Empresas aragonesas empiezan a sufrir el colapso del mar Rojo con fletes más caros y retrasos

Camas de hospital de Pardo están en un contenedor, para ser expuestas en la feria de Dubái, que puede no llegue a tiempo

Instalaciones de Industrias Pardo, de equipamiento hospitalario, en el polígono Centrovía.
Instalaciones de Industrias Pardo, de equipamiento hospitalario, en el polígono Centrovía.
Francisco Jiménez

Con mal pie ha comenzado 2024 para el comercio internacional. Los ataques, el pasado 31 de diciembre, de rebeldes hutíes de Yemen a barcos de Maersk en el mar Rojo, una de las rutas marítimas más importantes que unen Asia y Occidente, han provocado que el resto de las navieras hayan decidido evitar esta ruta desviándose hacia África, rodeando el continente por el cabo de Buena Esperanza para así llegar al Mediterráneo. Una decisión que está teniendo ya impacto en varias empresas aragonesas.

El director general de Pardo, Daniel Álvarez, explicó ayer que tienen en tránsito un contenedor, cargado con sus camas de hospital y material de otras empresas apoyadas por el Icex para estar presentes en el pabellón español de una de las feria mundiales de equipamiento sanitario más importantes del mundo, la de Dubái a final de este mes

«Ya nos han dicho que nuestra mercancía que salió en diciembre no va a llegar al desviar la compañía MSC sus barcos por el cabo de Buena Esperanza, con lo cual lo que tenía que durar 20-25 días va a costar 45», lamentó. 

«Ahora estamos buscando aviones que puedan llevar la mercancía y ser capaces de tener producto para exponer porque en la feria está todo pagado», apuntó. Además, dijo, cuentan con pedidos en esta zona tanto para los Emiratos Árabes Unidos como para Arabia Saudí y Jordania.

Álvarez comentó que les avisaron del problema la semana pasada y están buscando alternativas, pero a día de hoy no saben si podrán llegar a la Feria de Dubái. «No es un problema exclusivo de Pardo, sino de cualquier empresa que iba a exponer ahí».

María Domínguez, gerente de Equimodal y miembro de la Comisión de Logística del Colegio de Ingenieros Industriales de Aragón y La Rioja, aseguró que su compañía va a verse también afectada por este cambio de ruta de los barcos para apartarse del punto de mira del conflicto Israel-Gaza. «Importamos material desde China y lo tenemos en tránsito. Que venga por el Sur de África en lugar de por el mar Rojo va a suponer retrasos significativos en plazos de entrega, igual de hasta un mes, e incrementos de costos», señaló. 

«Para evitarse riesgos las navieras utilizan la ruta más larga y a las empresas no nos queda sino esperar y pagar», criticó, convencida de que solo «reindustrializar España y Europa nos permitirá no tener tanta dependencia de China». Mientras tanto, no queda sino asumir este sobrecoste en tiempo y dinero e incrementar los ‘stocks’ de seguridad en la medida que se pueda.

Álvarez, por su parte, lamentó que unas pocas navieras controlen el comercio internacional y ya estén incrementando el precio de los contenedores marítimos grandes de 40 pies, que costaban menos de la mitad hace un mes.

«Sí, los incrementos son del 200% y 300%», coincidió Óscar Calvo, director gerente de JCV Shipping. «Cada naviera aplica recargos diferentes por la mayor distancia que han de recorrer, pero por ejemplo venir con un contenedor de 40 pies desde Shanghái a Barcelona costaba 1.500 dólares y a 1 de enero estaba a 4.750», señaló. 

«Tanto para importación como exportación se están duplicando los precios de los fletes. Como los tiempos de tránsito son más largos, incrementan las tarifas», indicó. Poco ha durado la normalidad, añadió, ya que después de un 2022 en que las navieras tuvieron grandes beneficios, en 2023 los precios habían vuelto a ser bajos y ahora están aprovechando este conflicto para subir tarifas de nuevo. Y no solo es eso, recordó, «sino que los retrasos pueden llegar al mes y muchas empresas dependen de la llegada de esos contenedores para acabar sus producciones».

Calvo pide calma para evitar la escalada de precios

El experto en la logística de contenedores marítimos, Óscar Calvo, de JCV, afirmó que esta situación dista mucho de parecerse a la rotura de la cadena de suministro que se produjo durante los años de pandemia y que paralizó las fábricas de coches. 

«No es un problema de que falte mercancía sino de tiempos de espera, de que muchas empresas tendrán que reprogramarse para atender sus procesos productivos», dijo, a la vez que hizo un llamamiento a la «prudencia y mantener la calma» a la hora de comprar más ‘stock’ que derive en la ocupación de mayor espacio en los contenedores, ya que subirá más el precio de los fletes y se engordará la escalada de tarifas por parte de las navieras, advirtió.

Desde Stellantis Zaragoza manifestaron ayer que no había afección a la cadena logística. 

Por su parte, Álvarez, de Pardo, mostró su confianza en que el abandono de la ruta por el mar Rojo sea «coyuntural». «Igual en dos o tres meses se regulariza, pero nos va a dar un inicio de año complicado que será difícil reconducir», admitió, «ya que casi todas las empresas tienen algún componente que traen de China o Asia», apuntó. 

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