FUSIÓN DE CAJAS

La fusión 'fría' no resulta tan remota

Juan Pemán reconoce que la caja no descarta que se acabe imponiendo la opción de la integración con otras cajas.

Luis Miguel Carrasco, Juan Pemán y Juan Antonio García Toledo, en la presentación de ayer.
La fusión 'fría' no resulta tan remota
TANIA CASTáN/A PHOTO

El nuevo presidente de Caja Inmaculada (CAI), Juan Pemán, dijo ayer que la caja aragonesa está abierta a integrarse con otras entidades de ahorro bajo la fórmula de un SIP (Sistema Institucional de Protección) o fusión 'fría'. Pemán, que fue elegido el pasado domingo presidente de la CAI, se presentó ayer de manera oficial a la opinión pública y avanzó cuál será su hoja de ruta para los próximos cuatro años de mandato.


Como no podía ser de otra manera, la reestructuración del mapa financiero copó la mayor parte de su tiempo de presentación. En este punto, la opinión de Pemán sonó más proclive a una integración con otras cajas de lo que han venido manifestando hasta ahora otros directivos de la entidad aragonesa. Pese a que aseguró que no se había producido un cambio relevante en este asunto e insistió en que "no se ha desechado totalmente la posibilidad de seguir en solitario" -porque creen en su proyecto financiero y porque las ratios de la caja lo permitirían- reconoció que, en los últimos tiempos, trabajan también intensamente en la vía de integración con otras cajas. "No desechamos, en absoluto, que las circunstancias del actual escenario económico -dijo Pemán-, y las recomendaciones del supervisor acaben imponiendo la opción de la integración. Posibilidad de integración -matizó- que, en ningún caso contempla una fusión en sentido estricto, sino más bien una alianza con otras cajas, por la vía de un SIP".


El perfil de las 'candidatas'


El presidente de la CAI no quiso aventurar posibles nombres y aseguró que ni hay negociaciones ni operaciones concretas en marcha, pero al mismo tiempo ofreció un perfil tan detallado de sus probables 'candidatas' a la unión, que dejó la puerta más que abierta a pensar que, en la mente de la caja aragonesa, hay ya nombres muy precisos.


Entre las pistas que dio, Pemán se refirió a las condiciones que pondría la caja aragonesa para una hipotética unión con otra entidad: el mantenimiento de las señas básicas de identidad de la caja, así como del empleo que genera serían aspectos prioritarios. Por otra parte, no entraría en sus planes la integración en un SIP muy grande, en el que la CAI quedara diluida o fagocitada, más bien pensarían en un SIP de tamaño "moderado", uniéndose a cajas similares o más pequeñas y con parecidas señas de identidad, para que la entidad aragonesa tuviera en el SIP una posición relevante. Contemplarían también como una ventaja que fueran cajas con "cierta proximidad geográfica". Se plantearían una fusión 'virtual' en un SIP que añadiera "valor a sus componentes, no solo por la vía de la simple agregación numérica -previamente había manifestado que la CAI no está obsesionada por el tamaño-, sino porque complemente y refuerce los proyectos respectivos, sobre la base -dijo Pemán- de una afinidad o sintonía en cuanto a la manera de gestionar el negocio".


Expresamente, descartó un SIP con Ibercaja y con Caja Madrid y reconoció que contactos hay muchos, pero negociaciones formales, ninguna.


No acudirían al FROB


El presidente de la CAI apuntó también que en el caso de que se optara por un SIP no tendrían que recurrir al FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), por lo que la urgencia y la presión a la que están sometidas otras entidades, que tienen de plazo hasta el 15 de junio para recurrir a este fondo, no la tienen ellos.


Pemán reiteró que los buenos datos de la CAI avalan esta percepción: en el primer cuatrimestre de este año, la caja aragonesa obtuvo un beneficio neto de 7 millones de euros, manteniendo sus ratios de solvencia (el 'core capital' sigue en el 8,5%) y liquidez (el 12% de sus activos).