ENFERMEDADES LABORALES

"Coges un catarro y ya piensas que tienes la mortal enfermedad"

La plantilla de CAF se concentra ante la empresa en señal de duelo por los tres últimos fallecidos.

JOAQUÍN Sabater comenzó a trabajar en CAF en 1974. En la sección en la que se encontraba, su labor consistía todos los días en cortar el amianto en placas para revestir radiadores. "Lo hacíamos, como vulgarmente se dice aquí, a pelo. Sin ninguna medida de seguridad, ni siquiera una mascarilla", explicaba ayer.


Como él, este mineral -altamente tóxico- fue manipulado prácticamente por la totalidad de la plantilla empleada en la factoría que Construcciones y Auxiliar del Ferrocarril (CAF) tiene en Zaragoza. "Unos cortábamos las piezas de amianto, otros compañeros hacían el fleje de la tubería y otros los revestimientos para aislar térmicamente y sonoramente del exterior", detalló. Así ocurrió durante las décadas de los sesenta, a los noventa, años en los que la planta utilizó el amianto como aislante en los trenes que fabricaba.


CAF dejó de utilizar amianto en los años noventa, e incluso para cambiarlo se contrató a una empresa externa "cuyos empleados venían con sus equipos de protección y realizaban la labor en una nave aislada", señaló Sabater, que recuerda, sin embargo, que "las naves donde nosotros manipulamos el amianto nunca recibieron una limpieza especial".


Y el miedo no ha acabado. Ahora, más de 20 años después, Joaquín Sabater -y todos los compañeros de entonces- viven con el miedo y "una angustia continua" de que aquellos trabajos de manipulación de amianto se manifiesten en un mesotelioma de pleura, una enfermedad irreversible "que termina como todos ya sabemos, con la muerte", decía el trabajador.


"Cualquier catarro que coges o al menor dolor muscular que sientes ya estás pensando que posiblemente serás el siguiente, ya temes que tendrás la mortal enfermedad", aseguró Sabater, que apuntó que puesto que CAF está inscrita en un registro de empresas que utilizaron amianto, todos los trabajadores expuestos siguen un protocolo de actuación médica. "Pero es insuficiente -lamentó- y no por los análisis y reconocimientos, sino porque en Aragón no existen ningún centro médico especializado que trate las dolencias relacionadas con amianto".


Cinco minutos de silencio


Por eso, Joaquín Sabater fue ayer uno de los trabajadores de CAF que se concentraron ante las puertas de la empresa en la Avenida de Cataluña de Zaragoza. Casi la plantilla en pleno guardó cinco minutos de silencio en señal de duelo por los últimos fallecidos -en los tres últimos meses- por enfermedades derivadas de la exposición al amianto, tres ex trabajadores de la planta, que han elevado ya a 30 el número de muertos por esta causa en dicha planta. "En Aragón ya nos acercamos a los 40 fallecimientos, porque también hay en otras empresas como Tudor, Balay, Industrias Serva o General Motors", detalló el representante de la sección sindical de CC. OO. en el comité de empresa, Gari Sancho.


Momentos antes de concentrarse ante la factoría -en la que quedó paralizada por unos momentos la producción-, la plantilla había protagonizado también un minuto de silencio dentro de la planta "por el goteo incesante de compañeros muertos", indicó Sancho, que recordó que "lo vamos a seguir haciendo cada vez que haya un muerto por amianto".


Jubilaciones anticipadas


La concentración de la plantilla de CAF tenía también un carácter reivindicativo. Los trabajadores exigen medidas. A la Administración Autonómica le piden "un nivel de referencia para toda la gente afectada por amianto tanto en apoyo médico como psicológico", explicó Gari Sancho.


En el ámbito nacional, los trabajadores de CAF -como los de otras empresas que manipularon este mineral- piden que se les aplique un coeficiente reductor en las jubilaciones como sucede en otros colectivos como los mineros o los bomberos, explicó el presidente del comité de empresa, el ugetista Pedro Sanz. Y, sobre todo, insistió Sanz, "unas indemnizaciones acordes con el daño que se ha producido", porque aunque están reconocidas como enfermedades profesionales "al final siempre hay que pelear con la empresa en los tribunales", matizó.


El presidente del comité aseguró que es difícil concretar el número de trabajadores expuestos al amianto desde los años sesenta a los noventa. "Probablemente queden bastantes, pero estamos ahora haciendo el cálculo", dijo.