El pago en acciones y el reparto de poder condicionan el éxito de la fusión de BBVA y Sabadell

El Gobierno valora positivamente la creación de una entidad "sólida y puntera" pero advierte que vigila de cerca el riesgo de concentración.

Logo del BBVA
Logo del BBVA
Nacho Doce

Los despachos y consejos de administración de BBVA y Banco Sabadell viven horas de auténtica tensión. La propuesta de fusión lanzada esta semana por la entidad comandada por Carlos Torres ha supuesto una fuerte sacudida en el sector bancario español. Y, aunque el consenso coincide en que la oferta es mucho más atractiva que la de 2020 -que fracasó principalmente por discrepancias en las valoraciones-, hay dos obstáculos que a estas horas amenazan con entorpecer la llegada a buen puerto de la operación.

Fuentes cercanas a los movimientos que se están desarrollando desde el martes indican que en el consejo de Sabadell no ha sentado nada bien que la fórmula escogida por BBVA sea la de un canje de acciones (una acción nueva por cada 4,83 del Sabadell), sin que al menos una parte del pago sea en efectivo.

No solo es una cuestión de precio -la oferta supone valorar a Sabadell en más de 11.500 millones, con una prima del 30% que los analistas consideran muy por encima de lo esperado-, sino de cómo quedaría configurada la cúpula directiva de la entidad resultante. El reparto de poder es así otro de los focos del debate dentro del consejo de Sabadell, que aún tiene pendientes nuevas reuniones para analizar la operación antes de dar el 'sí quiero' definitivo a BBVA... o bien apostar por apretar un poco más para una mejora de la oferta, conscientes de que la reestructuración acometida en los últimos años permitiría a la entidad catalana seguir su camino en solitario. De momento, BBVA ha ofrecido a Sabadell tres puestos de consejeros no ejecutivos. Y uno de ellos tendría el cargo de vicepresidente.

Aunque la carta firmada por Carlos Torres no lo especifica, el mercado da por hecho que esa vicepresidencia correspondería a Josep Oliu, actual presidente de Sabadell. Pero quedaría por ver el papel que jugaría el actual consejero delegado, César González-Bueno, que ahora ocupa un cargo ejecutivo en el consejo del banco.

Operación clave

A la espera de la reunión del consejo del Sabadell que marcará el devenir de la operación, los analistas coinciden en que, si bien ambas entidades podrían seguir creciendo en solitario, unidas ganarían músculo para hacer frente a las bajadas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales que se avecinan, que sin duda afectarán a los márgenes de todo el sector.

Respecto a BBVA, la fusión proporcionaría a la entidad una mayor exposición a España y Reino Unido y, por tanto, a redistribuir sus mercados principales con más cuota en los desarrollados y menor peso de los emergentes. "Se crearía un banco más grande, más fuerte, daría más resultados, más dividendos y pagaría más impuestos", indican fuentes financieras.

En este punto, el Gobierno vigila de cerca el riesgo de concentración, sobre todo en ciertas regiones como Valencia, donde el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, advirtió este jueves que entre Caixabank y el nuevo banco "concentrarían el 60% del mercado". Por su parte, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, valoró como "una buena noticia» la creación de entidades «sólidas, que sean punteras, líderes en Europa y en el mundo". Pero dejó claro que, a través de los organismos reguladores, el Ejecutivo "tendrá que valorar el elemento de la competitividad y de la competencia, también, en cuanto al sector financiero".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión