CRISIS

El inversor internacional pierde confianza en la economía española

La prima de riesgo del bono español se ha incrementado hasta 43 puntos frente al 'bund' alemán, su cota más alta desde 1998. El Gobierno culpa a las crisis bursátiles

Zaragoza. La crisis económica mundial y las turbulencias bursátiles están haciendo mella en el bono español, referencia del Estado en los mercados internacionales. El miedo al riesgo parece haberse apoderado de los inversores, que se han olvidado de este producto español para refugiarse en otros que consideran más seguros como el bono ('bund') alemán. Y es que, como explican los analistas, si ahora un inversor internacional quiere hacerse con un bono español, la prima de riesgo -seguro frente a un hipotético pago- resultará mucho más cara que si invierte en uno alemán. Entre ambos existe un diferencial, medida de riesgo-país, que alcanza los 43 puntos básicos, el nivel más alto desde la entrada de España en el euro. Y eso que España cuenta con la más alta calificación crediticia -triple A- otorgada por las agencias de calificación de riesgo y no existe causa alguna para pensar que vaya a perderla.


Percepción irreal


Los analistas consultados no encuentran una justificación lógica para el incremento del diferencial y explican la pérdida de confianza de los inversores en la economía española destacando que se trata de un percepción irreal que no tiene nada que ver con la situación de solvencia de España, en ningún modo comparable con la otros países como Portugal, Italia y Grecia, con los que ahora se equiparan el diferencial de sus bonos. A ello han ayudado, destacan los expertos, las informaciones transmitidas por medios de comunicación internacionales en las que dibujan un panorama nada alentador y hablan de un desmesurado crecimiento español basado en un sector -el de la construcción e inmobiliario- que hace aguas por todos los frentes.


Para los responsables del Departamento de Economía del Gobierno y del Banco de España, y así lo han reiterado en distintas ocasiones, dicha situación está motivada por las turbulencias financieras. En su opinión, en tiempos de incertidumbre bursátil, los inversores miran el bono alemán como un valor refugio. "Es una cuestión de liquidez y de volumen", insisten los representantes del Banco de España, que recuerdan que el 'bund' es además el único que puede operar en derivados y aseguran que dicho diferencial "no tiene nada que ver con la confianza en la solvencia de un país o de otro".


En teoría, desde 1989 y dado que comparten la misma moneda, no tendría que existir ningun diferencial entre los bonos españoles y los alemanes, pero la realidad es muy diferente. Las políticas económicas de cada Estado, sus presupuestos e incluso las perspectivas de crecimiento contribuyen a mejorar -o todo lo contrario- el atractivo de estos productos si están emitidos por un país o por otro.


Por eso, la entrada en la moneda única, la crecimiente disciplina aplicada a los presupuestos, la reducción paulatina de la deuda, (impusalda por años de superávit presupuestario) y la buena salud mostrada por la economía, con un PIB engordando en porcentajes muy superiores al alemán y a la media europea han contribuido a conseguir que los inversores internacionales miraran con la misma confianza un bono español que un 'bund' alemán.


La situación ha cambiado bruscamente y desde el año pasado no ha dejado de agrandarse la brecha entre la rentabilidad exigida al bono español y al alemán. No es que la economía española no sea solvente, dicen los expertos, pero, al parecer, el inversor no se lo cree.