Heraldo del Campo

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Unos precios en caída para una mala cosecha

Mientras recogen la escasa cosecha de cereal que ha dejado la extrema sequía que padece el campo, los agricultores no pierden de vista los mercados internacionales de los que dependen los precios de sus producciones.  

El mercado cerealista tiene muchos frentes abiertos, desde las producciones mundiales a los futuros de la Bolsa de Chicago o la cambiante demanda china.
El mercado cerealista tiene muchos frentes abiertos, desde las producciones mundiales a los futuros de la Bolsa de Chicago o la cambiante demanda china.
Pixabay.

Hace poco más de un año los precios de cereales como el trigo, la cebada, el maíz o la soja alcanzaban máximos nunca antes vistos en los mercados internacionales. El frenesí de las cotizaciones, que comenzó con la guerra de Ucrania y la psicosis generada ante la posibilidad de que el conflicto bélico en el granero de Europa provocase el desabastecimiento, se ha ido enfriando debido a la apertura de un corredor en el Mar Negro para la exportación de grano ucraniano vía Turquía.

Y aquellas cotizaciones históricas que llegaron a imponerse en el mercado de cereales en marzo de 2022 han ido cayendo de forma paulatina y parece que así continuará en el próximo semestre. Lo explicaba Lola Herrera, gerente de Rogah Global y consultora del Consejo de Exportación de Soja de Estados Unidos, en la jornada ‘Situación actual, evolución y perspectivas del mercado de los cereales’, organizada por la Lonja de Binéfar, en la que auguró que el próximo año los precios de las materias primas volverán a una "cierta normalidad" tras más de dos años de una escalada que parecía no tener fin.

Si únicamente se mirase desde el prisma nacional podría parecer incongruente que las cotizaciones de los herbáceos estén a la baja precisamente un año en el que la sequía ha dejado las producciones españolas apenas sin grano que recoger. Pero este mercado es más complejo y se hace necesario mirar más allá de la Península (especialmente hacia los cultivos del otro lado del Atlántico y los consumos del gigante asiático) para encontrar las claves que determinan los precios de unas materias primas que cotizan en la Bolsa de Chicago y cuya evolución está en buena parte en manos de las posiciones de futuros que toman los inversores.

Sin embargo, cada cruz tiene su cara. La bajada de los precios de los cereales no es una buena noticia para los productores españoles que tienen que vender sus cosechas. Pero España es un país importador de cereales que este año –por la mala producción– tendrá que adquirir del exterior una cantidad muy superior a lo que es habitual, por lo que será una ventaja conseguirlo a precios más asequibles. Eso sí, Herrera dejaba claro en su intervención que la logística será "más complicada", no solamente por la sobrecarga en los puertos, sino también por el reto que supondrá su transporte por carretera y por un ferrocaril que "no es muy ágil", advertía la experta.

Lola Herrera, gerente de Rogah Global y consultora del Consejo de Exportación de Soja de Estados Unidos, intervino ‘on line’ en una jornada de la Lonja de Binéfar.
Lola Herrera, gerente de Rogah Global y consultora del Consejo de Exportación de Soja de Estados Unidos, intervino ‘on line’ en una jornada de la Lonja de Binéfar.
Heraldo.

En plena cosecha de cereal de invierno –aunque la severa sequía ha dejado la producción a la mínima expresión– los agricultores no pierden de vista la Bolsa de Chicago, las siembras de Estados Unidos o de Brasil, las previsiones cerealistas de los productores europeos, el tráfico de los barcos por el Mar Negro cargados de grano ucraniano, la actividad en los puertos españoles o la demanda que llega de China. No es un capricho semejante ocupación. De todos estos factores depende la montaña rusa en la que viajan los precios del cereal desde que se produjera la invasión rusa a Ucrania, que provocó tal desasosiego ante la posible falta de materias primas que hizo que las cotizaciones se dispararan hasta niveles nunca antes conocidos.

Las aguas parecen volver a su cauce. Se habla de la recuperación de "cierta normalidad" en los precios, pero todavía quedan muchas incógnitas por despejar, por lo que "el mercado está en parón técnico a la espera de ver lo que va a pasar", como señalaba Lola Herrera, gerente de Rogah Global y consultora del Consejo de Exportación de Soja de Estados Unidos durante su participación ‘on line’ en la jornada ‘Situación actual, evolución y perspectivas del mercado de los cereales’, organizada por la Lonja de Binéfar.

Y ¿qué es lo que va a suceder a partir de ahora? La pregunta no solo se la hacen aquellos que venden cereal sino, especialmente, quienes lo compran, más teniendo en cuenta que España es un país netamente importador y lo va a ser mucho más durante esta campaña, en la que la cosecha nacional estimada apenas alcanza los 9 millones de toneladas, cuando el consumo se dispara hasta superar los 37 millones.

Todos los indicadores, explicaba Herrera, marcan una tendencia de los precios a la baja y el camino a recorrer en este segundo semestre de 2023 parece desembocar en un próximo año "de total normalidad". Claro que la experta advierte que esas cotizaciones "normales" no serán las que se conocían como tal porque ahora hay una inflación y unos costes financieros más elevados que no formaban parte del anterior tablero de juego. "Tardaremos mucho tiempo en volver a ver aquellos precios que considerábamos bajos, salvo que haya un cataclismo o se hunda China, y eso no parece que vaya a suceder", reconocía Herrera.

Cosechas en EE. UU y Brasil

Lo primero a tener en cuenta para vislumbrar el camino por el que discurrirán los precios son las previsiones de cosecha en los grandes países productores. Y las perspectivas no pueden ser más positivas, exceptuando eso sí, la producción española, "en mínimos históricos por un histórica sequía".

Según detallaba la experta, los cerealistas estadounidenses han sembrado todo lo que se podía sembrar y lo han hecho a tiempo, por lo que, aunque habrá que esperar a que el desarrollo de los cultivos sea el esperado, se prevé una gran cosecha. Sucede lo mismo en Brasil, donde, a tenor de los datos facilitados por Herrera, se van a producir 130 millones de toneladas de maíz. "Hay previsiones que confirman que el fenómeno El Niño se va a producir y eso suele dar buenas producciones tanto en el hemisferio norte como en el sur", puntualizaba.

Hay buena cosecha en Francia y "un cosechón en Bulgaría y Rumanía". Y está garantizada la entrada de cereal desde Ucrania, gracias a los acuerdos para dar salida a la mercancía por el Mar Negro. Con todo ello, señalaba, se esperan unos ‘stock’ generosos y eso significa un relajo para la tensión del mercado y, por lo tanto, precios más bajos.

Posiciones de los inversores

El comportamiento de los inversores en el mercado de futuros también augura descensos. La gerente de Rogah Global, empresa fundada en 2010 y concebida como un instrumento de consulta a disposición de todos los profesionales vinculados al sector agroalimentario, explicaba que hasta hace unos dos meses los fondos mantenían en los contratos de maíz posiciones largas –el inversor estima que el precio del activo subirá, por lo que espera venderlo en un futuro a un mayor precio obteniendo una ganancia–. Pero esta situación, advertía, ha ido cambiando a posiciones cortas, que son aquellas en las que el inversionista vende un activo que aún no posee a un precio determinado y espera entregarlo en un futuro a un precio menor ganando la diferencia.

Por eso, "habrá que estar muy pendientes, porque si estos fondos, que manejan un 60% de lo que se hace en los mercados de futuros, siguen construyendo en corto el mercado irá cediendo más", afirmaba Herrera, que matizaba, sin embargo, que esta circunstancia también dependerá de cómo se va definiendo la cosecha en Estados Unidos.

Si el cereal estadounidense es decisivo para conocer el devenir de los precios, no menos importante es su moneda –y mas concretamente el tipo de cambio con el euro–, porque con ella se realizan las operaciones internacionales. Actualmente esta divisa se sitúa en torno a los 1,07 euros, pero los analistas, explicaba durante su intervención Lola Herrera, están considerando que el tipo de cambio va a rondar el 1,15 euros, por lo que "si estos expertos tienen razón, los precios del cereal bajarán más", decía.

La demanda china

Hay además otro factor que no hay que perder de vista. El comportamiento de la demanda del gigante asiático también influye en la volatilidad en la que constantemente se mueven las cotizaciones del cereal. Como ejemplo, señalaba la experta, una mirada hacia atrás en el histórico de precios desvela que hubo otro momento similiar al vivido tras la guerra de Ucrania. Fue en 2008, cuando "todo el mundo se volvió loco y China comenzó a comprar de tal manera que se llegaron a pagar unos fletes de hasta 145 euros cuando ahora apenas cuestan 25 euros".

La operativa de los puertos ante el gran volumen de cereal importado será decisiva esta campaña.
La operativa de los puertos ante el gran volumen de cereal importado será decisiva esta campaña.
P.T.

Por eso, lo que el gigante asiático haga durante esta campaña también será de gran influencia y "habrá que estar muy atentos a la aparición (o no) de los compradores chinos en el mercado". De momento, relataba Herrera, las expectativas no se están cumpliendo y "China, que se pensaba que iba a importar 25 millones de toneladas de maíz, parece que ahora no está por la labor, ya sea por una cuestión económica, por problemas con la peste porcina que aún tienen en su cabaña ganadera o puede ser también porque han tenido una buena producción", matizaba.

Una complicada logística

Lo que está claro es que la necesidad de España de disponer de mayor cantidad de cereal exterior dada su exigüa cosecha va a suponer un reto para la logística. "Este año vamos a necesitar importar entre 22 y 25 millones de toneladas de cereales, que van a llegar a todos los puertos", explicaba Lola Herrera ante los asistentes a la jornada de la Lonja de Binéfar. Una cantidad lo suficientemente importante como para que todos los operadores "estén ya trabajando para ver de qué manera se pueden agilizar los puertos para que toda esta situación sea más manejable", señalaba. Pero, en su opinión, no será suficiente con eso. Habrá que ver cómo se organiza el transporte por carretera, cómo se agiliza la distribución por ferrocaril y "será necesario poner todos los medios disponibles para que esta operativa pueda tener buen fin".

En este escenario la producción local podría tener, según esta experta, alguna ventaja. "Con los puertos sobrecargados y los camiones tan sobreocupados a lo mejor el comodín de la cosecha local puede servir para paliar estas dificultades", aseguraba. Eso podría darle a la escasa producción nacional un valor añadido, especialmente en aquellos momentos puntuales, "que los va a haber", en los que haya complicaciones para abastecer toda esa demanda.

Estas son las previsiones actuales, pero todo podría cambiar de la noche a la manana, reconoce la experta, porque el camino no está exento de curvas. La primera acaba de dibujarla el presidente ruso, Vladimir Putin, anunciando que se está planteando seriamente retirarse de forma definitiva del acuerdo del grano en el Mar Negro.

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