FUSIÓN DE CAJAS

Ibercaja dice que propuso crear una gran caja aragonesa, pero CAI se negó

Amado Franco reconoce contactos con Caja Inmaculada. Asegura que han estudiado la documentación de Cajasur, pero rechaza que vayan a presentar oferta por esta entidad.

El presidente de Ibercaja, Amado Franco,  y el director general, José Luis Aguirre, en el Pabellón Puente.
Ibercaja dice que propuso crear una gran caja aragonesa, pero CAI se negó
J.M.MARCO

El presidente de Ibercaja, Amado Franco, reconoció ayer abiertamente que la entidad de ahorro que preside había pulsado la voluntad y la disposición de Caja Inmaculada para "constituir una gran caja aragonesa", pero que la CAI no vio oportuna esta operación.


El máximo directivo de Ibercaja aclaró, con estas declaraciones, la situación vivida la semana pasada, después de que trascendiera que los responsables de ambas cajas habían mantenido contactos: "Con la CAI no ha habido negociaciones -dijo Franco-, pero sí hubo que Ibercaja se creyó con la responsabilidad de ofrecer a la CAI la posibilidad de constituir una gran caja aragonesa como han hecho ya los gallegos y los catalanes y como seguramente harán los vascos y los andaluces. La CAI, en una decisión que hay que respetar, no lo creyó oportuno. Y punto. No hubo absolutamente nada más", zanjó el presidente de Ibercaja.


Amado Franco, que se refirió a la reorganización del mapa financiero español y al tema de las fusiones tras firmar un convenio entre la sociedad Expo Zaragoza Empresarial e Ibercaja por el cual la caja se hace cargo de la gestión del Pabellón Puente, recordó también que la entidad aragonesa "no ha estado quieta. Hemos tenido conversaciones -dijo Franco- con mayor o menor grado de profundidad con más de media docena de entidades". El presidente de Ibercaja reiteró que la caja tiene su propio proyecto, "que se basa en la solidez, la solvencia, la liquidez y unos buenos coeficientes de morosidad. El tamaño -argumentó- puede acompañar siempre y cuando estas variables no se vean dañadas".


No es esta la primera vez que el presidente de Ibercaja analiza la estrategia de la caja y avanza su postura con respecto al proceso de fusiones que se vive en este momento en España. Amado Franco siempre ha defendido la necesidad de salvaguardar estas señas de identidad de la caja aragonesa y ha insistido en que el afán por ganar tamaño no puede justificar, en ningún caso, poner en peligro las ratios de solvencia, liquidez y morosidad de la entidad aragonesa. Aún así, también ha reconocido en varias ocasiones que Ibercaja estudiará todas las operaciones que, cumpliendo con el requisito anterior, puedan ser beneficiosas para la caja.


Futuro complejo para el sector


En este contexto, reconoció que otros acercamientos para analizar posibles fusiones no fueron posibles "por el veto de otros gobiernos autonómicos; así nos lo hicieron ver en un par de ocasiones". Amado Franco no quiso develar los nombres de las cajas a las que quisieron acercarse; solo dijo que las dos comunidades eran limítrofes (en el sector se dio por seguro en su día un acercamiento a entidades de Cataluña y Valencia).


Más recientemente, otras informaciones han apuntado un interés de Ibercaja por la recientemente intervenida Cajasur. Amado Franco reconoció que "han mirado el tema", pero dijo tajante: "no nos compensa". Por tanto, el presidente de Ibercaja recordó que "seguimos trabajando en nuestro propio proyecto y no estamos cerrados a nada en el futuro. En esta primera tacada, solteros, pero contentos".


De cara al futuro, Franco dijo que se avecina "una etapa difícil, más para los que han acudido al FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) porque aparte del coste (de la ayuda prestada) del 7,75%, que puede llegar al 10%, el FROB exige reducir el tamaño vía cierre de oficinas, empleados, reduce las cantidades que puedes destinar a la Obra Social, impide hacer actividades comerciales agresivas, etcétera". "En dos meses -concluyó- han surgido entidades más gordas y ahora van a adelgazar".