El SIP (Sistema Institucional de Protección) o fusión 'fría' que crearán Caja Inmaculada, Caja Badajoz y Caja Círculo podría estar operativo a comienzos del año próximo. El presidente de Caja Badajoz, Francisco García Peña, avanzó ayer en rueda de prensa detalles de esta operación, anunciada el pasado lunes. Entre ellos, que a partir de ahora se encargará a una agencia externa un estudio para establecer el peso de cada caja en el grupo, si bien con la "condición previa" de que ninguna "va a tener la mayoría como para que las decisiones estratégicas de calado las pueda tomar" por sí sola. Ello implica que ninguna alcanzará un peso representativo superior al 49%. Otra premisa será que las decisiones no pueden ser tomadas nunca por una sola caja, sino que será necesaria el apoyo de "al menos dos".

Sobre el modo en que se articulará este SIP, que no acudirá al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), Francisco García Peña indicó que si bien "hay quien es reacio a plantearse que la entidad central que rija" sea un banco, "hay que poner en claro que (ello) no supone para nada una bancarización de las cajas como se ha dicho, ni supone ningún peligro al régimen jurídico de las cajas". "Por una razón muy sencilla, porque las propietarias del banco que se pudiera establecer como entidad central del grupo serían las propias cajas; por lo tanto es muy difícil que una caja tire piedras sobre su propio tejado, cuando lo único que está haciendo es dotarse de un instrumento que le sirva para acudir a los mercados y captar pasivo", explicó.

Un banco como entidad central

En todo caso, indicó que a falta de lo que en su día pudiera decidir una posible reforma de la ley de cajas (LORCA), a Caja Badajoz "no le causa ningún resquemor el hecho de que la entidad de central sea un banco, porque el propietario de ese banco serían las propias cajas que forman el SIP".

Respecto a la sede de dicha entidad representativa del SIP, indicó que de este asunto no se ha hablado aún, aunque dijo que tampoco le "preocupa". "La mayoría de los SIP están estableciendo la sede en Madrid; a nosotros es un tema que no nos preocupa porque no conlleva ninguna prebenda que sea irrenunciable, nos daría igual en Burgos, Madrid, Zaragoza o en aquí en Badajoz, ese no es motivo de preocupación", dijo.

Sí apuntó que en cuanto a esos servicios centrales, la idea es que la entidad "que surja no sea muy voluminosa", sino "una cosa discretita". "Es decir, no tenemos por qué coger a 50 ó 60 personas de cada caja y mandarlas a Madrid o al sitio donde se decida que está la sede, porque en estos momentos, la tecnología permite que cada caja, en sus servicios centrales, sea la responsable de un área determinada de la entidad central. Por tanto -dijo- yo creo que ahí tampoco vamos a tener grandes complicaciones".

El presidente de Caja Badajoz explicó asímismo que el proyecto ha sido "muy bien acogido" por el Banco de España: "Tengo que decir públicamente que ha sido muy bien acogido, muy bien calificado en el sentido de que es uno de los pocos proyectos que están en marcha, que se ha iniciado por voluntad propia de las tres cajas que lo componemos, y en ningún caso forzados por alguna situación crítica de ninguna de ellas", expuso el presidente de la entidad pacense, quien atribuyó también el "gran reconocimiento" del proyecto a la "gran solvencia" e "inmejorables" ratios que se aportan.

Respecto al volumen del SIP, García Peña restó importancia al hecho de que sea "de los últimos en el ranquin" y precisó que "entidades de tamaño mediano o pequeño pueden seguir sobreviviendo en este ámbito socieconómico y en el futuro", al tiempo que puntualizó que en este caso no se trata de un tamaño tan pequeño, puesto que la suma de los activos superan los 21.000 millones.