EMPRESAS/ARAGÓN

BSH invierte 20 millones de euros en la nueva línea de lavavajillas de Montañana

El grupo transforma la factoría zaragozana con maquinaria más sofisticada para producir en España electrodomésticos que salen al mercado con las marcas Bosch, Siemens y Balay.

El fabricante de electrodomésticos BSH (Bosch Siemens Hausgeräte) ha materializado en su planta zaragozana de Montañana una inversión de 20 millones de euros para producir la nueva generación de lavavajillas, actuación que pone de manifiesto el empeño de la compañía en seguir adelante con sus planes de futuro a pesar de la actual crisis económica. El desembolso económico se ha destinado a la transformación de la factoría para sacar electrodomésticos que, según fuentes de la compañía, consumen menos agua, ofrecen mayores prestaciones y salen el mercado con las marcas Bosch, Siemens y Balay.


La inversión de este nuevo proyecto fue anunciada en mayo del año pasado, en la presentación de resultados del grupo BSH en Múnich, por Werner Vogt, director de Operaciones y presidente de la filial española de la multinacional germana. El ejecutivo habló entonces de 15 millones de euros y de una nueva generación de lavavajillas cuyo lanzamiento apuntaba para finales de 2009. Finalmente, la cantidad se ha elevado a los 20 millones y todo se ha hecho con meses de antelación.


Desde BSH Electrodomésticos España se precisó ayer que del desembolso de 20 millones de euros 15,5 corresponden a inversiones y 4,5 millones a gastos, dinero que en conjunto ha servido para dotar a la fábrica de Montañana de "más alta tecnología en equipos y maquinaria sofisticada, mejoras ergonómicas en las líneas de montaje y nuevas estaciones de pruebas totalmente automatizadas".

Desde el 9 de enero


La nueva plataforma de lavavajillas del grupo BSH se puso en marcha en la planta alemana de Dillingen meses atrás y ahora está ya activa en Montañana (la factoría entró en rodaje el pasado 9 de enero). La compañía, en todo caso, escenificó el lanzamiento anteayer jueves (día 5) en el centro zaragozano con un acto interno en el que intervinieron José Longás, consejero delegado de BSH en España, y Carsten Stelzer, director de la división central de lavavajillas.


Según informó la empresa en una nota, Longás afirmó en ese evento ante las cerca de 300 personas implicadas en el proyecto que "aunque pueda ser arriesgado realizar una inversión tan cuantiosa en un momento económico tan malo y precisamente en España, que no es un país barato y atraviesa una profunda crisis, es necesario más que nunca hacer un gran ejercicio de responsabilidad y solo los buenos colectivos son capaces de hacerlo".


Justo cuando BSH está negociando su convenio para Zaragoza, en el marco de unas conversaciones que han ido lentas para el comité de empresa y que por ello se han registrado concentraciones de protesta, Longás lanzó un mensaje de petición de flexibilidad para hacer frente a la actual coyuntura. El directivo se refirió a la flexibilidad "como una herramienta que nos permitiría evitar reducciones de personal", es decir, de trabajar ajustándose a la demanda "con los compromisos que sean necesarios por ambas partes". Longás, según la nota de la compañía, consideró también que "es el momento de descubrir, analizar y mejorar" el proceso de producción, porque en circunstancias tan difíciles como las actuales, el reto está en mantener fábricas abiertas y empleos de calidad como en BSH".


Carsten Stelzer, por su parte, indicó que "las actuales circunstancias son ya de por sí un auténtico reto: lanzamos un nuevo proyecto en un entorno económico débil, en un decreciente mercado siempre muy sensible a los incrementos de precios, unos clientes afectados por la crisis y una fuerte competencia".

Actuaciones contra la crisis


Las peticiones de flexibilidad reclamadas por el consejero delegado de BSH en España se suman a otras medidas para hacer frente a la crisis articuladas ya por la compañía desde hace varios meses. El pasado mes de noviembre, la firma anunció que subiría un 5% los precios de sus productos un mes más tarde, una actuación que comunicó a sus principales clientes en un encuentro en Madrid para hacer frente de modo coordinado al nuevo escenario.


El grupo, asimismo, ya puso en marcha un programa de ajuste de costes que ha seguido a rajatabla y en el que se incluyeron acciones para adecuar la carga de trabajo a las condiciones del mercado. Entre esas acciones está la eliminación de la contratación de trabajadores eventuales (algo habitual en los últimos años en las dos factorías zaragozanas, la de Montañana y La Cartuja, para hacer frente a picos de actividad). Fuentes del comité de empresa calculan que el número de contratos eventuales no renovados ha sido 250, dato no confirmado por la compañía. La firma no ha planteado expedientes de regulación de empleo (ERE), aunque sus ventas se han visto afectadas por la caída del consumo.