CICLO ECONÓMICO

Ahora a la economía española le tocaría crecer

Expertos y organismos internacionales ven imposible cumplir el objetivo de PIB fijado por el Gobierno para 2011.

La recuperación pasa por la reactivación del consumo. Imagen de las rebajas en Zaragoza.
Ahora a la economía española le tocaría crecer
CARLOS MONCíN

La economía española afronta en 2011 su desafío más complicado, volver a crecer tras dos años de contracciones del Producto Interior Bruto (PIB). Hechas las grandes reformas comprometidas -laboral y de pensiones- y con el programa de consolidación fiscal dando resultado (el Estado recortó su déficit en 2010 hasta el 5,07%, más de ocho décimas por debajo del objetivo), el Gobierno subordina ahora sus políticas a la meta de expandir el PIB un 1,3% este año. Porque, como admitió Zapatero en la presentación de su último informe económico, «sin crecimiento no habrá creación de empleo».


Los expertos ven imposible cumplir ese propósito y los organismos internacionales rebajan a la mitad el potencial de crecimiento de la economía española, cuyo techo estaría entre el 0,6% del PIB que prevé el FMI y el 0,9% de la OCDE. Tasas inferiores, en todo caso, al 1,5% esperado para el conjunto de la zona euro y que sitúan a España a la cola de Europa en la recuperación.


Difícil salir del estancamiento

En 2010 la actividad se estancó y cerró con un retroceso de una décima, según la primera estimación publicada por el Banco de España. Parálisis que se suma al hundimiento del 3,7% sufrido en 2009, fruto de la peor recesión en seis décadas. Ahora, con una tasa de paro por las nubes, superior al 20%, y el consumo de los hogares en suspenso por las bajadas de sueldos y el miedo a perder el empleo, la gran pregunta es, ¿está la economía en condiciones de crecer?


Los analistas responden que no, al menos en ausencia de reformas más profundas. Creen que 2011 será otro año de estancamiento y avisan de que, aunque las turbulencias en los mercados de deuda parecen haber amainado, los mercados no se darán por satisfechos con los cambios acometidos y cualquier imprevisto podría volver a situar al Gobierno contra las cuerdas. ESADE acaba de publicar un informe en el que pronostica que la economía recuperará el crecimiento en 2011, pero será muy débil, entre un 0,5% y un 1% del PIB. Para Josep Comajuncosa, profesor de Macroeconomía de esta escuela de negocios, son tasas «insuficientes para generar puestos de trabajo», y eso imposibilitará «hablar de recuperación en sentido pleno hasta 2012».


La solución pasa, a su juicio, por mejorar la reforma laboral para «terminar con los dos grandes males del mercado de trabajo», la «dualidad» entre empleados fijos y temporales y la vinculación de los sueldos al ciclo económico y a la negociación colectiva, para que las empresas con problemas puedan hacer ajustes vía sueldos y no sólo mediante despidos. Propone reconsiderar el tamaño del sector público y primar la eficiencia en la gestión, «para salvaguardar el estado de bienestar, dentro de la concepción europea del mismo».


Comajuncosa cree que la gran desventaja de la economía española respecto del resto de Europa es «nuestra escasa productividad», que se traduce en «poca competitividad de nuestros productos». A los empresarios los anima a abandonar la idea de hacer negocios en sectores intensivos en mano de obra como la construcción y a «detectar» otros nuevos, basados en tecnologías avanzadas y en la formación en capital humano. Para el director del área de Economía del Instituto de Empresa, Rafael Pampillón, lo más urgente es culminar la reforma del sector financiero para «que vuelva a fluir el crédito». Si no presta, «los comercios seguirán cerrando y las pequeñas y medianas empresas, desapareciendo», dice. Defiende, asimismo, reducir gastos «suntuarios» como los de las televisiones autonómicas, que propone «privatizar o cerrar». También pide «aumentar las tasas de la universidad pública», reducir el salario mínimo e introducir el copago en la sanidad pública. «No descarto este año un crecimiento negativo» pese a las reformas ya aplicadas, concluye.


Por el momento, el Gobierno parece algo más tranquilo después de que el Banco de España publicase el viernes que la economía española sólo cayó un 0,1% en 2010, dos décimas menos de lo previsto y que en el cuarto trimestre creció un 0,2% respecto del tercero. El vicepresidente Pérez Rubalcaba admitió que «no es para echar cohetes: ahora se trata de convertir ese 0,2% en un crecimiento que permita crear empleo».