PRESIDENTE DEL GRUPO SANTANDER

Botín echa un cable a Zapatero y dice que las reformas que plantea son "acertadas"

El presidente del grupo Santander y la vicepresidenta Elena Salgado coinciden en señalar que la situación en España no se parece a la de Grecia, como apuntó Almunia

Emilio Botín, presidente del grupo Santander
Botín echa un cable a Zapatero y dice que las reformas que plantea son "acertadas"
AFP

En medio del aluvión de críticas, al Gobierno le ha salido un aliado de lujo. Emilio Botín, presidente del Santander, considera "acertadas" las propuestas de ahorro presupuestario, reforma de las pensiones y cambios en la regulación laboral. "Son las medidas más importantes de los últimos años, apuntan en la buena dirección, reforzarán la credibilidad de nuestro país, ayudarán a restablecer la confianza de empresas y familias y lo que ahora hace falta es que se pongan en marcha", declaró en la conferencia de prensa en la que comentó unos resultados del banco que no dudó en calificar de "excelentes".

 

En plena crisis financiera internacional, el grupo Santander se afianzó en el tercer puesto de la banca mundial por beneficios, sólo superado por dos entidades chinas. En 2009, el gigante español ganó 8.943 millones de euros, casi el 1% más que en el ejercicio anterior, después de dedicar los 2.587 millones de plusvalías extraordinarias a anticipar saneamientos. Estas cuentas superan las expectativas, y los dirigentes del Santander aportaron pistas que apuntan, como poco, a una repetición de las ganancias este año -con sensibles avances en Brasil, Reino Unido, Estados Unidos y Alemania, que aportarán por sí solos 2.300 millones de beneficio neto- pero los inversores se mostraron insensibles. En una jornada bursátil catastrófica, la acción del banco se hundió el 9,4%. Adelantándose a este desplome, Botín le restó importancia. "La bajada no tiene justificación, y el valor del título se recuperará", sentenció.

 

Botín, y el vicepresidente y consejero delegado, Alfredo Sáenz, explicaron que las claves del banco están en la diversificación y la apuesta por el negocio minorista. El presidente hizo un elogio de la sucursal bancaria y se enorgulleció de que el grupo no está por el cierre de dependencias. Fue una clara referencia a su competidor BBVA, que tiene el foco puesto en la oficina virtual.

 

En el negocio en España del Santander, donde el crédito cayó el 4% el pasado año -según el presidente, por la menor demanda-, la sorpresa agradable fue la contención de la morosidad. Si a principios del ejercicio se previó que alcanzara el 4,5%, al cierre se ha quedado en el 3,4% de los préstamos a residentes, una tasa inferior a la media del sector, con una cobertura superior, en este caso del 75%.

Distancias con Grecia

El presidente del Santander marcó distancias entre Grecia y España, negando cualquier tipo de similitud entre las dos situaciones. "Es como comparar al Real Madrid con el Alcoyano", dijo. Y, tras reiterar que somos "un país sólido y fuerte, novena potencial mundial y con un fenomenal nivel de vida", se declaró personalmente optimista.

 

"Saldremos adelante sin ninguna duda", afirmó. Y el equipo directivo del banco, como una sola voz, salió en defensa de la deuda del Reino de España frente a eventuales ataques. El déficit se corregirá, y partimos de un nivel de deuda mucho más bajo que el de otros países, argumentaron.

 

En el Gobierno, mientras tanto, la preocupación ante la situación actual es máxima, como aseguró ayer la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado. «Todos los días, todos los ministros tenemos una preocupación fundamental, que es salir de la crisis económica y que se cree empleo. Eso nos ocupa todo el día, desde las ocho de la mañana hasta las once de la noche, y a veces también en forma de dificultades para descansar», aseguró la responsable de Economía en una entrevista en la Cope.

 

La vicepresidenta aprovechó para regañar al comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, por comparar la situación de la economía española con la de Grecia y Portugal al señalar "problemas comunes", entre ellos el déficit y la pérdida de competitividad. Salgado acusó al socialista Almunia de ser "poco prudente» en sus equiparaciones y subrayó que la realidad española «no es parecida, en términos de deuda ni de fortaleza" a la griega.