«Es bastante probable que veamos una fuerte desaceleración de los precios el próximo año»

Santiago Martínez, analista de Ibercaja, tiene dudas sobre la evolución de los precios de la energía, pero confía en que lo peor haya pasado ya.

Santiago Martínez, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja
Santiago Martínez, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja
Ibercaja

«La crisis energética es la principal fuente de inflación y el mayor factor de riesgo para el crecimiento en Europa», afirma Santiago Martínez, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja. «Hubo otros factores como la fuerte recuperación de la demanda tras la pandemia, que superó a la velocidad de la oferta y provocó cuellos de botella y problemas de suministro, pero la guerra de Ucrania y las tensiones políticas con Rusia han agravado una situación que ya había empeorado de forma notable en el segundo semestre de 2021», añade. La guerra, precisa, provocó un encarecimiento generalizado de las materias primas por el papel exportador de Rusia y de Ucrania, «pero las que tienen una repercusión más amplia en la economía son las energéticas, porque afectan a todas las cadenas de producción y de consumo», indica.

Martínez es consciente de que el principal problema proviene del mercado del gas y de que existen serias dudas de si la Unión Europea podrá compensar la reducción del suministro mediante el procedente de otros gasoductos (sobre todo Noruega y Argelia). También reconoce que «el problema con el gas es que, por una parte, puede provocar un fuerte parón en industrias como la alemana si finalmente es necesario un racionamiento, y por otra, que está afectando enormemente a los precios de la electricidad, lo que daña las cuentas de las empresas».

Pese a todo, ve con moderado optimismo la situación que puede darse en España, cuyos suministros están mejor garantizados que los de Alemania. «Si los precios del gas y la electricidad no se vuelven a disparar, deberíamos asistir a una rápida desaceleración del IPC», sostiene. «De hecho, ya hemos pasado del 10,8% interanual en julio al 7,3% de octubre, una tasa todavía demasiado alta pero que ya ha bajado en 3,5 puntos porcentuales», recuerda. El precio de la electricidad, destaca, pasó de crecer un 60,6% interanual en agosto a caer un -15,4% en octubre y «ha tenido un papel clave en esta desaceleración», por lo que cabe esperar que en los próximos meses su influencia a la baja se extienda en las cadenas de producción y de consumo. «Algo parecido debería suceder con los precios de los carburantes, si bien estos aún crecían un 17,9% interanual en octubre (venían del 40,7% en junio)», indica.

El analista de Ibercaja señala que, de esta forma, «es bastante probable que veamos una fuerte desaceleración de los precios el próximo año y que podamos terminar 2023 en tasas similares o incluso inferiores al objetivo del 2% del BCE». Existe algo más de incertidumbre, admite, sobre los precios de los alimentos, que todavía están en máximos (15,3% interanual en octubre) y acusan, además del encarecimiento del transporte, las subidas de fertilizantes y piensos y las propias materias primas alimentarias.

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