Un 9,4% de los aragoneses recurren al teletrabajo, la mitad que la media en España
El mayor peso de la industria, que requiere la presencia en el puesto de trabajo, y un tejido compuesto mayoritariamente por pymes explica esta menor utilización.
Cuatro años después de la irrupción de la pandemia, el teletrabajo ha venido para quedarse. Lo dicen los expertos y las organizaciones empresariales. En Aragón un 9,4% de los empleados teletrabajan regularmente mientras en España lo hace el doble, el 18,92%, según datos del Instituto Nacional de Estadística, correspondientes al primer trimestre del pasado año.
«Depende de los sectores», afirma Jesús Arnau, director general de CEOE Aragón. «La compañías tecnológicas son más adaptables que las industriales». La retención del talento y la vertebración del territorio –al poder trabajar desde cualquier sitio– son aspectos positivos del teletrabajo, pero, por otra parte «resta productividad ya que a veces teletrabajar se confunde con conciliar y poder cuidar de los niños en casa», dice, convencido de que «disminuye también el sentimiento de pertenencia a la empresa».
«Ni a pymes ni a microempresa, el 97% del tejido productivo en Aragón, el teletrabajo les resuelve nada», afirma María Jesús Lorente, presidenta de Cepyme Aragón. «Necesitan al personal ‘in situ», subraya, «al ser muy pocos los trabajadores que emplean».
Para Jesús Divassón, director general de Trabajo , el «teletrabajo es un instrumento de flexibilidad que adecuadamente planificado y bien ejecutado puede ser un elemento de productividad». Ahora bien, añade, «hay determinadas funciones y puestos en los que se puede teletrabajar y en otros no. Y corresponde a la empresa de forma individual determinarlo» y es «en el marco de los convenios colectivos donde hay que negociarlo», señala.
La ley del teletrabajo se publicó el 9 de julio de 2021 y de acuerdo a ese marco cada empresa estipula cómo y quién puede recurrir al teletrabajo. En el caso de Saica, es «aplicable en los puestos de ‘staff’ que no requieran de sustitución si no están físicamente en el centro de trabajo» ya que la mayoría de la plantilla la conforman operarios –el 70%– que «han de estar a pie de máquina».
Asimismo, han fijado desde el grupo papelero un máximo del 25% de trabajo a distancia: «2 días máximo por semana y siendo revocable por decisión de la empresa y sin contraprestaciones y no se podrá realizar a más de 1 hora y 30 minutos de viaje del centro de trabajo asignado».
En el caso de BSH España, tras haberlo acordado con todos los comités de empresa, disponen del ‘Workinflex50’, que ofrece la posibilidad a los trabajadores cuya función o puesto se lo permite de teletrabajar hasta el 50% de su jornada. «La elección y utilización de los días se decide de forma consensuada entre el empleado y su responsable directo».
Este primer trimestre, indican desde BSH, el 78% del colectivo que puede tele trabajar lo hace habitualmente mientras antes de la pandemia era el 42% e inciden en que «la posibilidad de teletrabajar es de hasta 19 días y 64 horas al trimestre frente a los 12 días al año antes de la covid».
«Te da más autonomía y flexibilidad, pero a veces cuesta desconectar»
«No se ha detectado ninguna merma de productividad. Al revés. Trabajamos por objetivos y una parte de nuestro sueldo es variable con lo que haces lo mismo que si estuvieras en la oficina o incluso más porque siempre tienes el ordenador a mano y a veces cuesta desconectar», asegura Javier Medrano, delegado comercial en Zaragoza de BSH Electrodomésticos España.
En su caso, al trabajar en el departamento de ventas, dice que ya antes de la pandemia, de forma puntual, se teletrabajaba. «Había un día que desde casa se hacía el trabajo de planificar las rutas comerciales, pero ahora con el sistema acordado de ‘Workinflex50’ se puede teletrabajar hasta la mitad de la jornada».
Algo que valora «te permite gestionar mejor el tiempo y no depender tanto del estado del tráfico: puedes estar delante del ordenador a la hora estipulada». El teletrabajo, añade, «aporta autonomía y también flexibilidad» aunque es «bidireccional» recuerda ya que «hay un máximo de días para teletrabajar al trimestre y hay que ir fichando». Cuando lo hace le salta un mensaje inmediato al superior que le da la autorización y además, comenta, «va hablando con el equipo para gestionar las semanas procurando repartir los días para que también haya alguien en oficinsa». La comunicación por ‘teams’ hace posible, apostilla, verse las caras y coordinarse.
Para teletrabajar, recuerda, «hace falta una buena conexión de internet y un despacho» del que dispone en casa para que el desempeño de sus tareas sea idéntico independientemente de si trabaja desde su hogar o en las oficinas de BSH en Plaza.
Convencido de que el teletrabajo ha venido para quedarse y se va a ir incrementando en todos aquellos puestos y sectores que lo permitan, Medrano asegura que en su caso le beneficia porque tiene un bebé de pocos meses y puede organizarse mejor.
Entiende que trabajar en el departamento de ventas para BSH ayuda. «Antes de venir a Zaragoza, estuve en Pamplona y como estábamos considerados ‘de periferias’ tampoco nos exigían acudir siempre a la oficina». De cualquier forma, apunta este comercial, la pandemia trajo una aceleración del trabajo a distancia, que desembocó en una regulación general que «las empresas adecuan a sus propias circunstancias».
«Teletrabaja el 95% del total de la plantilla. Era el 25% antes de la covid»
«No hay ahorro de costes para la empresa porque junto al teletrabajo mantenemos también las puertas de las oficinas abiertas para los que prefieran trabajar así», asegura Ricardo Buil, CEO de centraldereservas.com, empresa que fundó hace más de 20 años y con oficinas en Aínsa, Zaragoza, Barcelona y Madrid.
«Antes de la pandemia teletrabajaba un 25% del total de la plantilla y ahora lo hace el 95%». Aunque la productividad, reconoce, es difícil de medir, «ahora es inferior: hay personas que producen más, otras menos; pero en general se entendían mejor hablando en la oficina». A su juicio, «no hay nadie con una idea genial que pueda desarrollarla solo sino que el éxito está vinculado a la aportación de todo el equipo», argumenta Buil, y sin esa «interacción directa y convivencia se pierde un poco de la fuerza del equipo».
También hay ventajas, reconoce este empresario. «Puedes contratar profesionales en cualquier lugar del mundo sin limitarte a tu zona geográfica», y en general, «las personas, aunque vivan cerca de las oficinas, prefieren teletrabajar y las empresas tenemos que adaptarnos». El futuro, reconoce, «va de teletrabajo 100% para todos los casos de empresas donde no sea necesaria la presencia física en el puesto de trabajo».
La Inteligencia Artificial, señala, multiplica las posibilidades del teletrabajo». Según Buil, contribuye a los resúmenes de las reuniones haciéndolas más productivas y aporta además «síntesis de llamadas, de e-mails y de documentos, lo que agiliza los procesos en la distancia». Asimismo, permite llevar el «control de la productividad de las personas en la distancia desde la calidad de su trabajo a los resultados de las interacciones con los clientes digitales; o incluso por voz, revisar la calidad de sus respuestas». Es decir que la IA permite parametrizar y medir muchos aspectos.
Además, anticipa el CEO de central de reservas.com. «muchos puestos de trabajo con presencia física serán sustituidos por agentes virtuales monitorizados y dirigidos por personas que teletrabajen». De hecho, en el caso de su empresa, están cambiando los procesos de trabajo para adaptarse al nuevo contexto, convencido de que «se camina hacia un mundo nuevo donde todo cambia y lo hace muy rápido» también en relaciones laborales.
