su sistema financiero", insistió el dirigente socialista que aseguró que Lisboa "resolverá sus propios problemas", para lo cual ha abordado ya el más drástico plan de ajuste aplicado en el país en sus tres décadas de democracia.

Pero estas medidas amenazan con exacerbar otro frente, el de la contestación social, de los varios que ya tiene abiertos Sócrates, desde que perdió, hace un año, la mayoría absoluta.

Por primera vez en 22 años los dos grandes sindicatos nacionales -la Confederación General de Trabajadores Portugueses (CGTP, comunista) y la Unión General de Trabajadores (UGT, socialista)- se han unido en la convocatoria mañana de una huelga general. Los dirigentes sindicales se declararon ayer seguros de que van a paralizar el país con la protesta, a la que se han adherido los comités de empresa de grandes compañías de transportes y servicios y los sindicatos de la Administración pública.