El auge del empleo verde y la economía social

El reaprovechamiento de los recursos que son finitos forma parte de la filosofía de muchas cooperativas, empresas de inserción y otra entidades de economía social que se reivindican como claves en esta transición energética.

Pilar Cavero, de Incluyem-Barmon; Miguel Ángel García, de la Fundación Rey Ardid; Perico Ruiz, de La Ciclería; Adrián Serrano, de Cepes Aragón; Clara Jarauta, del centro tecnológico Circe; Marga Lambán, de la Coordinadora Aragonesa del Voluntariado, y María Lorente y Juan José Moles, responsables del Grupo Arcoíris, en Zaragoza Activa.
Pilar Cavero, de Incluyem-Barmon; Miguel Ángel García, de la Fundación Rey Ardid; Perico Ruiz, de La Ciclería; Adrián Serrano, de Cepes Aragón; Clara Jarauta, del centro tecnológico Circe; Marga Lambán, de la Coordinadora Aragonesa del Voluntariado, y María Lorente y Juan José Moles, responsables del Grupo Arcoíris, en Zaragoza Activa.
Guillermo Mestre

La estrategia Aragón Circular, que busca un uso más eficiente de los recursos naturales, no puede entenderse sin la contribución de la economía social. Su potencial transformador en el medio rural y generador de empleo verde juega un papel esencial para ir hacia un crecimiento económico más sostenible. Así lo entiende Adrián Serrano, presidente de la Asociación de Economía Social (Cepes Aragón). "Ambas comparten valores como sostenibilidad, justicia social y equidad. La economía social ha sido reconocida por la Unión Europea, la OIT o Naciones Unidas como una fuerza de primera magnitud para facilitar una transición verde de la sociedad", asegura.

Y eso es lo que se puso de manifiesto en la jornada sobre cómo la economía social y la circular se complementan en el camino hacia la transición energética, celebrada esta pasada semana en Zaragoza Activa con casos concretos como los del Grupo Arcoíris en Teruel, La Ciclería en Zaragoza o Incluyem-Barmon en Huesca.

Los alumnos del IES Rodanas de Épila siguieron atentos las explicaciones de estos casos así como los de la Coordinadora Aragonesa del Voluntariado o la Fundación Rey Ardid para ilustrar que el binomio economía social y circular funciona y que las dos van de la mano y son necesarias para corregir los desequilibrios del sistema de producción actual.

"Lo que queremos es que esta apuesta del Gobierno de Aragón por la economía social se mantenga en el tiempo y juntarnos con los responsables del Ejecutivo autonómico y del Ayuntamiento para fijar las líneas de actuación y que exista esa colaboración para seguir trabajando por las personas y el Planeta", apunta Serrano, a la vez que recuerda el peso de la economía social en Aragón con 7.500 empresas que generan el 8,5% de empleo directo a más de 22.000 personas y que suponen una facturación de 3.500 millones y un valor añadido bruto de más de 500. "Hay que seguir impulsando este eje de acción prioritario", dice, más siendo "Teruel la primera capitalidad española en economía social". Al compromiso de la DGA con la economía social le puso voz la directora general de Promoción Industrial e Innovación de la DGA, María del Mar Paños, presente en la jornada de Cepes Aragón: "Les transmito el apoyo del Gobierno de Aragón a estas iniciativas que sirven de ejemplo a otras empresas a la hora de trabajar por la sostenibilidad".

La sostenibilidad ya no es una opción sino una necesidad, recuerda Magdalena Sacho, secretaria técnica de Cepes Aragón, que ha puesto en marcha un proyecto de energías renovables. "Con una subvención de la Fundación EDP vamos a constituir una comunidad energética piloto en Aragón. En Abizanda está a punto de constituirse como cooperativa, en Gea de Albarracín ya lo han hecho y están con la instalación de placas fotovoltaicas y en La Cartuja Baja (Zaragoza) se está todavía hablando con las personas interesadas y en negociaciones con el Ayuntamiento para la cesión de cubiertas", explica. "Desde Cepes les acompañamos en el proceso".

En la capacidad de luchar contra la despoblación que tiene la economía social insiste la ingeniero químico Clara Jarauta, del centro tecnológico Circe. "Llevamos 30 años trabajando en economía circular promoviendo iniciativas como las comunidades energéticas, apoyadas también desde la economía social", afirma. "Falta que la parte administrativa vaya a la misma velocidad que el desarrollo tecnológico", reconoce. "Veníamos de una economía lineal de usar y tirar y ahora estamos en la circular que favorece el reciclado y el alargamiento del ciclo de vida de los productos y los materiales", explica. Y tiende la mano para apoyar proyectos de biomasa, biogás o hidrógeno, convencida de que hace tiempo que las cooperativas y otras entidades de economía social "llevan tiempo apostando por la circularidad y el reaprovechamiento de los recursos que son finitos".

"La circularidad es nuestra esencia y está muy ligada al modelo de economía social por el que apostamos", señala por su parte María Lorente, adjunta a dirección del Grupo Cooperativo Arcoíris, que da empleo directo a 587 personas en la comarca del Matarraña (Teruel) y que está a punto de poner en marcha una planta de biogás tras invertir 2 millones que aprovechará los residuos ganaderos que generan en producir parte de la energía que consumen.

A dar una segunda vida a productos tan diversos como ordenadores, muebles o delantales se dedica ‘Reutiliza’, un proyecto de la Coordinadora Aragonesa de Voluntariado, que integran 99 organizaciones. "Son entidades de voluntariado las que recogen esas donaciones y se encargan de su entrega. Se promueve así la durabilidad y eficiencia de sistemas informáticos y equipamiento de oficina, principalmente", destaca Marga Lambán, responsable de esta Coordinadora que promociona la economía circular y participó de la jornada de Cepes.

También lo hace con la eficiencia en los lavados y usando energía de fuentes renovables la lavandería industrial Emprey, uno de los centros especiales de empleo de la Fundación Rey Ardid que cuenta con el sello de Aragón Circular y trabaja sobre todo para hospitales y residencias. Un depósito de recirculación de agua y el ajuste del programa de las lavadoras les permite reducir el 15% el consumo de agua. Las placas fotovoltaicas les suponen además un ahorro del 10% en el consumo de electricidad y con un flejado (acordonamiento de la mercancía) y fundas estancas para la ropa ahorran también 1.825 kilos de plástico en el transporte d e la ropa lavada. "El futuro de la economía social pasa por procesos de economía circular", asevera Miguel Ángel García, que lleva el área de Empresas Sociales de la Fundación Rey Ardid.

Foto de una de las tiendas de Moda-re en la provincia de Huesca.
Foto de una de las tiendas de Moda-re en la provincia de Huesca.
S.E.

Incluyem-Barmon empresa de inserción: "Al reutilizar esa ropa se da empleo a quince personas"

Las ‘7 R’ (siglas de rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar) definen la forma de trabajar de Incluyem- Barmon, una empresa de inserción que se dedica a reciclar y comercializar prendas y complementos textiles en sus tiendas de Barbastro, Monzón y Binéfar. Promovida por Cáritas Diocesana de Barbastro-Monzón, empezó a perfilarse el proyecto en agosto de 2018 pero no empezó a funcionar hasta febrero de 2019.

"Lo más importante es que al reutilizar esa ropa se da empleo a 15 personas", señala Pilar Cavero, responsable de esta iniciativa. Con tres líneas de negocio (la recogida, lavandería industrial y reciclaje) en 2022, explica, se dieron cuenta de que necesitan apoyo para que el ciclo de la ropa no se perdiera y entraron a formar parte de la cooperativa Moda-re que se ocupa de la venta. "Llegando a poblaciones a las que nadie llega", Incluyem-Barmon dispone de 106 contenedores (con sensores de llenado) repartidos en 52 localidades y semanalmente los recogen y se envían a tres plantas de Barcelona, Bilbao y Valencia donde valoran lo que es reutilizable y lo que no. Y lo que está en buen uso lo venden en sus tres tiendas en la provincia de Huesca con la marca ‘Contigo’. El ahorro que se consigue es de 448.523 kilos de ropa reciclada, pero el principal beneficio es que "cuanta más reciclemos, más puestos de trabajo se podrán mantener", concluye. 

Imagen de la planta de biogás en Valderrobres (Teruel).
Imagen de la planta de biogás en Valderrobres (Teruel).
G. Arcoíris

Grupo Arcoíris Cooperativa: "Actividad ganadera y turismo pueden convivir perfectamente"

María Lorente, adjunta a dirección del Grupo Arcoíris, recuerda que la cooperativa empezó con Guco (Ganadería Unida Comarcal), una fábrica de piensos para ganado (sobre todo porcino y conejos), pero que como la circularidad siempre estuvo en su ADN, entendida como elaboración íntegra y total de sus productos, fueron creando otras empresas como la de Fuentes Calientes en la comarca del Jiloca y en paralelo, acometiendo otros proyectos para ser sostenibles medioambientalmente. Así han ido creciendo y con 470 socios están a punto de poner en marcha en octubre una planta de biogás para completar el proceso de circularidad y aprovechar sus residuos ganaderos y otros de la industria agroalimentaria. "Tenemos la concesión administrativa del Instituto aragonés del Agua", dice Lorente. Con presencia en 140 pueblos de Teruel, Arcoíris ha demostrado que "actividad ganadera y turismo pueden convivir perfectamente y complementarse", dice Lorente. La planta de biogás persigue el autoconsumo energético y en una segunda fase utilizar el biometano de combustible. Como parte de la economía social que son, el grupo tiene en construcción una residencia de 68 plazas para Valderrobres en convenio con la Fundación Rey Ardid. 

Arturo Sancho, junto a sus socios Nacho Sancho y Perico Ruiz.
Arturo Sancho, junto a sus socios Nacho Sancho y Perico Ruiz.
Toni Galán

La Ciclería Sociedad Cooperativa: "Recopilamos bicis en desuso para hacer una flota de cien"

La Ciclería, que acaba de cumplir 16 años como cooperativa que cuenta con siete socios trabajadores y cree en la bicicleta como herramienta de transformación social, está inmersa en una nueva iniciativa de economía circular. Pedro Ruíz, mas conocido como Perico, ponente en la jornada de Ceste Aragón, explica que en colaboración con Zaragoza Dinámica están recopilando bicis en desuso y reciclando piezas para hacer una flota de un centenar que puedan utilizar distintas empresas de la ciudad.

En principio están muy orientados a las Asociaciones de Padres y Madres de los colegios pero también trabajan con la Universidad de Zaragoza y empresas. "Sería como una especie de línea paralela de bicis, en lugar de una bicicleta individual para una persona, disponer de una flota para chavales de cuarto, quinto o sexto de la ESO, que enseguida se les quedan pequeñas", afirman. Así no tendrían que cambiar y el colegio podría reutilizarlas. "Hemos recuperado unas treinta y el objetivo hasta final de año es llegar a cien", añade Ruiz, mientras en paralelo el taller de La Ciclería, en la calle de Gavín, sigue dando formación en autorreparación de bicicleta para los usuarios o dando el servicio si así se prefiere. La economía social, dice, está en auge y va a ir a más. "Es necesario porque va muy ligada a las personas" que deben posicionarse en el centro de toda actividad económica. 

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