Europa prioriza la regulación para poner fin al 'salvaje Oeste' de los criptoactivos

La región marca un hito al regular por vez primera un sector caracterizado por su opacidad y envuelto este año en bruscas pérdidas, casos de fraude y quiebras.

Los criptoactivos se enfrentan a un nuevo horizonte,
Los criptoactivos se enfrentan a un nuevo horizonte,
Pixabay

El desplome sufrido por las criptomonedas este 2022 y la quiebra de plataformas como FTX han reactivado el debate sobre la urgente necesidad de poner fin al peligroso cóctel de volatilidad, especulación e incluso incomprensión que desde sus orígenes ha rodeado a este mercado. Consciente de que tecnologías como el blockchain han llegado para quedarse, la Comisión Europea ha decidido dar un paso al frente con la aprobación el próximo año de MiCA (Markets in Crypto Assets), una regulación pionera en el sector que llegará a la región incluso antes que a EE UU o China. ¿El objetivo? Acotar el 'salvaje Oeste' -como lo llegó a denominar el propio Banco Central Europeo (BCE)- en el que se ha convertido el mercado, que este año ha provocado pérdidas millonarias a muchos inversores.

Los expertos coinciden en que detrás del denominado 'criptoinvierno' se encuentra la desconfianza sobre el futuro real de los activos digitales. Y esto justifica que incluso las empresas que hacen negocio en el sector reclamen ahora un marco regulatorio que aporte seguridad jurídica y transparencia a su actividad. Es la única forma de separar el grano de la paja y evitar que los chiringuitos financieros sigan multiplicándose, aprovechando el desconocimiento que aún existe en torno a este segmento.

Los criptoactivos se enfrentan a un nuevo horizonte, en el que la regulación es clave si se quiere alcanzar el objetivo de que lo que ahora es solo una inversión especulativa se convierta en un medio de pago masivo capaz de competir con el efectivo, las tarjetas o las propias monedas digitales que ya preparan los principales bancos centrales del mundo. Ante este escenario, el reglamento MiCA obligará a los emisores (los que crean las criptomonedas), a las plataformas de intercambio (como FTX, Binance, Coinbase, etc.) o a las que realizan gestión de billeteros (los denominados 'Wallet') a cumplir severos requisitos para registrarse y obtener una licencia que les permita operar en la región. "MiCA es la Biblia del sector. Someterá a estas empresas -que estarán obligadas a tener una sede física en la UE- a una cantidad enorme de condiciones y cautelas para que el inversor pueda ver que hay fondos para protegerse frente a posibles riesgos de quiebra", explica el magistrado de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco.

Cambio acelerado

El problema es que muchas de las normas previstas para 2023 tendrán un plazo de 18 meses para su entrada en vigor. "La industria cambia a ritmos tan grandes que la regulación tiene complicado llegar a tiempo", reconoce Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de Funcas.

No obstante, cree que MiCA sí ayudará a recuperar la credibilidad en el mercado. Y es que más allá de las licencias o registros, la norma aborda otro tipo de riesgos asociados al sector, como la preocupación ambiental en torno a esta clase de inversiones, que requieren de una enorme potencia informática para poner en circulación los activos.

Por ejemplo, en este proceso conocido como 'minado', el bitcóin consume tanta energía como Noruega en todo un año. Con MiCA, las empresas implicadas estarán obligadas a relevar su consumo de energía. Algo que podría incentivar que muchas de ellas sigan los pasos que ya ha dado la red que sostiene la popular criptomoneda ethereum, al modificar la forma en la que se creaba (minería) por otra un 90% menos contaminante.

Más seguridad

La Comisión Europea no quiere quedarse ahí. MiCA es un punto más dentro de un completo Paquete de Finanzas Digitales (Digital Finance Package) por el que también se adoptará un 'régimen piloto' para regular las infraestructuras basadas en la denominada red de registro distribuido (DLT); es decir, el blockchain sobre el que se sostiene buena parte de este mercado. "Es una transformación histórica, igual que cuando pasamos del coche a caballos al vehículo a motor", explica el juez Velasco. "Lo que antes pagábamos con un trozo de metal moneda o papel billete, ahora lo hacemos a través de Bizum, que permite enviar dinero de móvil a móvil de forma instantánea sin necesidad de conocer el número de cuenta del destinatario", insiste.

El siguiente paso será, a su juicio, el pago masivo con monederos vinculados a esa red blockchain para la que solo hará falta contar con una clave privada y conexión a Internet. Es decir, lo importante será la persona y que tenga fondos, y no qué medio o en qué país se encuentre para pagar. "Estamos ante una revolución que se ha conseguido en apenas 12 años, aunque falta que la gran masa social lo asuma de una forma generalizada", recalca Velasco.

En este punto, otros expertos del sector se muestran algo más escépticos, aunque todos coinciden en que el avance regulatorio ayudará a generar confianza entre los usuarios.

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