industria
Hornos que ganan eficiencia
La fundición aragonesa Ebroacero pone en marcha con el Circe un proyecto que mejora los procesos industriales de la compañía.
La siderúrgica zaragozana Ebroacero, con Ignacio Giménez al frente, ha dado un paso importante en la apuesta por la eficiencia de sus procesos industriales al instalar en uno de sus hornos un sistema que ayuda a reducir su huella de carbono y le permite aumentar su capacidad productiva. Lo ha hecho con un proyecto en el que ha tenido de compañero de viaje al centro tecnológico Circe (Centro de Investigación de Recursos y Consumos Energéticos), que en 2020 realizó un estudio que analizaba las posibilidades de mejora de procesos con propuestas que, una vez implementadas, han dado lugar a un informe presentado el verano pasado que constata la eficacia de las actuaciones puestas en marcha.
El proceso de mejora ha sido posible gracias a la tecnología de simulación de fluidos CFD (Dinámica de Fluidos Computacional) desarrollada por el Circe. «Gracias a esta herramienta, que funciona como un banco de pruebas digital, se han podido optimizar diseños y procesos a escala industrial sin afectar al funcionamiento diario de la planta, ahorrando costes en la fase de rediseño de la instalación y acortando plazos hasta la fase de producción», explicaron.
«En uno de los hornos probamos revestirlo con una fibra sintética para ganar en eficiencia teniendo menos fugas y gastando menos gas», precisaron desde la compañía, que destacaron cómo se ha podido aumentar la calidad de los tratamientos de las piezas con las que trabajan homogeneizando la temperatura dentro del horno. De esta manera, y teniendo en cuenta que muchas de las piezas que pasan por los hornos son de gran envergadura, las pérdidas térmicas se han reducido en un 59%.
«Como los tratamientos térmicos en estos son largos, de entre 12 y 22 horas, a temperaturas de hasta 900 grados centígrados, la mejora implementada representaba un gran desafío que tiene un notable ahorro en consumo de combustible, así como en la emisión de gases contaminantes», señalaron los impulsores de la iniciativa.
Ebroacero está especializada en el suministro de piezas fundidas y mecanizadas para diferentes mercados, el 85% fuera de España. En cuanto a sectores, uno de los mercados de mayor evolución es el ‘offshore’, con grandes proyectos para extracción de gas y petróleo en alta mar, así como de parques eólicos. En este campo se exige la fabricación de piezas fundidas con altos requerimientos mecánicos debido a las grandes exigencias a las que son sometidas las piezas.
La compañía siderúrgica aragonesa ha invertido en el proyecto puesto en marcha de la mano del Circe unos 165.000 euros, cantidad que se suma a otros desembolsos relacionados con la creciente apuesta de la firma por acciones que mejoren su sostenibilidad y que sean más amigables con el medio ambiente. En Ebroacero, según apuntó Ignacio Giménez, son conscientes de la importancia de seguir adelante con políticas en esta dirección. En ese contexto se inscribe una iniciativa relacionada con la reducción de la huella de carbono, en la que cuenta con el asesoramiento de la Fundación Ecodes.
Tras alcanzar un volumen de negocio de unos 12 millones de euros en 2020, la empresa prevé que su facturación este año llegue a los 13 o 13,5 millones de euros, mientras se mantiene una plantilla de unos 100 trabajadores. «En este periodo de pandemia no hemos parado, salvo aquellos 15 días de cierre del inicio, cuando aplicamos un ERTE (expediente de regulación temporal de empleo)», señaló el director general de la empresa, que reconoce sin embargo que algún proyecto se ha retrasado en el tiempo. Pese a estar muy afectada por el incremento de los precios de la electricidad, la compañía afronta el futuro con moderado optimismo, entre otras cosas por su vocación internacional. Al hito de un contrato de 4 millones para una firma holandesa en Brasil, en 2019, han seguido nuevas adjudicaciones y la generación de oportunidades de negocio en varios países.
