EMPLEO

La productividad retrocede más de un 7% en este siglo y empobrece el nivel de vida de los españoles

La brecha en PIB per cápita con Europa se agranda y multiplica por seis ante una falta de eficiencia que lastra la competitividad del país.

Billetes de 100 euros
Economía
Pixabay

Es la palanca fundamental de una economía. El motor que debe tirar con fuerza de la actividad para impulsarla y conseguir mejoras en la renta y bienestar de un país. Pero ese motor está un tanto gripado en España y la productividad lleva años, décadas, estancada. Es más, en lo que va de siglo, durante el periodo 2000 a 2022, acumula un retroceso del 7,3%, que choca con los avances registrados en otros países desarrollados como Estados Unidos, donde se impulsó un 15,5%, o Alemania, con un alza del 11,8%, según desvela un reciente informe publicado por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie).

Este estudio señala que España presenta una "preocupante trayectoria" en los tres indicadores que se utilizan para medir la productividad: la productividad del trabajo, la del capital y la productividad total de los factores (PTF, que es el principal indicador de eficiencia conjunta de los factores de producción para generar valor añadido), lo que refleja "un deficiente aprovechamiento de los recursos utilizados".

Esta desventaja que tiene España para producir, echando para ello más horas que otros países, limita su competitividad internacional y frena las ventajas de costes a la hora de competir. Se ha convertido, pues, en uno de sus grandes talones de Aquiles, un problema que no impacta solo en las empresas, sino también en los propios trabajadores, que ven cómo la renta por habitante se aleja cada vez más de la europea, puesto que las ganancias de productividad son muy relevantes para su mejora. Así, mientras en el año 2000 la renta per cápita española se situaba un 2,4% por debajo de la media europea, la distancia se ha agrandando y multiplicado por seis hasta elevarse al 14,4% en 2022.

4.000 euros menos de renta

Es más, España se sitúa ahora en la cola de la zona euro en renta per cápita, lo que quiere decir que se encuentra entre los países más pobres pese a ser la cuarta potencia europea. Más de 4.000 euros separan a España de Europa, cantidad que se eleva hasta más de 7.000 si se compara con los 20 países del euro. Más concretamente, mientras en la UE el PIB real per cápita ascendía a 28.940 euros en 2022, en España fue de 24.910 euros, según datos de Eurostat. España se mantiene lejos de los niveles de Alemania (36.010 euros), Francia (33.180 euros) e Italia (28.180 euros), por no mencionar ya Luxemburgo (86.130) o Irlanda (77.430), que triplican con creces las rentas de los españoles.

Hay varias razones que explican los bajos niveles de productividad en España a lo largo de este siglo y que representan una importante debilidad de su patrón de crecimiento, aunque cabe destacar que en estos últimos años hay un cambio de tendencia y, tras la Gran Recesión, se ha mejorado ligeramente, aunque sigue creciendo muy por debajo de Europa. Uno de los lastres se remonta al 'boom inmobiliario' de principios de siglo, cuando se hizo una "excesiva acumulación de activos inmobiliarios" -residenciales y no residenciales- que a día de hoy, quince años después del 'crash', se encuentran infrautlizados y acarrean costes de amortización y financieros para las empresas, según señala la Fundación BBVA.

Más inversión en intangibles

Otra causa es la falta de inversión en activos intangibles; es decir, en I+D, software y bases de datos, diseño, imagen de marca, formación de la empresa a sus trabajadores, etc. Unos factores que contribuyen de forma importante a mejorar la eficiencia de las empresas. España ocupa la última posición en inversión en intangibles, a la que solo destina el 40,5% de la inversión total. De igual manera, repercute el insuficiente aprovechamiento de las mejoras educativas y una menor proporción de empleo del trabajo más cualificado que en la mayoría de países europeos, debido a que las ocupaciones derivadas de la especialización española son menos intensivas en capital humano y pesan más las actividades poco intensivas en conocimiento y uso de TIC, un sector que en España es muy reducido y apenas representa el 5% del PIB.

Pese a este grave problema, España sigue siendo, junto con Italia y Estonia, de los tres únicos países del euro que no tiene un Consejo Nacional de Productividad, para detectar dónde están las debilidades y proponer iniciativas para resolverlas. El Gobierno, por su parte, confía en que la reducción de la jornada laboral que pretende poner en marcha ya este año contribuya a aumentar la productividad, aunque algunos expertos y patronales advierten de que será al contrario: mermará.

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