PRODUCCIÓN BIOLÓGICA

Las hectáreas dedicadas a la agricultura ecológica en Aragón se han triplicado en la última década

En los campos aragoneses se cultiva sobre todo cereal, pero también hortalizas, frutas, oliva, vid, legumbre y plantas medicinales, según ha explicado la jefa de administración del Comité Aragonés de Agricultura Ecológica (CAAE), Ana María Atienza.

Aragón cuenta con más de 66.000 hectáreas dedicadas a la agricultura ecológica y produce al año una media de 36.600 toneladas de este tipo de productos, cuya demanda por parte de los consumidores se ha incrementado de una forma espectacular en los últimos años.


En los campos aragoneses se cultiva sobre todo cereal, pero también hortalizas, frutas, oliva, vid, legumbre y plantas medicinales, según ha explicado la jefa de administración del Comité Aragonés de Agricultura Ecológica (CAAE), Ana María Atienza, quien ha reconocido que los ciudadanos tienen cada vez más conciencia de "las virtudes" de estos productos biológicos.


En diez años, el número de hectáreas dedicadas a la agricultura ecológica en la Comunidad se ha triplicado, al pasar de poco más de 20.000 en 2000 a unas 66.000 en 2009, mientras que el de los productores han pasado de 289 a unos 750 en el mismo periodo.


Para Atienza, estas cifras suponen una "apuesta clara" por este sistema de producción agraria que consigue obtener "productos de máxima calidad nutritiva y sensorial respetando el medio ambiente y evitando el uso de productos químicos".


Precisamente, España es el país de la Unión Europea (UE) con mayor superficie dedicada a la agricultura ecológica, 1,6 millones de hectáreas, que se han incrementado un 119 por ciento entre 2004 y 2009.


El 95% de la producción biológica aragonesa se exporta, sobre todo, a Alemania, Francia, Holanda, Inglaterra y Suiza, mientras que el 15% restante se distribuye y comercializa en España, con una muy buena acogida por parte de los consumidores.


Y es que la demanda no ha dejado de crecer a pesar de la actual situación de crisis económica y de que el precio puede superar en un 25% al de un producto no ecológico, según Atienza, quien ha recalcado, no obstante, que los consumidores de productos biológicos en España no suponen ni el 2%del total.


La producción de este tipo de mercancía requiere de una "gran dedicación" y de un "cuidado extremo" para evitar la contaminación del producto o la llegada de plagas, ya que "una vez se ha instalado una plaga es difícil combatirla", según ha explicado Antonio Artal, agricultor ecológico desde hace más de 12 años en la zona de Lécera (Zaragoza).


Artal ha comentado que se ahorran costes en herbicidas y productos químicos, pero la producción es menor y hay que estar "muy pendiente" porque la clave es "prevenir", al tiempo que ha insistido en que él confía muchas veces en la propia naturaleza, que "es muy sabia", y es que él es de los que piensan que "si te surge alguno de esos problemas es que hay algo no has hecho bien".


A su juicio, lo más difícil es "encontrar un mercado para el producto" y por ello considera que es importante "diferenciarse" de los productos convencionales, buscar otro tipo de consumidor "más fiel" dispuesto a pagar esa diferencia de precio por un producto de más calidad y con garantías.


Estos productos, según explica el CAAE, ayudan a mantener la conservación de los suelos; favorecen la retención de agua y no contaminan los acuíferos; estimulan la biodiversidad; fomentan el desarrollo rural; son socialmente más económicos; impulsan la creación de nuevos puestos de trabajo y fijan población; están protegidos por una estricta normativa y son alimentos saludables, ricos en nutrientes y sabrosos.


Antonio Artal ha insistido en que él "vende salud" al consumidor y aunque ha lamentado que la agricultura -ecológica y convencional- lleva años en crisis, también ha reconocido que el consumo de alimentos biológicos cada vez tiene más adeptos.


Uno de los lugares donde se puede encontrar alimentos de este tipo es en el Mercado Local Agroecológico, que tiene lugar en la plaza José Sinués de Zaragoza cada dos semanas bajo el lema "Consume sano, sabroso, seguro y cercano", y que también se establece en algunos barrios de la ciudad.