"Necesito gente que sepa trabajar, pero están todos colocados"

Pablo Ruiz de Temiño, director general de la empresa de construcción Inobare se lamenta de la falta de empleados.  "Te viene gente del Inaem que te dura día y medio", asegura.

Pablo Ruiz de Temiño
Pablo Ruiz de Temiño
Toni Galán

Con 20 personas en plantilla, Pablo Ruiz de Temiño, director general de Inobare, necesitaría contratar al menos a otras 20 para hacer frente a las obras que tiene en cartera. "Tengo diez adjudicadas; cinco empezadas y otras cinco por iniciar, pero no encuentro profesionales". Faltan, dice desde maquinistas a gruistas, encofradores, albañiles o encargados. "Cometí el error de despedir a 30 personas a principios de año porque pensé que ahora iba a pasar como en la crisis de 2008, donde los mantuve mucho tiempo y casi lo pierdo todo, pero me he equivocado. Eran gente muy buena", confiesa, y ahora no encuentra.

"Te viene gente del Inaem que te dura día y medio. He tratado de rescatar perfiles de gente que sabe trabajar en construcción, pero están colocados. Te vienen a la entrevista, pero luego les mejoran la oferta en sus empresas y al final te dicen que no. He llegado a tener hasta tres buenos encargados a punto de enganchar, pero está muy complicado".

Aunque se cansa de decir que en la construcción un oficial de primera gana un 30% más en salario bruto que en la industria, no encuentra mano de obra. "He cogido un gruista de Sevilla, pero es que en Zaragoza no hay ni uno. No me quedaba otra", reconoce este empresario, que sabe que contratar a gente de fuera es "pan para hoy y hambre para mañana porque en cuanto encuentran algo cerca de casa, se van. A este paso no va a haber quien haga las obras", advierte, y de hecho ya le está pasando. "Me llaman ayuntamientos para encargarme obras que tienen subvencionadas, y si no las van a perder, y tengo que decirles que no porque no encuentro gente", reconoce el también presidente de la Fundación Laboral de la Construcción. "O somos capaces de atraer a gente joven al sector o en pocos años no habrá relevo. No quedará otra que traer a gente de fuera. Se está barajando traer un contingente de Qatar cuando terminen allí de construir las infraestructuras para los Juegos Olímpicos".

Antonio Alot
Antonio Alot
F. J.

Antonio Alot, gerente de Alot Metal y presidente del Clúster de Maquinaria Agrícola de Aragón.

"Me faltan soldadores y caldereros. El problema es la formación"

"Por cada diez ingenieros que salen hacen falta 50 caldereros. Podemos diseñar muchas cosas pero si luego no hay quien las fabrique tenemos un problema". Así resume Antonio Alot, al frente de la empresa Alot Metal y presidente del Clúster de Maquinaria Agrícola de Aragón, la escasez de personal en los oficios tradicionales, imprescindibles para la industria del metal. "Me siguen faltando soldadores y caldereros. No los encuentras porque no están creándolos. En las clases de FP apenas hay diez alumnos. No veo solución", dice.

En el caso de Alot Metal, la empresa familiar que dirige en la que trabajan 50 empleados, se han convertido en una especie de "taller escuela": "Nos llegan chavales de prácticas del Grupo San Valero, del centro de formación Arsenio Jimeno y del IES Miralbueno con los que colaboramos y siempre alguno se queda. Aprenden en tres años y lo malo es que luego se los llevan grandes empresas como CAF o Gamesa porque yo no puedo pagarles lo que les ofrecen, si bien he de decir que más de uno ha vuelto".

El problema de la falta de perfiles profesionales en este sector viene de lejos, recuerda, ya que hay pocos jóvenes que opten por la Formación Profesional. "Te encuentras con diez en clase. Apenas pueden completar los cursos. Y la FP dual", añade, "aunque la estén potenciando, habrá que mejorarla mucho para que resulte rentable para las empresas. A mi me cuesta más dinero contratar a un chaval por esta vía que por la normal". En este momento, precisa Alot, necesitaríamos incorporar a unas cinco personas. "Hay mucha incertidumbre sobre qué va a pasar en enero con el precio de las materias primas".

Para estos tres meses tienen trabajo, pero luego se pueden encontrar con otros dos que estén parados. Fabricante de utillajes de hierro de grandes dimensiones para el sector aeronáutico o el de las energías renovables, este empresario reconoce que ha habido momentos en que han tenido que echar mano de trabajadores extranjeros. "Nos trajimos a nueve rumanos que conocían el oficio" y no descarta que haya que volver a hacerlo. 

Víctor Vidaller
Víctor Vidaller
F. J.

Víctor Vidaller, responsable de selección y gestión del talento en Hiberus:

"Seguimos con un déficit tremendo de perfiles tecnológicos"

El problema de la falta de personal para el sector de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) es endémico. "Llevamos 5 años lanzando alarmas y la situación es cada vez peor. Seguimos con un déficit tremendo de perfiles tecnológicos. Hacen falta mucho más porque la digitalización se ha acelerado y es la profesión del futuro", dice Víctor Vidaller, responsable de selección y gestión de Talento en Hiberus, del grupo HENNEO, la tecnológica que más ha crecido en España en los dos últimos años.

Hace diez años tenía una plantilla de 200 personas y cuenta con 1.500 en la actualidad (850 en Zaragoza y el resto en distintas capitales españolas). "Este año vamos a contratar a más de 700 personas y en 2022 la previsión es de 1.000. Nos hubiera gustado que el máximo empleo se generase en Aragón, pero hay un -15% de paro en este sector, lo que nos obliga a salir a buscar por el resto de España. La contratación en nuestra tierra supone solo el 17%", asegura.

"La demanda del sector TIC en Aragón no se cubre con los que salen de la FP y la Universidad. Las empresas se los rifan. Además, España es un caladero de empresas europeas que vienen a contratar gente bien formada y ’con salarios mejores que en el norte de Europa. Tenemos un mercado laboral muy competitivo", afirma. Por eso, en Hiberus, han iniciado una búsqueda de perfiles en la España vaciada como en Soria, Logroño o Almería. La clave, explica, "está en la formación". Por las aulas de Hiberus University pasan al año 200 personas. "Lanzamos campañas como la de héroes y heroínas digitales y mediante cursos especializados la inserción es del 85%. En la Universidad tardan cuatro años en formarlos; en la FP uno y medio; y aquí en cinco meses tienen que ser productivos", afirma.

"Todo el mundo busca gente con dos años de experiencia, pero no hay", dice. Así que Hiberus "contrata a gente que no la tiene, la forma y además sale a otras provincias a buscarlos y se trata de atraer también talento de fuera de España", concluye.

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