CRISIS ECONÓMICA

Alemania, decidida a imponer su cultura de estabilidad a la zona del euro

Alemania está decidida a aprovechar el enorme susto que sobrecoge estas semanas a sus socios para anclar en la zona del euro una "cultura de la estabilidad" y del rigor presupuestario que asegure la supervivencia de la moneda única.

Alemania está decidida a aprovechar el enorme susto que sobrecoge estas semanas a sus socios para anclar en la zona del euro una "cultura de la estabilidad" y del rigor presupuestario que asegure la supervivencia de la moneda única.

"El euro es mucho más que una moneda". Con esta frase, repetida estos días por destacados miembros del Gobierno alemán, la primera potencia de Europa quiere dejar claro que no permitirá la muerte de la unión monetaria, fruto de 50 años de integración pacífica del continente.

El mensaje de Berlín contiene dos serios avisos. El primero va dirigido a los especuladores: quien apueste por la quiebra de la zona del euro terminará perdiendo su dinero. El segundo apunta a los gobiernos: Berlín no va a consentir que nadie vuelva a burlar las reglas de disciplina presupuestaria ni que descargue en los vecinos las consecuencias de esto. Antes que poner en peligro la unión, los Estados pródigos con políticas insostenibles deberán abandonarla, se proclama alto y fuerte desde allí.

En las últimas semanas, el país germano había sido muy criticado en los círculos europeos por su respuesta, lenta e insolidaria según algunos, a la crisis de la deuda griega. Las autoridades alemanas no niegan haberse dejado influir por el debate político nacional. Todo lo contrario, advierten de que un "cambio de mentalidad" se ha producido en el país, 20 años después de la caída del Muro. "Tal vez es nuevo para Europa constatar que Alemania defiende sus intereses nacionales, como Francia o el Reino Unido han hecho siempre", declaraba esta semana el ministro del Interior, Thomas de Maizière.

No se trata de insolidaridad, sino del temor de la clase dirigente a una reacción contraria de la ciudadanía que llegue a socavar en el país los fundamentos no solo del euro -la prensa populista ha reclamado el regreso al marco-, sino de la propia idea europea.

Un diplomático recordaba que el pueblo alemán lleva en los genes el miedo a la inestabilidad monetaria. La hiperinflación en la república de Weimar llevó al nazismo. "Nada hay más antisocial que una moneda inestable; los que sufren sus consecuencias son los que no pueden escapar", remarca el ministro de Exteriores, Guido Westerwelle.