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Latido Pirineo, visitas guiadas a Ansó y el sueño cumplido de Isabel Sanz

Natural de Soria, se crió en Zaragoza y trabajó 10 años como docente en Logroño. Desde 2022 vive en el Pirineo, donde impulsa un proyecto que le permite llevar la vida que siempre había querido.

Isabel Sanz vive en el valle de Hecho y ofrece visitas guiadas a Ansó a través de su empresa, Latido Pirineo.
Isabel Sanz vive en el valle de Hecho y ofrece visitas guiadas a Ansó a través de su empresa, Latido Pirineo.
Heraldo.es

“Desde pequeña fui de campamentos al valle de Hecho y a Ansó y mi obsesión siempre había sido llevar una vida tranquila, sencilla y, sobre todo, cerca de la naturaleza”, resume Isabel Sanz, sobre los motivos que la han llevado a instalarse en el Pirineo y emprender una nueva vida. En 2022 aterrizó en el que hoy es su hogar y donde puede vivir la vida que siempre había querido.

Es natural de Soria pero se crio en Zaragoza. Durante diez años ejerció como profesora de Historia, con una plaza fija en un colegio de Logroño. Es licenciada en Historia, graduada en Ciencias Religiosas, tiene el Máster de Profesorado y, actualmente, está cursando uno en Mindfulness, de la Universidad de Zaragoza. Pero ni su formación ni su estabilidad económica y laboral le sirvieron para frenar sus deseos: vivir en el Pirineo. En concreto, en el valle de Hecho.

Para poder dar este giro de 360 grados a su vida, pidió una excedencia que no le fue concedida. Así que decidió dejar el trabajo, sin indemnización y sin poder cobrar el paro. “Tenía ahorros y sabía dónde quería vivir pero no tenía muy claro a qué me iba a dedicar”, recuerda Isabel, sobre los comienzos de esta nueva etapa. Ahora, cuando han pasado poco más de un año, echa la vista atrás y llega a una conclusión: “Mi experiencia me dice que, aunque cuesta dar el paso, después la vida acompaña y, en mi caso, ha sido en forma de personas”. Personas que la han llevado a poder montar su negocio actual, Latido Pirineo.

Se trata de una empresa, donde de momento está solo Isabel, dedicada a las visitas guiadas de Ansó. “Hasta ahora no se ofrecía este servicio y los turistas se iban sabiendo que el pueblo es muy bonito pero con ganas de conocer más. Ahora, pueden empaparse más de la cultura ansotana y profundizar”, explica. Antes de poder vivir de ello, Isabel trabajó en otras cosas, como limpiando baños en la Borda Bisaltico.

Ahora se enfrenta a su primer verano como guía turística y espera poder acompañar a muchos visitantes por las calles del pueblo que desde bien pequeña la cautivó. Desde Semana Santa y hasta finales de junio, aproximadamente, las visitas solo se ofrecen los fines de semana y festivos. Pero durante los meses de verano, pueden ser cualquier día. “A esta zona se la conoce como la de los valles tranquilos y no es un turismo masificado sino más bien un goteo de visitantes”, explica, contenta de que esto sea así y consciente de que lo que busca con su negocio no es hacerse rica.

Aixena, un nuevo proyecto

De forma paralela a las visitas guiadas por la villa de Ansó, Isabel está ultimando detalles para poder lanzar otro proyecto. Se llama Aixena, que en aragonés significa “todos juntos”, y consiste en ofrecer talleres de teatro y espiritualidad para institutos, residencias de personas mayores o adultos en situación de riesgo. “La idea es poder trabajar las emociones a través de técnicas teatrales, de modo práctico, dinámico y creativo. Hasta ahora, lo que he visto que se hacía en este ámbito es más en formato charla pero me apetecía algo con más movimiento”, explica.

Isabel está dando forma a esta idea a través del programa para emprendedores EmprenCooltura, del IAF, que le sirve de acompañamiento. En el caso de Latino Pirineo, también ha sido fruto gracias, en parte, a otro programa, el Pamur, para el desarrollo de la mujer rural en la comarca de La Jacetania. “Pasar por él ha sido clave para el desarrollo y despegue de mi empresa ya que aprendí sobre temas desconocidos para mí, como contabilidad, estudios de mercado o marketing”, asegura.

Además, su paso por el programa le ha permitido conocer a otras mujeres en su misma situación. Mujeres que, como Isabel, tenían un sueño, ya fuera emprender o trabajar por cuenta ajena, pero en el medio rural y en el Pirineo. Ella lo consiguió y ahora tiene el lujo de recorrer cada día las calles que desde pequeña la enamoraron. Con esa pasión cuenta historias, anécdotas y curiosidades que hacen al visitante irse de Ansó todavía más maravillados. 

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