Muere Fernando Bolea, un referente sindical en GM/Opel

Creó escuela en la forma de gestionar el órgano de representación de los trabajadores de la fábrica de automóviles de Figueruelas.

Fernando Bolea, en la sede de UGT Aragón.
Fernando Bolea, en la sede de UGT Aragón.
Heraldo

Presidió el comité de empresa de la factoría de Figueruelas de General Motors en dos etapas, entre 1982 y 1983 y entre 1986 y 1997. Pero aun cuando no tuvo ese cargo, Fernando Bolea (que falleció el pasado domingo a los 75 años), era el referente sindical de la planta, como secretario general de la sección de UGT –la central con más representación– y como miembro del comité europeo que solía reunirse en Fráncfort, cerca del cuartel general de Opel en Rüsselsheim (Alemania).

"Es imposible entender las relaciones laborales en Opel sin la figura de Fernando", decía de él Daniel Alastuey, secretario general de UGT Aragón, tras reconocer el trabajo de quien "creó escuela", ya que cuando negociaba lo hacía en defensa de los puestos de trabajo, pero también de la continuidad de la empresa. "Ese estilo lo implantó y lo enseñó a los que le sustituyeron y a quienes ejercieron y ejercen la representatividad sindical en Figueruelas y en las empresas de la industria auxiliar", recalcó el líder regional de UGT, que se refirió en ese sentido a otros miembros con peso sindical en Opel hace unos años y ahora como Juan Carlos Sánchez (también fallecido), Juan Arcéiz, Pedro Bona, Sara Martín y Rubén Alonso.

Pocos sindicalistas sabían tanto de GM y Opel, marca alemana que se integró en el grupo francés PSA en 2017 y que ahora forma parte de Stellantis. Consciente del buen trabajo que se realizaba en la factoría de Zaragoza, y conocedor del funcionamiento del mercado del automóvil y de los equipos que comercializaban los vehículos, en una entrevista con este diario aseguró en 2004 que "General Motors hace buenos modelos, pero no los sabe vender".

Fernando Bolea vivió como pocos los efectos del plan de ajuste 'Olympia' que puso en marcha la filial europea de GM en los primeros años de este siglo para intentar volver a unos beneficios que no se consiguieron hasta que PSA compró Opel. Defendía los empleos de modo incansable sin perder de vista el interés de la empresa y, sobre todo, su garantía de continuidad. Fue sustituido al frente de la sección sindical de UGT en la fábrica de Figueruelas en 2005, pero su voz siguió siendo escuchada en los años siguientes. Solía decir que era difícil valorar el verdadero alcance de 'La batalla del Meriva' que se ganó en 2006 a la planta polaca de Gliwice al adjudicarse Zaragoza un modelo que garantizaba la carga de trabajo aunque cayeran las ventas del Corsa. Luego celebró otras adjudicaciones, como la del Mokka en 2013, tal y como comentó entonces en un encuentro de expresidentes de comités de Opel España organizado por este diario.

Casado, padre de dos hijos y abuelo de un nieto, Bolea fue un hombre querido entre los sindicatos y respetado en los medios de comunicación, a los que facilitó mucho su trabajo y a quienes siempre respetó. Descanse en paz.

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