LA BATALLA POLÍTICA

El Gobierno pide lealtad frente al pulso al Estado y el PP rebaja el tono

Rajoy avisa a Zapatero de que tiene que explicar "políticamente" lo que ha ocurrido tras el cierre del espacio aéreo "y lo que ha hecho". "El Gobierno no tiene ninguna culpa de la crisis", afirmó Bono.

Gran actividad ayer en los mostradores de facturación de Barajas, después de que el aeropuerto recuperase la normalidad.
El Gobierno pide lealtad frente al pulso al Estado y el PP rebaja el tono
EMILIO NARANJO/EFE

Alfredo Pérez Rubalcaba y José Blanco reclamaron ayer a la oposición lealtad y apoyo a las medidas excepcionales puestas en marcha por el Gobierno para terminar con la huelga salvaje de los controladores aéreos y evitar el caos que tenía atrapados a varios cientos de miles de ciudadanos. El mensaje, al que se sumó de lleno el presidente del Congreso, José Bono, fue que el Ejecutivo solo hizo lo que tenía que hacer: el colectivo de técnicos pretendió echarle un pulso al Estado y el Gobierno respondió con todas las armas legales a su alcance para doblarles el brazo.

El PP, por boca de la portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, mantuvo su petición de explicaciones al Ejecutivo, pero rebajó de forma muy notable el tono de las críticas realizadas el día anterior, dio su total apoyo al decreto de estado de alarma y de su discurso desaparecieron la culpabilidad por el caos a Zapatero y la exigencia de responsabilidades.

No obstante, horas después, el líder popular, Mariano Rajoy, advirtió de que el Gobierno tiene que explicar "políticamente" lo que ha ocurrido tras el cierre del espacio aéreo "y lo que ha hecho" al respecto. Así lo manifestó antes de partir hacia Madrid desde el aeropuerto de Lanzarote, desde donde debía volar el viernes cuando se produjo el cierre del espacio aéreo por la huelga de los controladores.

Gobierno, PSOE y PP comenzaron ya ayer a preparar el terreno en el que discurrirá el jueves la comparecencia extraordinaria en el pleno del Congreso del presidente del Gobierno, para explicar y debatir con los distintos grupos las razones que le obligaron a dictar, por primera vez en democracia, el estado de alarma.

El vicepresidente primero, el ministro de Fomento y el presidente del Congreso defendieron sin fisuras cada medida adoptada por el gabinete, porque "quien le echa un pulso al Estado, pierde", aclaró Rubalcaba, en Onda Cero.

"Un grupo de chantajistas no puede doblarle el brazo a los españoles", comentó Bono en la Ser, que considera que el Ejecutivo "ha tomado la decisión que tenía que tomar" y que lo hizo "con escrupuloso acierto y con gran acogimiento al ordenamiento constitucional". "El Gobierno no tiene ninguna culpa de la crisis; quienes han querido echar un pulso han recibido una respuesta serena, firme y contundente", concluyó.

Los tres reclamaron a la oposición un cierre de filas con el Gobierno, pero no perdieron la oportunidad de criticar la, en palabras de Rubalcaba, "inoportuna comparecía" del sábado del portavoz del PP, Esteban González Pons, que culpó a Zapatero del caos.

Responsables "directos"

El tono de Sáenz de Santamaría no se pareció ayer lo más mínimo al de Pons. "El PP apoyará al Gobierno en cuantas medidas sean necesarias para recuperar el tráfico aéreo, los sectores hostelero y turístico, la imagen de España y el bienestar de los ciudadanos", comentó, al tiempo que apuntaba a los controladores como los responsables "directos e inmediatos" del caos y respaldaba al Ejecutivo para que depurase todas las responsabilidades "penales, administrativas y laborales".