economía

El impacto económico de la guerra en Israel y cómo afecta al precio del gas que llega a España

El drama humanitario que se vive en Gaza tiene efectos en los mercados energéticos, sobre todo, por el plus de especulación que añade.

Instalación de gas rusa en Siberia.
Instalación de gas rusa en Siberia.
Reuters

Cuando todavía no se ha conseguido poner fin a la guerra en Ucrania, tras la invasión de Rusia hace un año y casi ocho meses, un nuevo drama humanitario ha estallado ahora en Oriente Medio. Desde hace doce días la Franja de Gaza se ha convertido en un foco de horror y muerte por el enfrentamiento entre el grupo terrorista Hamás e Israel. Mientras se multiplican las víctimas, el conflicto vuelve a desestabilizar los mercados financieros y energéticos, pero de una forma distinta a las tensiones geopolíticas que desató el ataque ruso sobre la población ucraniana.

El estallido de la guerra en Ucrania, a las puertas de la Unión Europea, desestabilizó económicamente a todos los socios comunitarios, hasta entonces dependientes del gas ruso. Los cortes de suministro utilizados por el presidente Vladimir Putin como arma geoestratégica y las sanciones que siguieron en forma de veto al gas ruso redujeron la cantidad de este recurso energético en el mercado y dispararon su precio. Y con él el de la factura de la luz, que es muy sensible al gas porque este suele marcar el precio del mix de energías en las subastas que fijan el coste final.

De dónde viene el gas natural que llega a los hogares en España

En este caso, "Israel produce algo de gas en el Mediterráneo, pero es una cantidad pequeña la que exporta a la Unión Europea", apunta José María Yusta, experto en mercados energéticos y profesor de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura (EINA) de la Universidad de Zaragoza. Israel ha vendido gas a la UE en los últimos años "sobre todo a Irlanda, y la previsión era aumentar la exportación a otros países", matiza.

Pese a no figurar entre los primeros proveedores, el conflicto ha impactado también en los mercados. "El precio del gas aumenta simplemente porque hay especulación por la situación de conflicto", asegura. A ello se une que se trata de un bien "muy volátil" cuyo precio "sube y baja muchas veces", añade el experto, incluso en situaciones donde no hay otros factores que influyan. 

El invierno pasado el ataque ruso hizo que se temiera que hubiera problemas de desabastecimiento en Europa, que finalmente no se produjeron, en parte por un invierno más suave y porque se fue reduciendo la dependencia de Rusia, pero esta vez no existe tal riesgo. Los países tienen cubiertos sus almacenamientos y sus proveedores proceden de otros lugares. La falta de dependencia "no impide que la incertidumbre se refleje en los precios", señala Yusta, sobre las subidas de precios. Este viernes en el Mercado Ibérico del Gas (Mibgas) se espera un precio de 42,72 euros/MWh.

En el caso de España, uno de los países que contaba ya con menor dependencia del gas ruso antes de la guerra en Ucrania, el gas que llega a los hogares españoles procede de más de 21 países, según los últimos datos (2022) recogidos en el informe de supervisión del mercado mayorista del gas de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

 Argelia ha sido siempre el mayor suministrador de gas de España, hasta que el año pasado, con los recortes a Rusia y la entrada como sustituto de Estados Unidos, convirtió a este por primera vez en el principal país del que llegó gas. Este último se quedó con un porcentaje del 28,6%, tras aumentar 14,5 puntos y se situó "a gran distancia de otros países productores", teniendo en cuenta la media de todo el año.

Con todo, Argelia quedó como segundo suministrador (23,8%), seguida de Nigeria (14,1%), Rusia (12,5%) y Francia (4,4%). En la lista siguen países como Qatar (3,45%), Egipto (3,37%) o Trinidad y Tobago (3%).

Yusta destaca que Rusia se mantiene entre los principales países a los que las empresas gasistas españolas siguen recurriendo e incluso se incrementaron las compras. "Curiosamente ha aumentado el suministro de gas desde Rusia a España", destaca atendiendo al balance del año pasado de la CNMC. "Rusia sigue siendo uno de los principales proveedores de gas licuado de España", explica, en referencia al que llega en barco y no por gasoducto, afectado por las sanciones. "Le estamos comprando gas licuado porque la UE no se atreve a cortar ese suministro", señala. 

De hecho, no solo por el ruso sino principalmente por el avance del llegado de EE. UU. se batieron récords en las compras de gas licuado (GNL) en 2022, que alcanzaron el 71% del total, según el balance de la CNMC.  Se trató de un producto "más caro que el gas importado por gasoducto" con diferencias de hasta 11 euros por megavatio, calcula el citado informe. "En el conjunto del año se han realizado un total de 338 descargas de buques (casi una al día), frente a 254 en 2021", añade el balance.

Países Bajos, Alemania e Italia fueron los mercados más afectados por los recortes a Rusia, seguidos de Reino Unido. Los precios alcanzaron sus  máximos históricos en agosto de 2022 y desde entonces comenzaron a moderarse. 

Los principales riesgos para incrementar los precios se encuentran en la posibilidad de que el conflicto deje de limitarse a Israel. Yusta apunta al "miedo a que haya una escalada del conflicto más regional, que tendría más impacto porque los países de Oriente Medio son productores de petróleo", en referencia a Irán y otros países árabes por lo que el mercado dispararía los  precios, avanza Yusta. Si se recortara la producción o se viera afectada supondría un impulso al precio del crudo, que ya se encuentra al alza, actualmente hasta los  casi 92 dólares el barril de Brent, el de referencia en Europa.

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