La quiebra del Silicon Valley Bank reactiva el pánico mundial a una crisis bancaria

El terremoto financiero provoca fuertes caídas del 3,5% en la Bolsa, con pérdidas de más del 10% para el sector.

La vicepresidenta segunda y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño.
La vicepresidenta segunda y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, en una imagen de archivo.
E.P.

Los esfuerzos de las autoridades estadounidenses por evitar el contagio tras la caída del Silicon Valley Bank (SVB) no han servido de nada a los inversores en Europa. El botón del pánico se activó y el Ibex-35 perdió ayer más de un 3,5% hasta los 8.958 puntos. El selectivo suma una caída de más del 5%en solo dos sesiones, en las que los bancos han sido los principales damnificados, con caídas que llegaron a superar ayer el 10% en los peores momentos de la sesión.

En total, las seis grandes entidades cotizadas (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja) se han dejado 17.000 millones de euros de su valor en Bolsa desde que el viernes estallase la crisis de la entidad con sede en California. Solo ayer, Banco Sabadell se dejó un 11,81%, por delante de Bankinter (-8,54%), BBVA (-8,24%), Unicaja Banco (-7,78%), Banco Santander (-7,35%) y CaixaBank (-6,24%). Y el caos se extiende a otras plazas europeas, con caídas del 4% en Italia y del 3%en Alemania o Francia. "El dinero es muy miedoso y en momentos de desconfianza nadie quiere nada que huela a riesgo", indican los analistas. Sobre todo si las dudas giran en torno a la 'cara B' de las subidas de los tipos de interés de los bancos centrales sobre el sector financiero.

En un intento por frenar la sangría, la Reserva Federal (Fed), el Tesoro y el Fondo de Garantía de Depósitos de EE.UU. (FDIC, por sus siglas en inglés) comunicaron en la noche del domingo un auténtico cortafuegos para proteger el dinero de los depositantes. El plan, que no tendrán que asumir los contribuyentes, pasa por prestar dinero a los bancos que puedan tener dificultades para atender las peticiones de retirada de sus clientes en momentos de estrés como el que ha atravesado el SVB.

Para eliminar cualquier atisbo de contagio y, sobre todo, evitar una crisis de confianza, las autoridades ordenaron también el cierre del neoyorquino Signature Bank, en el centro de las sospechas. En Europa, HSBC se ha hecho con la filial de SVB por el valor simbólico de una libra. Y también se ha suspendido la cotización de First Republic Bank, hundido un 70% a pesar de que la entidad se ha esforzado en demostrar que tiene liquidez suficiente para atender las necesidades de sus clientes.

Pero ese no es el problema. El gran miedo es que la caída del SVB ha destapado el lado oscuro que tiene la abrupta subida de los tipos de interés para el sector. Y ese no es otro que la pérdida de valor de las carteras de bonos en las que los bancos invierten para 'mover' el dinero de sus depositantes. En concreto, en el caso de SVB la entidad se vio obligada a vender con números rojos de 1.800 millones de dólares, para afrontar las peticiones de retirada de efectivo de sus clientes.

Pérdidas latentes

El mercado calcula que la banca de EE.UU. acumula unas pérdidas latentes de 620.000 millones de dólares en estas carteras de deuda soberana. Eso no significa que se vayan a materializar, ni mucho menos. Pero sí ha devuelto el foco a lo pernicioso de la rápida subida de los tipos de interés. "Los ciclos alcistas de tipos han provocado históricamente entradas en recesión en el cien por cien de los casos previos. Si ahora añadimos el momento actual, con la velocidad del aumento de tipos que estamos experimentado, sería muy difícil no repetirlo", indica Javier Molina, analista sénior de mercados para eToro.

A la luz de la tensión en el sistema financiero, entidades como Goldman Sachs ya no esperan una subida de tipos en la próxima reunión de la Fed del 22 de marzo. "Lo que ha hecho el organismo monetario al salvar a los depositantes de SVB está muy bien, pero es insuficiente", coincide Víctor Alvargonzález, director de estrategia de la firma Nextep Finance. "La medida no va al núcleo del problema, que es cuántas subidas de tipos puede aguantar la economía y que si los bancos centrales no transmiten un mensaje más contundente, el menor de los problemas será la inflación", insiste.

El presidente estadounidense, Joe Biden, defendió ayer que el sistema bancario está completamente sano. Y advirtió que el 'rescate' de los depositantes no tiene nada que ver con lo que ocurra a los inversores. "Asumieron un riesgo a sabiendas y, cuando no les recompensó, perdieron su dinero. Así es cómo funciona el capitalismo", sentenció.

El problema es que cuando los depositantes de una entidad pierden la confianza, "importa poco la fortaleza y la capitalización de la misma". Así que hace falta un gesto mayor para frenar la sangría. En concreto, algunas voces apuntan ya a la urgencia de una declaración conjunta de los bancos centrales "para demostrar que están dispuestos a lo que sea necesario para proteger el sistema; dejar de subir tipos, hacer una pausa o incluso bajarlos".

Con ese escenario, los inversores tienen su próxima cita con el Banco Central Europeo (BCE) el próximo jueves. La expectativa hasta hace solo unos días era de un alza de tipos de otros 50 puntos básicos. Pero no sería la primera vez que el mercado fuerza movimientos inesperados. En esta ocasión, hacia una subida más moderada o, quizá, incluso frenar en seco las alzas

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