Teniendo en cuenta la actual coyuntura económica e internacional, ¿es posible mandar un mensaje esperanzador de cara al año que viene?Nuestra sociedad y nuestra economía han demostrado una alta resiliencia en los últimos años. Tanto nuestro país como, especialmente, nuestra Comunidad, están logrando desacoplarse de la evolución internacional logrando un mejor comportamiento. Nuestra visión para 2024 da continuidad a esa tendencia y observamos solidez en los principales sectores productivos aragoneses: servicios, agroalimentario, logístico y automovilístico.

Concretamente en el sector agrario aragonés, en el que está especializada la entidad, ¿qué medidas se toman para paliar esta situación?En Caja Rural de Aragón nos centramos en ofrecer servicios especializados que permitan a agricultores y ganaderos seguir superando las dificultades. Ayudamos al sector en la tramitación de la PAC o en la gestión de seguros agrarios, clave para la gestión de las amenazas climáticas. Para ayudar al relevo generacional, tenemos vigentes financiaciones para la incorporación de jóvenes agricultores, para sus necesidades de inversión en las explotaciones agrarias en unas condiciones muy favorables. Además, gestionamos líneas específicas como la ICO MAPA-SAECA, a través de la cual tienen acceso a préstamos subvencionados directamente por el Ministerio de Agricultura. También favorecemos la competitividad del sector impulsando su digitalización y ofreciendo la gestión digital de su Cuaderno de Campo. 

También parece imposible ahorrar, ¿lo ponen fácil desde su entidad?Muy fácil. Este es un tema en el que hemos sido especialmente sensibles en Caja Rural de Aragón. En nuestro caso, hace ya más de año y medio que empezamos a retribuir el ahorro. Los depósitos son parte de los productos disponibles para nuestros clientes y ha sido una de las medidas puestas en marcha y que ha servido de ayuda a familias y empresas para hacer frente a la subida de costes y precios.

Con respecto a la labor de Caja Rural de Aragón, ¿qué logros destacaría de este año que ahora termina?Para nosotros ha sido un año muy positivo. En 2023 comenzaba nuestro Plan Estratégico Crisalis. En este primer año, hemos logrado cumplir con los objetivos que nos habíamos fijado. Hemos crecido en socios y clientes, superando ya los 300.000 y aumentado nuestra cuota de mercado en todas las provincias en las que operamos en Aragón, La Rioja y Cataluña. Estamos satisfechos, pero queremos seguir siendo la opción elegida cada día por más aragoneses. Estamos comprometidos con el territorio, con las personas y con su desarrollo. Y con otra forma de hacer banca, con entusiasmo, colaboración, cercanía y sencillez. 

¿Todavía tiene la entidad margen de crecimiento en Aragón?Tenemos ya una alta penetración y cuota de mercado, pero se concentra más en el ámbito rural que en el urbano. Hoy tenemos una importante red de oficinas en las poblaciones más importantes de Aragón, acceso a la entidad a través de numerosos canales y una propuesta muy competitiva para empresas, negocios, profesionales y familias. Ese es nuestro foco de crecimiento para los próximos años. 

Han impulsado iniciativas como el deporte, la cultura o la actividad social en la Comunidad en este año, ¿así se articula el compromiso con las personas del que hace gala Caja Rural?Para nosotros es algo clave. Nuestro compromiso con nuestros clientes, con los socios y con la sociedad es una prioridad. Gran parte del retorno de nuestra entidad y de nuestra fundación se destina a todos ellos. 

Potenciar la vida en el medio rural es un deseo de Año Nuevo que se repite todos los ejercicios en las administraciones aragonesas, ¿cómo se contribuye a esto desde Caja Rural?
Con presencia, cercanía, sensibilidad y una apuesta real por la vertebración del territorio y por el apoyo a sus personas, a sus proyectos y a su desarrollo. En nuestro caso, llevamos el rural en nuestro apellido y, como nos gusta decir, no solo somos sensibles a esta realidad, sino que nos sentimos parte de ella.