Agua y fuego para combatir el hielo

Riegos por aspersión, candelas de parafina o torres con hélices son los sistemas para evitar los daños en los cultivos. 

Candelas de parafina para proteger a los cultivos de las heladas.
Candelas de parafina para proteger a los cultivos de las heladas.
E. P.

No es extraño encontrar a pleno rendimiento los riegos por aspersión en los frutales cuando hay riesgo de helada. Es uno de los sistemas más eficaces para proteger al cultivo de las gélidas temperaturas, que se basa en la liberación de calor (80 calorías por gramo de agua) que se produce cuando el agua a cero grados pasa de estado líquido a sólido. De esta manera se mantiene sobre las partes más sensibles de la planta una mezcla de agua y hielo, a unos cero grados centígrados, que evita que se alcance el umbral crítico de temperatura de la planta y que produce las impresionantes imágenes de hielo sobre los árboles.

El fuego también es habitual en las noche de heladas. Es porque los agricultores colocan unas candelas o velas de parafina, una especie de cera que no produce cortinas de humo pero que calienta el aire en torno a la planta. Con ello lo que se pretende, explican los fruticultores, es evitar la escarcha, para que no haya riesgo de que el hielo robe el calor a la planta.

Y cada vez es más habitual descubrir entre estos cultivos las llamadas torres antiheladas, que pueden tener hasta 13 metros y que van coronadas con una aspa o hélice que coge el aire en altura, donde está más caliente, y lo impulsa hacia la superficie y dirigirlo hacia el cultivo.

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