LA CRISIS ECONÓMICA

El Eurogrupo califica de "valiente" el plan español

Pide esperar a junio para ver si es suficiente, mientras el euro y el petróleo caen por el temor a más recesión.

La vicepresidenta española, Elena Salgado, y el ministro de Finanzas griego, George Papaconstantinou, ayer en el encuentro del Eurogrupo.
El Eurogrupo califica de "valiente" el plan español
AFP

Con los mercados todavía estremecidos por los últimos acontecimientos y el euro a niveles de cambio con el dólar que no se veían hace 4 años, los ministros de Finanzas de la Eurozona volvieron ayer a reunirse en Bruselas en consejo ordinario -hoy lo harán los 27 en Ecofin- para analizar la evolución de los acontecimientos.

El clima se presentaba cargado. Después de haber puesto en marcha el mecanismo provisional de apoyo a Grecia y de haber aprobado otro instrumento, también provisional, para proteger a los socios de la moneda única de la especulación, el terreno estaba abonado para la incontinencia verbal. A ella se libraban ayer unos y otros con gran desparpajo, dando con ello a pensar que a falta de la corrección esperada en los mercados de capitales por las recientes medidas, hay políticos que todavía esperan lograr ese objetivo a gritos.

La situación llegó a tal grado que el propio presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, persona mesurada donde las haya, pedía moderación en el discurso público a dirigentes como Angela Merkel, que ha acusado a los países de la zona del euro con déficits importantes de haber atraído sobre ellos mismos la acción de los especuladores por haber permitido tales desequilibrios. «Pienso que algunos harían mejor si pensaran antes de hablar», decía 'Mister Euro' poco antes de la reunión, en una alusión implícita a la canciller. Wolfgang Schauble, el ministro germano de Finanzas, adoptaba una posición tangencial a la de Merkel ayer en Bruselas, pero que en lo sustancial venía a abundar en los mismos elementos: el refuerzo de la disciplina monetaria debe ser el objetivo prioritario de los países miembros de la zona del euro, e incluso de los Estados Unidos, decía.

Alemania ha asumido el equilibrio presupuestario como obligación constitucional y Berlín alienta la esperanza de que los demás socios comunitarios hagan algo parecido. El clima de opinión entre los miembos del euro a una iniciativa de estas características no es favorable, pero el homólogo sueco de Schauble, Anderws Borg, se declaraba partidario de endurecer el Pacto de Estabilidad, con niveles de déficit fiscal menores que el 3% admitido. La tesis de Borg es que con deudas altas como las que resultan de la crisis y desequilibrios presupuestarios próximos al susodicho 3%, una nueva convulsión económica podría situar a la zona del euro en condiciones similares a las que vive Grecia.

La confianza de Salgado

El ministro sueco juzgaba de primordial importancia que España y Portugal concreten los planes de ajuste que han comprometido para optar al Fondo de Estabilización del euro. La vicepresidenta Salgado, que tenía ese cometido asumido para ayer, y que hoy ejecutará ante el conjunto del Ecofin, decía no temer que a España se le formulen requerimientos adicionales. La valoración de la Comisión europea sobre los planes español y portugués no será presentada hasta junio, lo que condiciona las discusiones formales al respecto. De todos modos, Juncker consideró ayer el ajuste español como «ambicioso y valiente».

Mientras tanto, los inversores desconfían del euro. La divisa común europea, que en octubre del pasado año llegó a superar la cota de 1,50 dólares, se hundió ayer hasta 1,2234 unidades por billete verde, el canje más bajo desde abril de 2006, aunque después sufrió un repunte se colocó por encima de 1,2311 dólares. El multimillonario paquete de rescate europeo y su contrapartida -los planes de ajuste- parecen provocar el efecto contrario a una inyección de optimismo.