Tercer Milenio

En colaboración con ITA

economía & Negocios

CIEM Zaragoza, laboratorio de innovación abierta

Comenzó su actividad en 2011 como una incubadora de empresas y ha evolucionado hacia un modelo de más contactos entre compañías jóvenes y veteranas. 

Edificio del CIEM Zaragoza, en el entorno de la estación del AVE de Zaragoza.
Edificio del CIEM Zaragoza, en el entorno de la estación del AVE de Zaragoza.
Toni Galán

Inició su andadura en 2011 tras un concurso público del Ayuntamiento de Zaragoza con el nombre de Centro de Incubación Empresarial Milla Digital (CIEM). Lo hizo como un vivero de proyectos de compañías que trabajarían fundamentalmente en sectores como el vinculado a la sociedad de la información o al de la eficiencia energética. El grupo Init, con Carlos Piñeyroa al frente, se hizo con el concurso para gestionarlo y desde entonces han pasado por ahí 180 proyectos de emprendimiento, de los cuales 112 siguen activos actualmente.

De ser una incubadora al uso al principio, con ideas camino de constituirse en empresas, el CIEM pasó a convertirse en un espacio para compañías que querían crecer, sacar patentes, internacionalizarse. En los últimos años ha evolucionado hasta convertirse en un laboratorio de innovación abierta, según sostiene Carlos Piñeyroa, que pone como ejemplo la iniciativa Horizonte Factoría, en la que jóvenes emprendedores pueden trabajar con grandes compañías del sector industrial. Ubicado en el entorno de la estación del AVE, con un edificio sostenible, el CIEM puede ser considerado hoy un gran laboratorio de innovación, un punto de encuentro abierto que facilita a las ‘start up’ el contacto con empresas más grandes, incluso multinacionales.

«A los seis meses de abrirlo, el edificio estaba lleno y desde entonces la ocupación ha rondado entre el 90% y el 95% de modo permanente», rememora Piñeyroa sobre los inicios donde ahora predominan las empresas que trabajan en tecnologías para el sector ‘retail’, la salud o la industria. «Nos hemos dado cuenta de que mejor que mentorizar, debemos facilitar que empresas pequeñas hablen con grandes, una conexión que es buena para ambas», incide.

En un principio el Ayuntamiento estipulaba que quienes se instalaran en el CIEM podían estar ahí hasta dos años, un plazo que luego se extendió a tres años, una vez que ya quedó claro que el centro sería, más que una incubadora, una aceleradora de empresas.

En el Consistorio zaragozano están muy satisfechos con la evolución de este centro de impulso empresarial, que consideran un referente en el ámbito nacional y del que destacan que haya generado riqueza y alrededor de 400 puestos de trabajo durante esta última década. «El CIEM ha conseguido una tasa de supervivencia en las empresas de más del 60%, una tasa muy alta, está claro que retiene y atrae talento, fija y atrae población cualificada», dijo Carmen Herrarte, concejal de Economía, Innovación y Empleo del Ayuntamiento de Zaragoza, en un acto en el que se hizo balance de los diez años del centro, en septiembre pasado. «Otro de los valores a resaltar del CIEM Zaragoza es la apuesta por la economía circular. Todas las empresas que nacen en esta incubadora lo hacen con sensibilidad social y medioambiental, al tiempo que generan riqueza para nuestra ciudad», dijo también.

El Centro de Incubación Empresarial Milla Digital (CIEM) ha generado en sus diez años de existencia una red de compañías con muy buenas relaciones entre sí, una suerte de ‘alumni’ en el que los vínculos entre unos y otros se traducen en beneficios profesionales y personales. «Trabajamos mucho el sentido de pertenencia en el CIEM», apunta al respecto con orgullo Carlos Piñeyroa.

En la presentación del balance de su década en funcionamiento participó una ‘start up’ que hoy ocupa un espacio en el centro, Belerofontech, una consultoría especializada en aprovechar los datos operativos y financieros de las compañías para resolver problemas empresariales. Su director general, Benito Cuezva, destacó ahí el apoyo que se recibe desde la incubadora en materia comercial o de formación. «Se trata de apoyo administrativo a través de la infraestructura del centro y apoyo en acciones de comunicación a través de la difusión de canales del CIEM», concretó. En la misma línea, Antonio León, de Etiqmedia Soluciones Audiovisuales, resaltó que el centro fue «la plataforma de despegue ideal» para las necesidades de su empresa». Ana María Forniés, de Oppidum TIC, por su parte, también valoró positivamente las píldoras formativas y las sesiones de ‘networking’ como elementos clave para adquirir las competencias necesarias para impulsar el negocio. «Para nosotros ha resultado una experiencia 100% recomendable y fundamental contar con el asesoramiento profesional del CIEM en la difícil andadura que es el emprendimiento», destacó también.

El 38% de las empresas activas que han pasado por la incubadora que impulsa el Ayuntamiento de Zaragoza facturan menos de 100.000 euros, otro 38% tiene unas cifras de negocio de entre 100.000 y 500.000 euros, el 14% entre 500.000 y un millón, y un 9% factura más de un millón. En materia de exportación, según datos del CIEM el 49% de las empresas están vendiendo sus productos fuera de España. Por mercados destacan el continente americano (50%), Europa (45%) y Asia (27,5%) como principales.

De las 112 empresas que han pasado por el vivero que siguen activas, 91 (el 81%) continúa con su actividad en Zaragoza capital. 29 de ellas en el barrio de la Almozara, 17 en el centro de la ciudad y 14 en el Actur, mientras que el resto están en otras partes de la ciudad. Por ello desde el CIEM concluyen que «la generación de riqueza de las empresas que continúan con éxito a día de hoy se arraiga en la ciudad de Zaragoza, devolviendo de este modo a nuestra ciudad en términos de riqueza el esfuerzo del Ayuntamiento de Zaragoza por potenciar el emprendimiento desde el ámbito local».

Novadevs, desarrollo de software y linux

Novadevs, empresa especializada en el desarrollo de software a medida y experta en la utilización de soluciones basadas en GNU/Linux y Microsoft, así como en implantaciones personalizadas sobre plataformas de WordPress, PrestaShop, Moodle, Joomla, Django o Symfony, lleva seis años en la brecha, los últimos dos en el edificio del CIEM. «Nos gustó al ambiente que había, los espacios, todo encajaba para nosotros», apunta Bruno Lorente, creador de la compañía, al explicar los motivos para instalarse ahí. Al llegar estaban cinco personas en el equipo y hoy ya son siete, además del apoyo de externos para determinados proyectos.

«Trabajamos sobre todo en software de desarrollo empresarial y también en comercio electrónico, en eso como una consultoría típica, pero nuestra segunda pata es la I+D», indica Lorente, que reconoce los efectos negativos que en su negocio tuvo la irrupción de la pandemia y de los que poco a poco se han ido recuperando. «No ha sido fácil, la actividad cayó porque tuvimos clientes que fueron a concurso de acreedores, pero luego las cosas han mejorado», señala, antes de reseñar que en este tiempo él y su equipo han apostado mucho más por la fórmula del teletrabajo.

En cuanto al mundo Linux, el directivo de Novadevs se muestra convencido de que «tiene su mercado, con buenos serivicios» y que ahí ellos actúan como expertos integradores.

 Los inicios del creador de Dynamical 3D

Pablo Murillo, fundador de la empresa Dynamical 3D, que ofrece servicios integrales al mercado de la impresión 3D, inició su trayectoria profesional en el CIEM. Primero en un espacio ‘coworking’ con Ardutexa.com, una S. L. centrada en proyectos basados en Arduino, una plataforma de electrónica abierta para la creación de prototipos basada en software y hardware flexibles que -puntualiza- sirve de base al cerebro 3D.

«En el CIEM me quité los miedos de acceder al mundo empresarial y para mi supuso no solo un parendizaje en ese campo sino personal», señala Murillo. «Fue una etapa muy útil para mi y de ahí he hecho amigos para toda la vida», remata antes de reconocer que «ahí me dejaron ser gamberro y organizar actos para 100 personas sin problemas».

Del ‘coworking’ Murillo pasó en el CIEM a un espacio más amplio y creó Dynamical Tools, compañía que con el tiempo evolucionó a Dynamical 3D, para luego trasladarse a nuevas ubicaciones en La Terminal y en el CEEI Aragón antes de instalarse en 2017 en su sede actual del polígono Valdeconsejo de Cuarte.

En los años previos a la pandemia Dynamical 3D registró un crecimiento exponencial hasta alcanzar los 1,3 millones de euros de facturación en 2019, cifra que Murillo confía en reeditar desde el año que viene después de recuperarse del batacazo de la acovid, que frenó su traslado a una sede más amplia en La Muela.

 

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