Industria baraja repartir el sobrecoste de las renovables entre consumidores y eléctricas

El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, reconoció que su departamento estudia hacer partícipes a las empresas eléctricas del sobrecoste que implica el uso de las energías renovables en la generación de electricidad. En la actualidad, buena parte de esta carga recae en los consumidores. La fórmula que se aplica a la tarifa que pagan veinte millones de usuarios domésticos incorpora una parte regulada, cuya evolución decide la administración, que además de las primas a las renovables, computa los pagos por el déficit acumulado y los costes de la distribución y el transporte mayorista.

Soria aseguró, en declaraciones a una emisora de radio, que las renovables seguirán teniendo un importante peso en el conjunto de la generación, pese a ser las energías más caras. Pero también añadió que su extracoste lo tiene que pagar alguien. "Si el Estado no tiene recursos, porque cada vez dispone de menos, si los consumidores no desean que se incorporen a las tarifas y si las eléctricas tampoco quieren, es evidente que tendremos que llegar a un acuerdo entre todos para saber lo que hacemos".

Según sus declaraciones, el Ejecutivo no quiere actuar de manera unilateral a la hora de cambiar el modelo que, en su opinión, debe acabar con la "hemorragia financiera" del déficit de tarifa. La diferencia entre los costes reconocidos a las empresas generadoras y los ingresos percibidos por estas compañías ya supera los 22.000 millones de euros y sigue creciendo, pese a la ley aprobada por el anterior Gobierno para atajar estos números rojos, y aunque varias sentencias del Supremo han recordado a las autoridades la obligación de tomar en cuenta el principio del equilibrio a la hora de determinar las tarifas.

El ministro reconoció que ya ha empezado a hablar con las empresas.

En medios del sector se apunta que de estas conversaciones habrían salido acuerdos como la prórroga de la nuclear de Garoña -propiedad de Endesa e Iberdrola al 50%, a través de Nuclenor- hasta el año 2019. Pero el núcleo duro del diálogo entre ambas partes reside en los términos que permiten calcular el déficit tarifario, y en concreto con el procedimiento de cómputo de los costes, y el reconocimiento que se realiza a las diferentes tecnologías (térmica convencional, de gas, nuclear e hidroléctrica).