García Delgado: "La economía puede ser objeto de una opa hostil por la política"

El catedrático de Economía Aplicada, Premio Rey Juan Carlos, se muestra crítico con los acuerdos de investidura de Pedro Sánchez.

José Luis García Delgado, catedrático de Economía Aplicada, en Zaragoza.
José Luis García Delgado, catedrático de Economía Aplicada, en Zaragoza.
Toni Galán

Pronunció en Zaragoza la conferencia ‘La economía española ante la nueva legislatura’. ¿Qué espera de ella?

Lo primero que cabe decir es que estamos en tiempos difíciles y posiblemente continuemos en un un escenario complicado. La economía va a ser muy probablemente dependiente de factores exógenos. Se ha dicho que la economía europea ha sido objeto de una opa hostil de la geopolítica y ahora yo diría que la economía española puede ser objeto de una opa hostil por parte de la política. No de la geopolítica, sino de la política. Se está produciendo una opa hostil a una buena parte del cuadro institucional español, empezando por el poder judicial. Tenemos una economía que ha sido resiliente a las circunstancias políticas en gran parte y que mantiene un ritmo propio o apreciable, pero puede acabar siendo objeto de esa opa hostil de la política con efectos nada favorables.

¿Qué efectos?

Vienen tiempos difíciles para la economía global y hará falta capacidad de gobernar, de gestionar. De conseguir grandes acuerdos con los agentes sociales y con las fuerzas políticas para afrontar los grandes temas. El PSOE ha pactado hasta con siete formaciones de muy distinto signo político, unas conservadoras, otras –se dice– progresistas, unas con voluntad de coadyuvar al gobierno de la nación y otras, en cambio, que han declarado solemnemente que la gobernanza del país les importa un bledo.

Una situación desfavorable para la economía.

El problema es que para un tiempo difícil puede darse esa opa hostil sobre la economía que comentaba antes. Las tensiones con instituciones como el Poder Judicial no crea ningún marco apropiado para la atracción de inversiones, ya no las foráneas sino las propias, para que quienes tienen recursos apuesten e inviertan y asuman riesgos a medio y largo plazo. Estamos, por otra parte, con un gobierno de una composición en sus apoyos tan heterogénea que hay muchos riesgos de que la normativa, las regulaciones, toda la norma jurídico-mercantil, esté sometida a vaivenes y a tensiones. Y eso es lo peor para la inversión productiva. Para la economía hay dos palabras muy importantes, una es la estabilidad y la otra es la confianza. Yestamos en un marco en el que probablemente ni una ni otra se consigan.

¿Cree que habrá desigualdad entre comunidades autónomas como consecuencia de los pactos de investidura?

Por lo que sabemos, los acuerdos para la investidura suponen un tratamiento ventajoso para algunas comunidades. Y en ese sentido puede agrandar las diferencias.

¿Tenemos que preocuparnos en Aragón?

La desigualdad nunca es buena. Ni social, ni económica, ni políticamente. España tiene un problema territorial importante y no vienen bien los tratamientos diferenciales injustificados. No se puede gobernar frente a la mitad del electorado y hacerlo sin pedagogía social. Hay que hacer pedagogía social para que esa otra mitad que no te ha votado asuma por lo menos parte de tus planteamientos, no tratar de imponerlos. El problema no es la amnistía, es que no se ha explicado el porqué y la justificación, si la tiene.

¿Cree que habrá un cambio en la política económica del Gobierno?

Tiene que haberlo porque nos lo van a imponer. Hasta ahora ha habido una política muy expansiva del gasto público.

¿Quién va imponer esa política?

Europa, claro, y las circunstancias. Hasta ahora ha habido una política monetaria y fiscal muy expansiva, pero eso se acaba. El pacto de estabilidad y crecimiento a escala europea deberá seguirse bien.

¿Cómo?

El Banco Central Europeo va a dejar de ayudar como hasta ahora para que haya una política muy expansiva que ha facilitado las cosas con un grado alto de paz social, que es muy apreciable, pero ahora habrá que conseguir la paz social con otras herramientas.

La economía se está desacelerando.

Hay una ralentización, sí. De hecho, este año vamos a crecer menos que en 2022 y para 2024 todas las estimaciones apuntan a que vamos a crecer casi la mitad, en otros países de Europa incluso menos. En Europa está nuestro principal mercado y tenemos que tenerlo en cuenta. Por eso empezaba diciendo que vienen tiempos de dificultad y habría que tener las mejores palancas. Yno sé si ahí lo mejor es tener un clima político tan broncamente bipolarizado. En España nos habíamos acostumbrado a un bipartidismo centrista que implicaba cierto clima de buenas condiciones, de buenas formas, una cierta capacidad de negociación. Ahora parece que no hay ninguna, no hay capacidad de negociación con quienes están en la oposición. Es más, se hace todo lo posible para que nunca la oposición pueda volver a gobernar.

La geopolítica también influirá. ¿Hasta qué punto nos afectan las guerras en marcha?

El impacto económico de la guerra de Ucrania se da en toda Europa, algo menos en España, porque estamos lejos del teatro de operaciones y nuestras vinculaciones eran menores que la de otros países como Alemania, pero desde la perspectiva de los aprovisionamientos energéticos, mercados internacionales de materias primas, esto claro que influye. Y la guerra en Oriente Próximo, si se prolonga claro que puede tener efectos sobre toda Europa y también sobre España.

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