Alrededor del 90% de las muertes de los corderos de cebo en las granjas se debe a enfermedades respiratorias. Además, un 75% de los animales que tienen estas dolencias no muestran signos clínicos, es decir, son asintomáticos, de forma que tres de cada cuatro quedan a menudo sin diagnosticar; con los consiguientes perjuicios que ello acarrea en materia de bienestar animal y de pérdidas económicas para las explotaciones ganaderas.

Esta fue una de las motivaciones que llevó a Casa de Ganaderos de Zaragoza y a la empresa Franco y Navarro a impulsar el proyecto ‘Diagnoscord’, que utilizará inteligencia artificial para la detección precoz de enfermedades en los corderos de cebo y se iniciará en la primavera del próximo año. La iniciativa está financiada por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader), –en un 80%– y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación –el 20% restante–.

"El proyecto nace en un marco en el que Europa cada día solicita más cuestiones asociadas al bienestar animal, a la vez que pide usar menos antibióticos, dos cuestiones muy difíciles de compaginar. A eso hay que añadir el problema de mano de obra que tiene nuestro sector, en el que el tema del relevo es complicado. Mucha de la gente que llega no tiene los conocimientos necesarios para reemplazar al ganadero de toda la vida que sabe detectar las enfermedades, y al mismo tiempo este último tiene que hacer muchas cosas y, por tanto, dispone de poco tiempo para revisar a los animales. Eso lleva a que estemos a menudo descubriendo las enfermedades de manera tardía", explica Chema González, coordinador del proyecto y responsable de I+D+i en Casa de Ganaderos.

Dada esta situación, en la empresa decidieron buscar una solución en las nuevas tecnologías. Así, se puso el foco en una herramienta de inteligencia artificial que realiza una supervisión continua de los animales –las 24 horas del día– para localizar problemas sanitarios con una gran eficiencia. "El objetivo es enseñarle a la máquina qué es un cordero enfermo, porque no lo sabe. Por eso, le daremos herramientas como cámaras de vídeo, que van a medir indicadores de su comportamiento como el número de veces que el animal va al bebedero o el tiempo que está tumbado, y también su temperatura, para los casos de fiebre. Todo esto nos permitirá en dos o tres años que la máquina nos diga cuáles son los que están enfermos para luego nosotros poder ir in situ a analizar al animal en cuestión y confirmar que esa información es correcta", expone González.

Se trata de un ejemplo de ganadería de precisión que no solo permitirá la detección de los casos de enfermedad más clásicos, sino también de los que al ojo humano pueden pasar inadvertidos. La creación de los algoritmos necesarios para que los dispositivos sean eficaces va a requerir el trabajo conjunto del personal de ambas empresas con veterinarios, ingenieros de la Universidad de Zaragoza y expertos en inteligencia artificial.

Diferencias entre ejemplares

Distinguir con nitidez a cada cordero es el gran reto. "Vamos a usar tecnología que es empleada en el control de fronteras, estaciones o aeropuertos para diferenciar personas. El caso es que nuestros corderos son casi todos iguales, así que la herramienta se centra en cuestiones como pequeñas manchitas en la piel o el tamaño de las cejas. Es por eso que hemos buscado expertos en diversos campos, formando un equipo multidisciplinar", apunta el veterinario.

Desde las empresas impulsoras se consideran que esta iniciativa podría ser beneficiosa para el sector en su conjunto. "La evolución técnica es muy rápida y muy barata. Además, buscamos que nuestro proyecto cree los algoritmos necesarios para que se pueda extender a toda la ganadería aragonesa", manifiesta González, que subraya asimismo que la ganadería de precisión está llamada a marcar el futuro del sector por las grandes ventajas que permite en lo relativo a las mejoras en materias como la eficiencia, los conocimientos y el bienestar animal.