MANUEL TERUEL

«Las cámaras hemos vendido muy mal lo que hacemos»

El nuevo responsable de las cámaras españolas asume su cargo convencido de que estas instituciones son imprescindibles para la empresa.

Manuel Teruel
«Las cámaras hemos vendido muy mal lo que hacemos»
HERALDO

Manuel Teruel fue elegido esta semana presidente del Consejo Superior de Cámaras en sustitución de Javier Gómez Navarro, que presentó recientemente su dimisión. Teruel asume que ha dado un paso al frente en un momento delicado, crítico, para estas instituciones, pero apunta que le gustan los retos y se muestra convencido de que las cámaras saldrán fortalecidas y sabrán adaptarse a la nueva situación.


¿Con qué hoja de ruta accede usted a la presidencia del Consejo Superior de Cámaras? ¿Qué objetivos quiere cumplir?


Creo que me va a tocar ser un presidente de reconversión, más que de representación. Me va a tocar hacer un trabajo interno de reestructuración y reorientación hasta que tengamos una ley estable de futuro. Mi compromiso es ayudar a las cámaras a que se posicione para los próximos años, desde el punto de vista tecnológico, de ordenamiento de servicios y de productos para las empresas.


¿Por dónde empezará?


Primero debemos hacer un autodiagnóstico de dónde estamos y de lo que somos. Creo que las cámaras hemos vendido muy mal lo que hacemos. Y cuando vas a las administraciones a pedir que se promueva una nueva Ley de Cámaras y a buscar una fórmula de financiación hasta que exista esa nueva norma, debes ir con los deberes hechos. Lo primero que necesitamos es reordenar los servicios que ofrecemos, hacer un ejercicio de humildad y autocrítica porque, seguramente, dentro de las cámaras hay cosas que se pueden modernizar y mejorar, hay que buscar criterios más economicistas, hay que dar ejemplo de eficiencia y tratar de que con el mismo dinero lleguemos a más empresas. Por eso, lo primero que he hecho es encargar una revisión de todos nuestros servicios y de los distintos convenios que tenemos con las administraciones, con el objetivo de analizar el impacto económico que tienen, el modelo de financiación, para con todo ello, hacer una reordenación, una adaptación al contexto actual buscando sinergias, eficiencias.


En paralelo, hemos habilitado un buzón de sugerencias para que las distintas cámaras propongan ideas, un 'brain storming' que nos permita trabajar en una línea consensuada. Hemos sido capaces de hacer unas elecciones unidos como una piña y queremos hacer una reconversión de libro; queremos gestionar las cámaras con criterios empresariales.


¿Y la nueva Ley de Cámaras?


Ese será el siguiente paso. Con los datos que hemos ido recopilando sobre las cámaras europeas elaboraremos un preborrador de Ley de Cámaras, que yo pretendo que cuente con el mayor consenso posible para que sirva para muchos años, que no se cambie en cuanto cambie el color del gobierno. La norma será consensuada con las organizaciones empresariales, los partidos políticos y las comunidades autónomas.


¿Cuál es el modelo de cámara, de las que hay en Europa, que más les gusta?


El alemán funciona muy bien, a mí me gusta mucho. Pero podemos ir a modelos mixtos, incorporar lo mejor de cada una.


El modelo de financiación será el asunto más peliagudo al que tendrán que enfrentarse.


Sí. Este año aún seguimos financiándonos con las aportaciones obligatorias de las empresas. En 2012 solo tributarán ya las empresas que facturen más de 10 millones de euros. Y a partir de 2013 las cuotas camerales no serán obligatorias. Yo he pedido un año más de margen.


¿Y si el Gobierno no concede este retraso?


A partir de 2013 tendríamos que buscar financiación para determinados servicios y si no se consiguiera habría que reducir actividad y despedir gente, pero yo creo que no llegaremos a eso, creo que vamos a ser capaces de hacer nuestros deberes y reordenar nuestros servicios, adecuarlos al momento actual: las empresas nos necesitan; nunca nos han necesitado más que ahora, y nunca las administraciones han necesitado más del apoyo de todos para estimular, modernizar y llegar a las empresas. De las crisis se sale adaptándose a la nueva situación y para adaptarse tienes que cambiar, necesitas instrumentos, las crisis no se resuelven por sí solas.


A futuro, usted defiende una fórmula de cofinanciación...


Sí, que una parte sea pagada por la empresa que recibe el servicio y otra parte sea financiada por las administraciones (central, autonómica y local). El empleo no se compra en los mercados, sale de crear valor añadido. Y el empleo más inmediato es el de la pequeña y mediana empresa. Si consiguiéramos que cada pyme contratara a una o dos personas porque aumentara su actividad, le daríamos un buen recorte al desempleo. Las grandes multinacionales se localizan y deslocalizan con facilidad y no creo que a corto o medio plazo vayan a venir multinacionales nuevas a resolver el problema del paro. Es la pyme la que más puede estimular el empleo. Y los servicios de las cámaras van dirigidos a ellas porque este tipo de empresa no puede pagar esos servicios a precio de mercado. Ahí es donde pedimos la colaboración de las administraciones.


Este es un momento crítico para las cámaras, ¿cree que alguna podría desaparecer si no es capaz de adaptarse a la nueva situación?


En este momento, yo estoy programado para que no desaparezca ninguna; espero no tener que reprogramarme cuando tenga más información y conozca la respuesta de la Administración. Yo busco ayudar a modernizar todas las cámaras, que den servicios de mayor calidad, con metodologías de trabajo que nos permitan afrontar los próximos años.


En cualquier caso, su papel no va a ser cómodo. Puede encontrarse en una especie de fuego cruzado entre la Administración y aquellas cámaras que se resistan al cambio.


Yo no he percibido resistencia en las cámaras. Estamos todos mentalizados de esta nueva situación. En los 125 años que tenemos de existencia hemos pasado por muchas vicisitudes y aquí estamos. No me preocupa la respuesta de las cámaras, me preocupa que tenemos un plazo muy corto y tenemos que reaccionar muy rápido, poner talento y lograr la complicidad de las administraciones porque el fin merece la pena. Las empresas nos necesitan, los servicios que les prestamos son imprescindibles. En comercio exterior las cámaras somos imprescindibles. El comercio exterior no se rige por leyes, sino por usos y costumbres y esos usos y costumbres los regulan las cámaras, que en España somos 88, pero en el mundo son 3.500.


¿Con qué se daría por satisfecho cuando finalice su mandato?


Con haber logrado una buena Ley de Cámaras, de consenso para que dé estabilidad. Y en esta etapa-puente, salvando todo el empleo y posicionando la imagen de las cámaras acorde con el esfuerzo que hacen. No hemos sabido vender el esfuerzo que hacemos, los servicios que prestamos, no hemos sabido transmitir a la sociedad el auténtico valor de nuestra actividad; hemos sido muy trabajadores y muy malos vendedores. Las cámaras somos la administración que le pone cara y ojos a los emprendedores, que resuelve problemas concretos todos los días. La economía necesita de las pymes y las pymes necesitan los servicios que damos las cámaras.