El sector del maíz de la península reclama en Barbastro aumentar la producción en Europa
Barbastro reúne hoy y mañana a más de seiscientos participantes en el II Congreso Ibérico.
El Centro de Congresos de Barbastro es desde hoy y hasta mañana el epicentro maicero de la península ibérica con la celebración del II Congreso de España y Portugal, organizado por la Asociación General de Productores del Maíz de España (Agpme) y su homóloga lusitana, y que reúne a más de 600 participantes de ambos países, así como del sur de Francia. El cambio climático, la guerra de Ucrania y la demanda de cereal, la necesidad de aumentar las producciones, la sequía o la biotecnología para mejorar las variedades transgénicas son los asuntos a abordar en un congreso que ha inaugurado esta mañana el alcalde de Barbastro, Fernando Torres, acompañado por el presidente de la Agpme, José Luis Romeo, y su homólogo Jorge Neves, de Anpromis.
La primera edición de este congreso tuvo lugar en Portugal en 2019. En estos cuatro años ha pasado una pandemia, la guerra de Ucrania y se han agravado los efectos del cambio climático. Todo ello está condicionando a uno de los sectores agrícolas más importantes del país y en especial de Aragón. A estos condicionantes exógenos hay que unir las reformas que plantea la PAC (Política Agraria Comunitaria) que conlleva una reducción de la utilización de fitosanitarios al 50% y de los fertilizantes en un 20%, así como el aumento de un 30% de la superficie, como explica el presidente José Luis Romeo. “Todo eso nos lleva a que cinco estudios diferentes han dicho que vamos a disminuir nuestro rendimiento en los campos. Es un tema muy grave porque en estos momentos hay escasez de cereales con la guerra de Ucrania y la cesta de la compra está subiendo. Creemos que es una política equivocada. En Europa no sé si se han dado cuenta de esto porque este año se ha suspendido la rotación de cultivos y el hecho de que tuviéramos que dejar un 5% de nuestra superficie de abandono para elevar la producción de cereales”, señala.
Otra consecuencia de la guerra de Ucrania está siendo la polarización en dos bloques, EE.UU. y China, “y los europeos tendríamos que pensar en hacer nuestro propio alimento y no depender de terceros”. Su homólogo portugués Jorge Neves también aboga por “promover una política europea de suministro y producción interna para salir de esta situación de alto riesgo en la cadena de suministros. Los productores de maíz ibéricos deben estar unidos en los objetivos de la PAC, las cuestiones ambientales, el agua que es un tema transversal porque los cambios climáticos están ahí, afectando a la producción agrícola en toda Europa”.
Con todo ello, la situación actual del maíz es óptima en los mercados “con buenos precios” que origina un aumento de la superficie cultivada, aunque con la amenaza de la sequía. “Dependemos directamente del agua y si no la tenemos en los embalses habrá que restringir la superficie a cultivar. Por eso es importante pensar en almacenar agua o bien en optar por la biotecnología que nos permita hacer maíces más resistentes a la sequía y más productivos en condiciones de estrés hídricos.
La biotecnología es un asunto clave de este congreso como quedará patente en la jornada del viernes con la ponencia del catedrático de microbiología de la UAM, José Antonio López. Junto a este experto, el congreso reúne a los mejores técnicos de las casas comerciales de semillas, fertilizantes, fitosanitarios, técnicos de los ministerios y eurodiputados “para debatir entre todos qué soluciones tenemos que adoptar en un mundo que ha cambiado radicalmente desde la pandemia y desde la crisis de Ucrania. Tenemos que enfrentarnos a una situación totalmente diferente”, recalca Romeo.
Según datos de la Agpme la producción de maíz en España llegó a ser de medio millón de hectáreas y actualmente se limitan a 400.000 hectáreas. El valle del Ebro es la mayor superficie de España y Huesca junto con León son las provincias de mayor producción. Aragón cuenta con unas 100.000 hectáreas de las cuales 75.000 están en Huesca y producen anualmente un millón de toneladas de maíz. La producción nacional es de 3,5 millones de toneladas al año.
La presente temporada se espera que sea mala por la escasez de agua. “A estas alturas, sin haber sembrado ya tenemos dificultades para regar los cereales de invierno. Tendría que darse un milagro, que llueva muchísimo y haya nieve en el Pirineo porque las reservas son críticas en Aragón y España“, explica Javier Folch, director de Agpme.
