CRISIS FINANCIERA

El aumento de los concursos de acreedores crea colapsos en los juzgados mercantiles

Los jueces consideran que la demora en la resolución de los casos provoca que la nueva Ley Concursal no tenga la eficacia prevista.

El juez decano de Madrid, José Luis González Armengol, quiere duplicar el número de juzgados mercantiles para 2010, con el objetivo de atender el aluvión de insolvencias y conflictos empresariales que está generando la crisis económica, que está colapsando estos tribunales cuatro años después de su creación.

 

El decano de los jueces madrileños espera que los siete juzgados especializados en cuestiones mercantiles que existen en Madrid (a los que hay que sumar los dos habilitados para tramitar los concursos de acreedores de Fórum Filatélico y Afinsa) pasen a ser 15 en algo más de dos años.

Desánimo en los juzgados


González Armengol opina que si se disponen los medios suficientes, la Ley Concursal, la ley que se aplica a las empresas insolventes, que acaba de cumplir cuatro años de vigencia, probará toda su eficacia. De momento, el desánimo es lo que cunde en los juzgados mercantiles.


"Esto es inasumible. Hoy por hoy es desbordante e ingente el número de concursos de acreedores (antiguas suspensiones de pagos) no sólo en Madrid, sino en los juzgados de otras grandes capitales como Barcelona, Valencia, Sevilla o Bilbao", se queja el juez mercantil Santiago Senent, que añade que "si no podemos hacer el trabajo en un tiempo razonable, la ley desde es ineficaz".


Buena prueba de la carga de trabajo que soportan estos tribunales es el incremento del 513% en el número de empresas que han presentado concurso de acreedores este verano en Barcelona, o bien esa insolvencia ha sido exigida por un acreedor.


En Madrid el incremento ha sido más moderado, aunque el número de concursos de acreedores registrado hasta finales de agosto ya es un 82% superior al de todo 2007.


La creencia de que esas cifras no harán más que empeorar con la crisis o, simplemente, la experiencia acumulada en cuatro años de vida de la Ley Concursal llevan a la mayoría de profesionales del sector a pedir que se reformen algunos aspectos de la norma.