Álvaro Arizcun, piloto de Iberia: "Una pasajera me dio mil pesetas tras un aterrizaje difícil"

Recién cumplidos los 65 años, el comandante se acaba de jubilar tras completar más de 21.500 horas de vuelo, equivalente a 250 vueltas al mundo.

Avión de la compañía Iberia. Imagen de archivo.
Avión de la compañía Iberia. Imagen de archivo.
Efe

Álvaro Arizcun Sánchez-Morate (Madrid, 65 años) acaba de colgar las alas tras 36 años como piloto de Iberia. Acumula más de 21.500 horas, el equivalente a tres años y pico volando sin parar o más de 250 circunnavegaciones. Lo de "señores pasajeros les habla el comandante" lo pronunció Arizcun por última vez hace solo unos días rumbo a Washington. A partir de ahora disfrutará de la abogacía (es letrado en ejercicio), el golf, el mar y de sus dos nietos... y alguna escapada a Boston, su ciudad favorita.

-¿Cómo se vive en las nubes?

-Pues con una sensación muy peculiar. Una vez que despegas, arriba se está muy a gusto la verdad.

-Y allá en los cielos, ¿se siente uno más cerca de Dios?

-Pues sí. Soy católico practicante y allí arriba me siento mucho más cerca de Dios. Hay veces que el espectáculo es tan grande que sientes que hay algo más trascendente que nosotros.

-¿Cuál es el aeropuerto donde uno siempre quiere aterrizar?

-El de casa, jajaja.

-¿Y en cuál mejor santiguarse?

-Sobre todo en los de Centroamérica. Y en España en la cornisa cantábrica también hay alguno complicado.

-¿Y el que ofrece mejores vistas?

-El de Guatemala. Es imponente, rodeado de volcanes y muy verde. aunque con la meteorología adversa es de los más difíciles.

-¿Cuál es el amanecer más bello que ha visto desde allí arriba?

-Los Alpes. Ver ese amanecer es increíble.

-Hablando de los Alpes, ¿qué pensó en aquella tragedia del Germanwings?

-Que lamentablemente algo había fallado. Pero la industria ha aprendido de aquello.

-Antes los pasajeros reconocían un larga travesía o un aterrizaje suave con aplausos, ¿continúa esa tradición o va a menos?

-Va a menos, pero de vez en cuando sí se animan, sobre todo cuando ha habido turbulencias y el avión se ha movido.

-¿Se atreve a pronosticar cómo volaremos dentro de 20 años? ¿Habrá alguien en la cabina?

-Siempre habrá alguien. Por muy automatizados que estén los sistemas el factor humano es imprescindible. Hay condiciones en la meteorología que no admiten un control automático porque pueden evolucionar de manera imprevisible en el corto plazo.

-¿Se volará más rápido?

-Más rápido sí, pero la industria tiene que avanzar para que sea más eficiente desde el punto de vista de la contaminación. Y también se acortarán los tiempos muertos en los aeropuertos, en los sistemas de embarque para hacerlos más rápidos y sencillos y poder competir con el tren.

-¿Verá vuelos comerciales a Marte?

-¡Noooo! A la humanidad le queda bastante para ver esos vuelos.

-¿Se compadece del cáterin que sirven a los pasajeros?

-En algunas líneas sí, pero el nuestro es magnífico, de verdad lo digo.

-¿Es de esos pilotos divulgativos a los que les gusta ir dando explicaciones a los pasajeros?

-Cada piloto desarrolla una rutina. Yo siempre me dirijo a los pasajeros en circunstancias normales y también si hay algo que se sale de lo normal. Hace poco empezamos el rodaje y tuvimos un problema técnico y hubo que parar. Si les das información de lo que ha ocurrido, se quedan tranquilos. Al principio me gusta explicarles lo que se espera de la meteorología y por dónde vamos a pasar. Y luego les dejo descansar. Si son las siete de la mañana y van durmiendo, no te vas a poner a contarles que estamos cruzando los Pirineos. Al pasajero no le puedes dar mucho la tabarra.

-Y si un niño le pide ver la cabina...

-En vuelo tenemos una normativa muy restrictiva, pero en tierra, me encanta que se pasen.

-Cuente alguna curiosidad que seguro que en 36 años algún parto en vuelo ya le habrá tocado.

-Parto no, pero una vez aproximándonos a Vigo, el avión se movía muchísimo. Tras dos aproximaciones frustradas nos fuimos a Santiago de Compostela y al aterrizar una señora mayor me dio dos besos y un billete de mil pesetas. Lo debió de pasar mal y quiso agradecerlo así.

-¡Qué bueno! ¿Qué hizo con las mil pelas?

-Nos tomamos unas cervezas.

-¿Liga más por pilotar aviones?

-Eso es una 'fake news' como la catedral de Burgos. Yo llevo casado con mi mujer 37 años, jajaja.

-Si pilotara el Falcon, ¿qué diría a sus pasajeros?

-Lo piloté hace años. Les diría ¡que se pongan de acuerdo!

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