El Banco Financiero y de Ahorros, ahora participado en su totalidad por el grupo de cajas que lideran Caja Madrid y Bancaja, y del que igualmente forman parte las de La Rioja, Insular de Canarias, Laietana, Ávila y Segovia, saldrá a bolsa para reforzar su capital, anunció ayer el presidente, Rodrigo Rato, que no concretó el porcentaje asignado a los privados, ni tampoco la fecha de la operación, hasta no conocer los detalles del decreto que prepara el Gobierno sobre los nuevos y más exigentes requerimientos de solvencia que se impondrán al sector financiero. El presidente se limitó a precisar que el valor contable de la nueva entidad está en 10.240 millones de euros.

La apuesta por un banco cotizado incluirá al Financiero y de Ahorros en el grupo de instituciones a las que el Banco de España va a pedir que su capital básico sea equivalente al 8% de sus activos en función de los riesgos asumidos, mientras que a las no cotizadas y que tampoco dispongan de inversores privados se les va a requerir que ese capital se sitúe entre el 9% y el 10%. Rato salió en defensa de «unas reglas del juego idénticas para todos los jugadores», sean cajas, bancos o cajas propietarias de bancos cotizados.

Las primeras cuentas del banco Financiero y de Ahorros arrojan un resultado neto de 440 millones de euros, que los propietarios de la entidad no han podido comparar con el ejercicio precedente porque la entidad 'nació' el pasado diciembre. A esa cifra se llega tras asumir los costes derivados de la reestructuración del grupo -1,450 millones de euros- y realizar unas dotaciones de 9.200 millones, destinadas a sanear el balance. El banco de las siete cajas desnudó, como el resto de las entidades, su riesgo promotor, inmobiliario y de construcción, y explicó que ascendía, a 31 de diciembre, a 40.280 millones de euros, cantidad equivalente a un 18% del total de una inversión crediticia cifrada en 214.799 millones.