MACROECONOMÍA

La mitad de las comunidades cuestiona las previsiones de crecimiento del Gobierno

No ven "viable" que el PIB crezca más de un 2% en 2008 y 2009.

Casi la mitad de las comunidades autónomas cuestiona las previsiones de crecimiento que maneja el Gobierno para el producto interior bruto (PIB), hasta el punto de que no ven "viable" que vaya a crecer más de un 2% en 2008 y 2009, como sostuvo el vicepresidente económico, Pedro Solbes, en la revisión extraordinaria del cuadro macroeconómico que tuvo que realizar a finales de abril ante la aceleración del frenazo ya esperado en la actividad (las próximas las hará ya, según anunció este miércoles en el Congreso, en los períodos habituales en la pasada legislatura: julio y septiembre). Lo hicieron en el marco del Consejo de Política Fiscal y Financiera, antes de iniciar el debate sobre el nuevo modelo de financiación autonómica.


El rechazo de esos territorios, aunque en parte esperado por el signo político de sus respectivos gobiernos -cinco los dirige el PP en solitario (Castilla y León, Madrid, La Rioja, Comunidad Valenciana y Murcia) y otros dos en coalición (Navarra y Canarias)- no deja de ser significativo, al reivindicar sus representantes un "mayor realismo" en sus estimaciones que las que realiza el Ministerio de Economía y Hacienda en público, pues en privado los datos preliminares que se manejan dentro del mismo son claramente más negativos. La sorpresa llegó del lado de Cataluña, donde gobierna el tripartito de izquierdas donde participa el PSC, y a cuyo responsable tampoco convencieron las explicaciones de Solbes sobre la situación de la economía.


El ministro les habló del "complicado" entorno internacional en el que se está moviendo la economía española, afectada por las "restricciones" crediticias derivadas de las turbulencias financieras internacionales, y el incremento de la inflación, que achacó a la subida de los precios del petróleo y los alimentos. También apuntó a lo que definió como un "proceso de normalización" en la construcción residencial, no un parón, y a un crecimiento general "más incierto y menos positivo" que la legislatura anterior -en modo alguno una crisis, sino una "desaceleración" más acusada, insistió-, pero sólo "a corto plazo". Este discurso, a priori nada pesimista, fue acompañado, eso sí, de una clara advertencia a las comunidades para que "contengan" su gasto, y apuesten más por la disciplina y la austeridad presupuestaria.


Un "contrasentido"


Para las gobiernos autonómicos discrepantes con su explicación, esta resulta un "contrasentido", pues "se dice al mismo tiempo que las cosas no están mal y, sin embargo, se nos pide que nos apretemos mucho el cinturón", según el consejero de Economía de una de esas regiones. "Para nosotros -añadió-, no resulta creíble la previsión oficial de que el PIB subirá un 2,3% tanto este año como el próximo", y por ello esas siete comunidades votaron en contra de los umbrales de crecimiento establecidos por el Gobierno, mientras que Cataluña se abstuvo y las otras ocho autonomías gobernadas por el PSOE (Aragón, Asturias. Cantabria, Galicia, Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares y Andalucía), más el País Vasco, respaldaron las cifras de Solbes.


La importancia de que se cumplan o no esas previsiones, más allá de las criticas políticas al Ejecutivo, es que si la economía española crece menos del 2% en 2008 y 2009, algo que ahora no parece nada descabellado, las comunidades podrán incurrir en déficit en sus balances contables en vez del equilibrio presupuestario que se les exige conforme a la nueva Ley de Estabilidad Presupuestaria. Por el contrario, cuando el PIB aumente por encima del 3%, tasa que el Ejecutivo no espera recuperar hasta 2011 (en 2010 lo haría entre el 2% y el 3%), habría que volver a la senda del superávit, en la que el Estado ha marcado sendos récord en los últimos años pero donde las autonomías apenas se han estrenado.