Hombre, con un MBA y dominio del inglés, así es el perfil del CEO en España

Hay sectores en los que la remuneración del primer ejecutivo es 144 veces superior a la media del resto de la plantilla.

Los CEO en España tienen una media de edad de unos 50 años
Los CEO en España tienen una media de edad de unos 50 años
Pixabay

En los despachos que ha ocupado a lo largo de su carrera profesional el actual presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, dentro del reducido catálogo de objetos personales que le han acompañado figura un pequeño portarretratos que alberga un texto curioso, en inglés, cuya autoría se adjudica al escritor Peter McArthur. "Toda empresa de éxito -puede leerse en el portarretratos- debe tener tres personas: un soñador, un hombre de negocios y un hijo de puta". Quienes se han atrevido a preguntar al propietario del pequeño cartel cuál de esos papeles era el suyo como primer ejecutivo de una gran compañía, han obtenido siempre la misma respuesta: "Un poco de los tres".

No es, precisamente, un perfil convencional para definir a los primeros ejecutivos de las grandes compañías, pero da para pensar un rato. Ese mundo de los primeros ejecutivos es complejo, plagado de regulaciones, salarios que se salen de lo común y mucha épica en torno a las luchas por el poder y los egos desmesurados que, por otra parte, suelen ser un signo distintivo e inseparable a las mentes brillantes. Algunos estudios realizados sobre los CEO de las principales compañías del mundo dibujan a un puesto ocupado mayoritariamente por hombres -en torno al 95% lo son-, con una edad en el entorno de los 50 años, ingenieros o licenciados en Empresariales y Derecho, un MBA a las espaldas de alguna prestigiosa escuela internacional de negocios y un fluido inglés. Tan solo hay tres mujeres como primeras ejecutivas en la cúpula de empresas del Ibex-35, el 8,5% del total: Ana Patricia Botín, Dolores Dancausa y Beatriz Corredor. No es una brecha, es un socavón.

Un puesto necesario

"Para una gran compañía -apunta Lourdes Centeno, socia de la firma EY y exvicepresidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores- tener un consejero delegado es algo lógico. Cada día hay que tomar varias decisiones críticas y no puedes estar reuniendo permanentemente al consejo. Ahora, si esas funciones las debe realizar un presidente ejecutivo o un consejero delegado ya es otra historia. En el Ibex, el 51% de los presidente son ejecutivos y, sin embargo, yo creo que la división de funciones tiene sentido". Hay matices que pueden pasar desapercibidos pero tienen su trascendencia. "Ser consejero delegado significa que eres consejero -señala Lourdes Centeno- y esto ya no es una canonjía, como podía parecer en el pasado. Ahora tienen muchas competencias y asumes una gran responsabilidad legal".

¿Cuánto ganan? "Es imposible establecer un parámetro concreto porque depende de razones muy diversas", advierte Marco Campo, fundador de la firma de selección de personal Campo y Ochandiano. Su remuneración, matiza, "va a depender mucho de la parte variable que se haya pactado y que, como mínimo, puede representar el 40%".

Un estudio realizado por las firmas EY y Sagardoy sobre la remuneración de los CEO en España ha segmentado los sectores de actividad y el ratio, el abanico salarial, entre lo que obtiene esa persona que está en el vértice de la pirámide y la media salarial del resto de la plantilla. Sólo tienen publicidad los salarios en las sociedades cotizadas en Bolsa y las diferencias son abismales. Así, el sector con mayor brecha salarial en este sentido es el del textil, probablemente porque los sueldos de los empleados son muy bajos, donde se puede encontrar que la remuneración del primer ejecutivo es 144 veces la del resto de trabajadores. Le sigue el de las telecomunicaciones -120 veces- y, en el polo opuesto, está el inmobiliario y el sector de las energías renovables, donde hay un multiplicador de 6.

La remuneración en 2021 -la última revelada hasta ahora- situó a Ignacio Galán como el primer ejecutivo mejor pagado de España -13,2 millones de euros-; seguido por los 11,4 que percibió Ana Botín; o los 10 millones del ya exconsejero de Inditex, Pablo Isla. Ese es el Olimpo de los CEO. Remuneraciones elevadas, pero lejos de los galácticos de la globalización mundial, como Jeff Green, consejero delegado de la compañía de marketing digital 'The Trade Desk', que ganó 818 millones de euros el pasado año.

Tener reconocimiento público, una trayectoria de éxitos y crecimiento no es un salvoconducto total para un primer ejecutivo. El mundo de los consejos de administración y las luchas por el poder en la cúpula de las empresas es, en la mayor parte de los casos, despiadado. Pablo Isla, que llevó el grupo Inditex a una expansión internacional sin precedentes para la industria textil española, fue cesado como CEO de la compañía a principios del pasado año, en una maniobra no suficientemente explicada y que provocó el descalabro en la cotización bursátil. Acababa de ser nombrado 'CEO de la década' por Forbes. En el momento de su contratación, "la empresa y el nuevo CEO tienen la obligación de reflexionar sobre 'el momento divorcio', que quizá surja consecuencia de una crisis de la compañía, la posible compra de un tercero, los cambios en el órgano de gobierno o, incluso, la simple pérdida de confianza", señala José Ramón Mínguez, socio responsable del área laboral de la firma Barrilero.

"Fuera corbatas"

Hay una coincidencia en estimar que se ha producido un cambio sustancial en los últimos años y que probablemente aún va a ser más evidente en la próxima década. Los jóvenes empujan en una dirección clara. "La figura ochentera -remarca Caros Uraga, 36 años, CEO y fundador de Nantek- del hombre blanco trajeado que no tiene tiempo para su familia y que no deja de señalar con el dedo objetivos a su estructura jerárquica de directivos está obsoleta".

Incluso la imagen que traslada ese primer ejecutivo comienza ser determinante. "La ejemplaridad -apunta Ibón Olazabal, CEO del grupo Evolus- es lo que legitima al líder". La frase, matiza, no es suya y pertenece al actual presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, "pero es clarificadora". Al igual que ocurre en torno a cuestiones como la ética y la sostenibilidad.

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