CONCESIONES

Alemania se lo lleva todo

El ganador se lo lleva todo o "the winner takes it all". Al igual que proclamaba la canción del grupo sueco ABBA en 1980, Alemania logró ayer arrancar un pétalo más en el catálogo de concesiones que en los últimos días ha obtenido de la UE. Con la autorización por parte de la Comisión Europea a la prórroga de cuatro años más (hasta 2018) sobre el calendario previsto (2014) de las ayudas públicas a las minas de carbón deficitarias, Berlín se anota otro tanto. No es casualidad que, además de las minas españolas, en la provincia de León, o las rumanas, la mayor parte de beneficiarios de esas ayudas estatales estén situados en la cuenca minera germana del Ruhr.

Es otra victoria de Alemania y de su fuerte "lobby" en Bruselas, a pesar de que el comisario de Competencia de la UE y vicepresidente del Ejecutivo comunitario, Joaquín Almunia, haya matizado que la prórroga de las subvenciones solo será posible si queda claro que las ayudas se irán recortando paulatinamente.

Se trata del tercer gol diplomático que mete la canciller alemana, Angela Merkel, en menos de 72 horas en el pulso que muchas veces mantienen Berlín y Bruselas. El lunes, Berlín sacaba pecho en una reunión del Eurogrupo y lograba frenar dos propuestas ambiciosas sobre la mesa: la emisión de "bonos europeos" para contribuir a frenar la crisis y la ampliación del fondo de rescate al euro (por 750.000 millones de euros), como pedía el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El resto de socios tiene un cierto derecho al pataleo (como el de los alumnos que -hace siglos- sentían frío en las aulas y pateaban en señal de protesta ante sus profesores), pero poco más aparentemente.

Ayer mismo, el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, criticaba la postura de Alemania tras rechazar la idea de crear un bono soberano de la zona euro. "Están rechazando una idea antes de estudiarla. Estoy sorprendido. Esta manera de crear temas tabúes en Europa y de no atender a las ideas de los demás es una manera muy antieuropea de gestionar los asuntos europeos", aseguraba Juncker en una entrevista al periódico alemán 'Die Zeit'.

El hecho es que Berlín ha vuelto a asumir su papel de "locomotora económica" del bloque comunitario, con una previsión de crecimiento para 2010 del 3,6% del PIB, y cada vez que surge un tema espinoso hace valer sus cifras macroeconómicas, una especie de salvoconducto no escrito.

"Quien paga, manda". La expresión, en medio de la incertidumbre reinante en la economía de Europa después del estallido de la crisis griega e irlandesa, sirve para recordar que Alemania es el principal contribuyente neto en las arcas europeas y eso, según algunos analistas, le otorga cierta autoridad. Berlín ha puesto sobre la mesa para el plan de rescate de las finanzas griegas 27.000 millones de dólares, sobre un total de 144.000 millones.

Además, en el megaplán para crear un cordón sanitario en torno al euro, Alemania pone 177.500 millones de dólares y, por último, pero no menos importante, contribuye con cerca del 20% del presupuesto de la Unión Europea.

Es el "precio que se pagará por estar -e influir- en Europa", opinaba recientemente un análisis del periódico económico 'Handelsblatt'.