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Las auxiliares del automóvil aragonesas, pendientes de GM

Una reunión convocada por CC. OO.-Aragón pone de manifiesto la preocupación y el temor que existe en las empresas de componentes ante el ERE que estudia la multinacional

Las empresas auxiliares de la comunidad que trabajan para General Motors se mantienen a la espera de lo que finalmente proponga la multinacional del automóvil para absorber el excedente laboral que se producirá por el descenso de la producción.


General Motors comunicó la semana pasada a la plantilla que está considerando la posibilidad de suspender durante un año hasta 600 puestos de trabajo en Figueruelas. Esta suspensión se debe al cierre de la línea de producción del Meriva del turno de noche, medida que se adoptará desde el 3 de noviembre de este año hasta el lanzamiento al mercado del nuevo modelo. Según los datos que maneja el sector, el expediente de GM podría provocar el recorte de unos 900 puestos de trabajo en firmas auxiliares del sector del automóvil en Aragón.


En la reunión que mantuvieron ayer los delegados y miembros de comités de empresa de CC. OO. de empresas auxiliares de GM, los representantes de los trabajadores mostraron su preocupación por la situación que se avecina, aunque explicaron que, ante la falta de información oficial, se mantienen a la expectativa. Salvador Salas, secretario de la Federación Minerometalúrgica de CC. OO.-Aragón, federación convocante del encuentro, explicó que se trató sobre todo de una reunión "de tanteo", para contar a las auxiliares los datos que se conocen sobre la situación de GM y recabar, al mismo tiempo, qué está ocurriendo en las auxiliares.


Menor margen de maniobra


"De momento -dijo Salas- nadie está moviendo ficha porque falta información. Las empresas de componentes se mantienen a la expectativa, aunque están preocupadas, sobre todo las que trabajan en exclusiva para el modelo Meriva". El responsable del Metal de CC. OO.-Aragón dijo que aún no se sabe qué consecuencias puede tener para las empresas de componentes la situación de GM, "aunque temen que les afectará para mal". Salas opinó que aunque la situación pudiera solventarse en GM y la compañía echara mano de vías diferentes al expediente de regulación temporal de empleo, las auxiliares de la empresa no van a tener el mismo margen de maniobra para superar el bache con medidas de flexibilidad productiva y laboral.


Asimismo, Salas aprovechó la reunión con los representantes de CC. OO. en las auxiliares de GM para reiterar la oposición del sindicato al expediente que estudia la multinacional. "Durante años, la empresa nos ha exigido flexibilidad, adaptarnos a sus necesidades de fabricación para poder adecuar la producción a las demandas del mercado a cambio de evitar los expedientes de regulación de empleo. Ahora no pueden plantear un ERE, ¿para qué han servido entonces -se preguntó Salas- las medidas de flexibilidad pactadas?". "Lo que no puede hacer GM -dijo Salas- es incumplir compromisos".